Aprender a vivir con el enemigo o combatirlo con la vacuna
A nadie le gusta usar la mascarilla, pero hay que recordar que hace más de 100 años, cuando surgió la gripa española, fue aliada para frenar el brote
Parecería que muchos en la Nación más poderosa del mundo decidieron tentar a la suerte y vivir con el coronavirus, por lo menos hasta que la enfermedad los convenza de las bondades de la vacuna contra el Covid-19, ojalá entonces no sea tarde.
Llevamos casi más de año y medio lidiando este virus y creo no equivocarme al considerar que ya estamos cansados de las restricciones, del encierro, de la economía a media marcha, de las pérdidas económicas para toda la humanidad, de la inflación por escasez ante la falta de producción y por eso estamos de acuerdo en que el presidente Joe Biden exija la vacuna a todo funcionario del gobierno federal.
Desde la Casa Blanca, hasta el Capitolio pasando por las diferentes Secretarías y las Cortes todos los empleados del país deban vacunarse o de lo contrario someterse al engorroso y poco cómodo proceso de hacerse la prueba del virus cada semana. ¡Si fuera yo, no, gracias, prefiero las dos dosis de Pfizer o Moderna y listo!
En ese orden de ideas también creemos que va en el rumbo correcto el alcalde Bill de Blasio al pedir que los 350 mil funcionarios de su administración se apliquen la inyección, o, de nuevo, presentar la prueba que confirme que no son portadores ni ofrecen riesgo de transmitir el mortal virus a sus compañeros.
Empezando el 2 de agosto cualquier empleado público neoyorquino, desde los maestros hasta los policías, deberán estar inmunizados para evitar contagios entre aquellos que vuelven a la normalidad en las aulas de escuelas públicas o las oficinas de la Gran Manzana. Y los 130 mil funcionarios de la administración de Andrew Cuomo seguirán esa misma orden en Albany.
Suena lógico que debamos vacunarnos especialmente con la nueva amenaza que presenta la variante Delta y ahora la nueva mutación que surgió en Colombia y que se propagó en Florida, que llama la atención de la Organización Mundial de la Salud.
De otro lado a nadie le gusta usar la mascarilla, pero hay que recordar que hace más de 100 años, cuando surgió la gripa española, fue aliada para frenar el brote, mientras pasaron varios años buscando la vacuna.
Ahora tenemos varias alternativas, pero la campaña de desinformación en redes sociales afectó efectividad de la vacuna con las teorías de conspiración y millones dicen que no se la aplicarán. Mala suerte porque todos sufriremos las consecuencias de quienes no acepten esa solución.
Sofía Villa es Producer Writer Univision NY. Esta columna fue preparada a título personal por la autora y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.