Defienden programa “Restaurantes abiertos” como el “salvavidas” permanente de negocios en Nueva York
La Ciudad inició un proceso público para analizar el rediseño de la iniciativa, que desde la pandemia permitió ubicar mesas exteriores en aceras y calles en más de 11,000 lugares, al tiempo que dueños y trabajadores piden ampliar opciones
En medio del COVID-19, que impactó ferozmente a la industria de los restaurantes en la Gran Manzana, el uso de aceras y calles para montar mesas y estructuras de servicio exterior, literalmente se convirtieron en el salvavidas de miles de negocios en los cinco condados, que lograron sobrevivir a los embates de la pandemia.
Hoy, mesas en aceras, comedores al aire libre e incluso estructuras de madera en calles de la Gran Manzana, forman parte del paisaje visual de la ciudad. Y ante la intención de las autoridades municipales, que con el apoyo del Concejo han empujado las riendas para que el programa “Restaurantes abiertos”, que ha ayudado a unos 11,000 lugares, siga de manera permanente,dueños y trabajadores de restaurantes tienen una sonrisa de oreja a oreja, por los beneficios que esas mesas adicionales le han dado y seguirán dando a sus negocios.
Así lo dice abiertamente Chano Morales, dueño del restaurante Chano Cantina de Astoria, quien en medio de la etapa pública para tomar apreciaciones sobre cómo diseñar el plan para que tenga mayor impacto en la ciudad y sea útil para todos, pidió que se continúe con la autorización de las zonas que ya han montado y que no se emitan cobros.
“Este programa fue un salvavidas para nosotros en los peores momentos de la pandemia, y ahora todavía nos sigue dando un apoyo enorme para poder salir adelante tras las pérdidas que tuvimos especialmente el año pasado”, asegura el microempresario mexicano. “Dejarlo permanente es un éxito, pero ojalá por lo menos por dos años más no nos cobren ningún tipo de tarifas, como ha sido hasta ahora, y nos permitan seguir usando los espacios que tenemos”.
Morales reconoce que el programa ha generado algunas quejas, especialmente por asuntos de transporte, pues las áreas en las avenidas ha reducido el espacio para que autos estacionen, y dijo que de llegar a haber reducción de mesas en esas áreas viales, espera que se permita extender sus comedores en los andenes.
“Lo ideal sería que siguiéramos así como estampos, pero si no s epuede, al menos que nos dejen estar en nuestras banquetas y poner las mesitas acá. Eso sería algo”, dijo el negociante, quien advirtió que debido al mandato de la Ciudad de exigir prueba de vacunación a clientes que deseen comer en espacios interiores, deben promoverse espacios exteriores con menos reglas extremas.
“Muchos de nuestros clientes vienen y cuando les decimos que necesitan prueba de vacunación, algunos se sientan afuera, pero otros se van. Por eso creo que ahora que viene el invierno, urge que nos apoyen más con los sitios afuera permitiendonos usar los calentadores y no multándonos por algunos de esos sistemas para que la gente no aguante frío. La Ciudad podría buscar algo justo sobre ese tema”, agregó el mexicano.
Alejandro Solís, empleado del café Bagel de Long Island City, también se mostró muy contento de que el programa “Open Restaurants” se esté revisando para que su funcionamiento permanente sea mejor, pero pidió a las autoridades que no vayan a cortar los beneficios que ya existen, sino que por el contrario los amplíen.
“Estas mesas afuera nos han dado de comer por muchos meses y tras todo el tiempo que duramos sin ingresos y deudas que muchos todavía tenemos, nos va a ayudar a salvarnos, pero solo espero que aumenten los espacios y las mesas y no nos vayan ahora a limitar, proque sería un dolor muy grande”, dijo el mesero colombiano.
Otros como la ecuatoriana Rosita Matamoros, clienta habitual de los espacios exteriores de los restaurantes de la popular avenida Broadway de Queens también mostró su apoyo a que se continúe con las mesas afuera, pero dijo, mientras comía, que hay que buscar un balance.
“Adoro estos sitios afuera, me hacen sentir más segura, pero yo también manejo y por las noches ahora es más difícil encontrar sitios donde parquear, porque muchos lugares hicieron construcciones en las carreteras y creo que eso no es justo ya”, dijo la auxiliar contable. “Mientras estabamos en la pandema fuerte, no le veía problema, pero pienso que ya las cosas están mejorando y tenemos que pensar en el beneficio de todos“.
Y para tratar de llegar a ese punto de consenso y no ignorar a ninguna de las partes que se ha visto impactadas con el programa que dio un respiro a miles de negocios en la Gran Manzana, el Departamento de Planificación Urbana (DCP) y el Departamento de Transporte (DOT) de la Ciudad de Nueva York comenzaron un proceso de diseño del programa, con un grupo de trabajo que tendrá la responsabilidad de desarrollar reglas y parámetros de diseño detallados para la ubicación de comedores en las calles de manera permanente.
La clave, según las dos agencias municipales, será balancear la salud con la seguridad y conocer de primera mano las opiniones de los neoyorquinos, por lo que están haciendo un llamado a que en las próximas semanas se manifiesten sobre el tema.
