Cáncer: almacenar alimentos aún calientes en recipientes de plástico o goma pone en riesgo

El empaque de los alimentos que consumimos, también importa. Diversos estudios han comprobado que los productos químicos tóxicos que se filtran en los alimentos a partir de envases de plástico, polietileno y caucho sintético: pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer. Conoce un poco más sobre los efectos de estas sustancias nocivas en la salud a largo plazo

comida en microondas

Calentar todo lo que hay en el plato al mismo tiempo puede provocar que los alimentos estén demasiado o poco cocidos. Crédito: Shutterstock

Existen muchos aspectos preocupantes sobre la industria alimentaria y cómo ha ido evolucionando. Lo cierto es que las cosas han cambiado bastante: en los años 50´s, la mayoría de los vendedores solían empaquetar los alimentos con elementos naturales como hojas de plátano, cáscara de maíz y hojas de waakye (sorgo seco). También era común usar bolsas de papel de cemento limpias y recipientes de aluminio reutilizables (también conocidos como frascos de alimentos). Actualmente, la urbanización y la modernización han introducido envases de caucho sintético y plástico, los cuales han tomado un papel importante para la industria alimentaria pues son considerados el material de envasado de alimentos más barato y práctico ¿Lo preocupante? Normalmente no solemos detenernos a pensar en los efectos secundarios de este tipo de materiales en la salud. De hecho, se ha demostrado que estos productos químicos tóxicos que se filtran en los alimentos a partir de envases de diversos envases de plástico: aumentan el riesgo de cáncer a largo plazo. 

La explicación es bastante simple: cuando los alimentos calientes entran en contacto con estos envases de plástico, polietileno y caucho sintético, los compuestos tóxicos de estos envases se filtran en los alimentos. Por lo tanto cuando estos materiales de embalaje se irradian junto con los alimentos, las sustancias tóxicas se transfieren a los alimentos. Es oportuno mencionar que de las 80.000 sustancias químicas que se producen y utilizan en los Estados Unidos para el empaque de alimentos, actualmente la Agencia de Protección Ambiental solo ha exigido pruebas en 200. Datos que sin lugar a dudas nos invitan a conocer más sobre los efectos de estos materiales que están en verdadero contacto directo con muchos de los alimentos que consumimos día con día.

Lo primero y más importante es entender sobre las sustancias químicas nocivas que contiene el plástico. El primer aspecto preocupante, es su contenido en ftalatos que son una familia de compuestos químicos que se usan para ablandar plástico. El segundo es su contenido en bisfenol A (BPA), que se usa para hacer plástico muy duro e inastillable (generalmente tiene el número 7 en la parte inferior de los envases). Esta última sustancias es bastante popular en el revestimiento de alimentos y bebidas enlatados. Ahora bien cuando estas dos sustancias (ftalatos y BPA) entran en el cuerpo, afectan el estrógeno o la testosterona. De hecho se cuenta con estudios en los que se ha comprobado que junto con otras sustancias, forman parte de los principales disruptores endocrinos. Es decir, actúan como hormonas en el cuerpo y afectan la producción de hormonas naturales), además se asocian con el cáncer, problemas en los órganos reproductivos y varios otros problemas de salud. No en vano, actualmente existe una ley que prohíbe el uso de seis tipos de ftalatos en los productos para niños. Además la FDA está estudiando el BPA para determinar si debería prohibirse en los biberones y el revestimiento de las latas de alimentos y bebidas.

Este tipo de hallazgos han llevado a que se cuestione mucho sobre las sustancias dañinas que contienen las envolturas de plástico, de manera normal se ha comprobado que no suelen contener BPA ni ftalatos. Sin embargo existen algunas referencias en las que se ha comprobado que en algunos casos, pueden contener niveles bajos. La envoltura de plástico en los Estados Unidos está hecha de cloruro de polivinilo o PVC y contiene un “plastificante” llamado di (2-etilhexil) adipateor DEHA, esta sustancia no es como tal un ftalato, pero químicamente es muy similar. Con base en ello, se cuenta con estudios algo viejos que se hicieron en la década de 1990 en los cuales demostraron que la DEHA puede causar tumores hepáticos en ratones, y otros estudios mostraron que la DEHA migra de la envoltura de plástico a los alimentos, en particular a los productos con alto contenido de grasas como el queso.

Otra referencia de interés, son los hallazgos de un estudio encabezado por Consumers Union de 1998. En el cual se analizaron diferentes alimentos envueltos en este tipo de plástico y encontraron niveles de DEHA más altos que los recomendados e incluso permitidos por los comités asesores y las agencias reguladoras. Lo cierto es que a la fecha, la FDA no ha establecido un límite para la cantidad de DEHA segura en los alimentos porque no hay datos suficientes sobre sus efectos en la salud de los seres humanos. También es importante mencionar que ningún organismo gubernamental lo ha clasificado como una sustancia química que causa cáncer.

Es normal que las personas que no suelan consumir comida enlatada ni beber refrescos, se pregunten su existen otras formas en las que los productos químicos que se encuentran en el plástico podrían entrar en los alimentos. Y sí que las hay: en primer lugar existen muchos alimentos de consumo cotidiano que se venden en recipientes de plástico y por otra parte la mayoría de nosotros guardamos las sobras en recipientes de almacenamiento hechos de plástico, existen marcas famosas como Tupperware y Rubbermaid. Si bien ninguno de estos recipientes parece estar hecho con ftalatos, algunos pueden tener BPA, por ejemplo: Tupperware dice que el 10% de sus productos contienen BPA, pero no enumera cuáles. También se ha comprobado que los plásticos duros, pueden liberar trazas de los productos químicos de los que están hechos en los alimentos. Es más probable que esto suceda cuando el plástico se ha calentado o cuando está viejo y ha sido sometido a usos o lavados repetidos (como el uso de solemos darle a estos recipientes en casa).

Si bien queda mucho trabajo de investigación por hacer, sin lugar a dudas estos estudios llegan para invitar a la millonaria industria alimentaria a explorar otras fuentes de envasado de alimentos, especialmente los que entran en contacto directo con los alimentos. Finalmente nunca es tarde para cuidar nuestra salud y enfocarnos en hacer pequeños cambios, que nos ayuden a vivir mejor.

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