Lo que están haciendo Pfizer y Moderna para combatir la variante Delta de COVID
Las farmacéuticas están tomando iniciativas para asegurarse de que sus vacunas logren una inmunización efectiva para proteger a la población de las mutaciones de coronavirus
Las mutaciones del nuevo coronavirus como la variante Delta han puesto en jaque a naciones como India y Reino Unido, y ahora domina el número de contagios en Estados Unidos. Pfizer y Moderna, dos de los proveedores de vacunas en EE.UU., están tomando iniciativas para combatir la variante Delta de COVID y asegurarse de que sus fármacos protejan a la población contra ésta y otras variaciones.
Entre las acciones de las farmacéuticas se encuentra la evaluación de los efectos de una tercera dosis de sus vacunas mediante un estudio clínico. Datos citados por el analista Keith Speights en The Motley Fool, señalan que, en el caso del biológico de Pfizer, “una tercera dosis podría aumentar los niveles de anticuerpos neutralizantes contra la variante Delta”, aunque también trabajan en el desarrollo de una versión dirigida específicamente a combatir esta mutación.
Tercera dosis de Moderna
Según la información de Speights, Moderna busca una tercera dosis de su fármaco dirigido a dos variantes, la P.1 originada en Brasil y la Beta, de origen sudafricano. Otra opción es una tercera dosis que combine esta nueva versión de la vacuna al 50% con la vacuna original al otro 50%.
A decir de la propia farmacéutica, algunos de sus estudios de laboratorio han mostrado que su vacuna actual produce anticuerpos neutralizantes contra todas las mutaciones probadas, entre ellas las variantes Beta y Delta.
“Estamos comprometidos como empresa a realizar tantas actualizaciones a la vacuna, a agregar tantas variantes como consideremos necesarias, para garantizar que cuando las personas reciban un refuerzo, proporcione la protección inmunológica más amplia contra la más amplia gama de variantes”, declaró Stephen Hoge, presidente de Moderna.
Reducción de la efectividad
Ahora bien, ante las variantes del virus, la efectividad de la vacuna de Pfizer puede disminuir del 94% al 64%, y una de las maneras más efectivas de reducir la aparición de mutaciones peligrosas es que un mayor número de personas se vacunen lo más pronto posible.
De acuerdo con los expertos, EE.UU. debe vacunar al 70% de la población antes del invierno para evitar más variantes de COVID-19. A la peligrosidad de las variantes se suman los efectos secundarios de la enfermedad a largo plazo, conocidos como “COVID prolongado”, que pueden generar más de 200 síntomas prevalecientes durante varios meses.
Por ello, las autoridades de salud estadounidenses continúan haciendo un llamado a la población para vacunarse tan pronto como sea posible con alguno de los fármacos disponibles para personas mayores de 12 años de edad.