“Lograr el diseño correcto es uno de los elementos más importantes de nuestro próximo programa de restaurantes abiertos, para nuestra salud y seguridad, y para nuestro disfrute del ámbito público de la ciudad de Nueva York”, comentó la directora de DCP, Anita Laremont. “Para hacerlo bien, necesitamos la opinión del público: la de ustedes. Así que, por favor, involúcrense y mejoremos aún más el programa de restaurantes abiertos”.
El comisionado del DOT, Hank Gutman, se sumó al mismo llamado y destacó que es indispensable seguir ayudando a salvar la industria de los restaurantes en Nueva York, pero al mismo tiempo mostrar cómo se puede reinventar el paisaje urbano. “El desarrollo de pautas de diseño garantizará que este programa de emergencia se pueda transformar en una parte permanente de nuestra ciudad, anclando los restaurantes en nuestras comunidades para que este programa continúe floreciendo”.
El concejal Ydanis Rodríguez, presidente del Comité de Transporte del órgano legislativo de la Ciudad, insistió en que esta etapa de consulta pública sobre el programa de restaurantes en espacios exterores debe servir para que se lleve a su mejor versión.
“A través de este proceso de participación pública, espero que podamos seguir discutiendo cómo podemos mejorar el Programa de Restaurantes Abiertos. Debemos asegurarnos de que estamos haciendo el alcance necesario para las pequeñas empresas ubicadas en los distritos exteriores”, dijo el político latino. “El Programa de Restaurantes Abiertos fue un salvavidas para muchas pequeñas empresas que estaban luchando por mantener sus puertas abiertas. El éxito de este programa debería animarnos a seguir explorando y ampliando iniciativas que ayudarán a los neoyorquinos a recuperar sus calles”.
Y sobre el uso de mesas en espacios exteriores, que antes de la pandemia beneficiaba a unos 1,000 negocios y que se elevó exponencialmente, no solo en número a casi 11,000, sino en reducción de requisitos y tramitología, el concejal Antonio Reynoso y eventual presidente de Brooklyn, promotor de la iniciativa de ley de mesas en espacios exteriores, aplaudió el que se planteé su rediseño.
“El programa ya ha sido un gran éxito, ahora podemos mejorarlo aún más, si ajustamos los requisitos de diseño. Espero con interés este proceso de participación pública y no tengo ninguna duda de que hará que el programa de cenas al aire libre sea más equitativo y beneficioso para todos los neoyorquinos”, comentó el concejal. “Me enorgullece haber patrocinado la legislación que autoriza el Programa de Calles Abiertas que extendió un salvavidas a los restaurantes en el momento en que más lo necesitaban, durante la pandemia de COVID, al tiempo que reimaginaba el espacio público de una manera que sirviera mejor al público”.
El presidente del Concejo Municipal, Corey Johnson, quien también apoya el programa, reiteró su postura, y al tiempo que manifestó que el proceso de consulta pública ayudará a crear reglas de diseño que estandarizarán las estructuras y aliviarán las preocupaciones de la comunidad en torno a la seguridad y la accesibilidad, pidió que los organismos de la Ciudad tomen acción sobre aquellas construcciones frente a restaurantes que están en desuso.
“El programa Open Restaurants es un salvavidas para muchas empresas. Debemos aprovechar su éxito. Mientras tanto, el DOT y sus agencias asociadas deben hacer cumplir las reglas existentes y asegurarse de que las estructuras abandonadas se aborden rápidamente”, dijo Johnson.
Andrew Rigie, director ejecutivo de NYC Hospitality Alliance, destacó que las mesas en espacios exteriores ayudaron a salvar a miles de pequeñas empresas del cierre, y salvar unos 100,000 empleos en la industria, y apoyó que se esté dando la oportunidad a que todos los neoyorquinos se manifiesten para lograr un mejor resultado.
“Ahora que la Ciudad pasó del programa temporal de comidas al aire libre de emergencia a asientos permanentes en la carretera, elogiamos y esperamos trabajar con el Departamento de Planificación Urbana, el Departamento de Transporte y las partes interesadas de la comunidad en un proceso de participación pública reflexivo para desarrollar el plan permanente”, dijo Rigie. “(Para que sea) un Programa de restaurantes estandarizado, sostenible y transformador para el paisaje urbano, los vecindarios, la economía y la cultura gastronómica de nuestra ciudad”.
El proceso de diseño y participación pública, dirigido por el DCP y DOT, tendrá reuniones presenciales y remotas en toda la ciudad de Nueva York este otoño y el invierno y, según informó la Ciudad, “los detalles de estas sesiones de divulgación pública se incluirán en un futuro próximo en la página web del DOT dedicada a los restaurantes abiertos, así como en NYC Engage”.
- Datos del Programa
- 1,000 restaurantes se estima que tenían en la ciudad mesas exteriores antes de la pandemia
- 11,000 aproximadamente recibieron el permiso para atender afuera
- $0 es el costo que debieron pagar los restaurantes a la Ciudad por permitirlos
- 100,000 empleos en la industria salvados se atribuyen al programa de mesas exteriores
- Miles de retsurantes pudieron sobrevivir gracias al programa
- 2020 fue el año en que se autorizó temporalmente el programa
- 2021 se impulsó una enmienda sobre ubicación de comedores que está en revisión
- 2022 expira el programa temporal actual
- 2023 sería el inicio del programa permanente