Menos delitos sexuales han sido admitidos por fiscales de Nueva York, pese al auge de #MeToo

Además, las tasas de condenas por casos de agresión sexual suelen ser mucho más bajas que las de otros delitos violentos en Nueva York, la ciudad más poblada del país

Cuomo abrazando a una mujer en El Bronx, el viernes 26.

Cuomo abrazando a una mujer en El Bronx, el viernes 26. Crédito: EPA/CARLO ALLEGRI | EFE

La mayoría de las fiscalías de la ciudad de Nueva York rechazaron una mayor proporción de casos de delitos sexuales en 2019, en comparación con una década antes.

Ese es particularmente el caso en Manhattan, donde los fiscales rechazaron 49% de los casos de agresión sexual en 2019 -el último año del que se disponen datos confiables-, mucho más que el 37% de 2017. La data excluye la mayoría de los delitos sexuales contra niños y ciertos delitos no violentos como el acecho.

La cantidad de denuncias de violación realizadas a la policía aumentó en alrededor de 20% de 2017 a 2019 a raíz del enjuiciamiento de Harvey Weinstein, el famoso ex productor de Hollywood condenado a 23 años por violación y agresión sexual en Nueva York en 2020 y esta semana fue extraditado a California por cargos similares.

El movimiento #MeToo (“Yo también”) generó mucha cobertura y esperanzas de que las personas que cometieron agresiones sexuales tendrían que rendir cuentas con más frecuencia. Pero después de examinar datos sobre delitos y enjuiciamientos los últimos años, y hablar con mujeres que dijeron haber sido agredidas, The New York Times concluyó que poco ha cambiado en la forma en que el sistema de justicia penal de la ciudad se ocupa de las acusaciones de violación.

En parte, eso puede deberse a que existen desafíos inherentes al enjuiciar la agresión sexual, particularmente cuando el atacante no es un extraño y el alcohol está involucrado. Algunos expertos creen que los fiscales aún no están dispuestos a sortear esos desafíos.

“Al final del día, si la percepción es que los abogados en nuestra oficina de alguna manera faltan el respeto a las víctimas, eso es inaceptable”, dijo Cyrus R. Vance Jr., fiscal de distrito de Manhattan. “Nosotros, como oficina, debemos lidiar con eso y educar a nuestros asistentes sobre cómo mejorar sus interacciones con los sobrevivientes y las víctimas”.

Las tasas de condenas por casos de agresión sexual suelen ser mucho más bajas que las de otros delitos violentos: el 44% de esos casos resultaron en una sentencia en Manhattan en 2019, en comparación con el 79% de los homicidios en primer grado.

Audrey Moore, fiscal primera asistente en Manhattan, dijo que su oficina ha tratado de capacitar mejor a los fiscales sobre los efectos del trauma en las víctimas y cómo abordar los casos de violación provocada por el alcohol.

El tema también se convirtió en un foco en la carrera para suceder a Vance, quien no se postuló para la reelección. Alvin Bragg, ex fiscal federal que ganó las primarias demócratas en junio y es favorito para las elecciones generales de noviembre, prometió renovar la oficina de delitos sexuales.

Bragg afirmó que planeaba hablar con los sobrevivientes y “reiniciar” la oficina de delitos sexuales “desde cero”. También dijo que quería evaluar por qué se rechazan ciertos casos, y que la probabilidad de una condena no debe ser un factor determinante en qué denuncian persigue la fiscalía.

Desde 2017, el movimiento #MeToo contra los abusos sexuales ha generado docenas de denuncias similares contra ejecutivos, políticos, sacerdotes, intelectuales y celebridades alrededor del mundo, tanto como hombres como mujeres. Actualmente el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, es investigado tras ser denunciado por varias allegadas por supuesto acoso sexual.

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