Temporada de influenza: comer alimentos con zinc, el secreto para disminuir los síntomas y el riesgo

El otoño anuncia su llegada y las gripes estacionales se hacen presentes. Un reciente estudio encabezado por la Universidad de Western Sydne, avala los beneficios de la ingesta de zinc para reducir la incidencia y duración de las infecciones respiratorias

alimentos zinc

Crédito: Shutterstock

Con la llegada del otoño el clima frío se hace presente y se da por iniciada oficialmente la temporada de influenza. Muchas personas informan los síntomas del “peor resfriado de todos los tiempos” y de acuerdo con los especialistas mucho tienen que ver las cada vez menores restricciones relacionadas con el covid-19. Este tipo de gripes son causadas con mayor frecuencia por los virus de la influenza tipo A o B, y se caracterizan por síntomas como: fiebre repentina, tos (generalmente seca), dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, dolor de garganta y secreción nasal. En muchas ocasiones, la tos puede ser intensa y durar 2 semanas o más. Si bien, las recomendaciones generales son reposo, la ingesta de abundantes líquidos, paracetamol, y por supuesto realizar una prueba de Covid para descartarlo. Los expertos son enfáticos en la importancia de la alimentación, de manera específica recomiendan aumentar el consumo de zinc. Si bien los suplementos son una grandiosa adición en la rutina diaria, se ha comprobado que los alimentos también juegan un papel primordial. Así lo sugiere un reciente estudio publicado por BMJ Open encabezado por la Universidad de Western Sydne.

Si bien, la mayoría de las personas suelen recuperarse en una semana sin necesidad de atención médica y con cuidados en casa; en algunos casos en personas vulnerables y de alto riesgo la influenza puede ser una enfermedad grave. Las epidemias de gripes estacionales ocurren principalmente en el inicio del otoño y por supuesto en el invierno, por lo tanto los casos suelen incrementar entre octubre y marzo. Además en algunas regiones tropicales, la influenza puede presentarse durante todo el año.

De acuerdo con un reciente estudio, tomar un suplemento de zinc puede reducir la duración de las infecciones respiratorias, como el resfriado y la gripe. Y al mismo tiempo, es clave para aliviar los síntomas. Los investigadores que analizaron 28 estudios existentes que involucraron a casi 5.500 personas encontraron que la ingesta de zinc puede prevenir infecciones y hacer que las personas se sientan mejor más rápidamente. Las infecciones del tracto respiratorio pueden afectar los senos nasales, la garganta, las vías respiratorias o los pulmones, pero la mayoría mejora sin tratamiento. Los síntomas incluyen tos, estornudos, congestión o secreción nasal, dolor de garganta, dolor de cabeza y fiebre alta.

En este trabajo de investigación, los expertos encontraron que en comparación con el placebo, tomar zinc podría prevenir hasta 5 infecciones del tracto respiratorio en 100 personas por mes. Además, en promedio los síntomas se resolvieron dos días antes sobre todo cuando se integraba el consumo de zinc en forma de aerosol y se complementaba con alimentos ricos en zinc. En general, era probable que 19 adultos más de cada 100 siguieran teniendo síntomas siete días después de la enfermedad si no hubieran tomado zinc. Mientras tanto, hubo reducciones “clínicamente significativas” en la forma en que las personas clasificaron sus síntomas tres días después de la enfermedad. También, en las poblaciones adultas con poca probabilidad de tener deficiencia de zinc, hubo alguna evidencia que sugiere que el zinc previene los síntomas y acorta la duración de estos padecimientos.

La principal razón, es el poder que ejerce el zinc sobre el sistema inmunológico. Es un nutriente clave para fortalecer al organismo y defendernos ante infecciones y enfermedades, también tiene el poder de mejorar el gusto y el olfato y previene el taponeamiento de las arterias.

De hecho, no es ninguna casualidad que numerosos estudios relacionen al consumo de alimentos ricos en zinc con la capacidad del cuerpo para hacer frente a los efectos que una situación de estrés desencadena en el organismo, entre ellos, el debilitamiento del sistema inmunológico. Cuando atravesamos momentos difíciles que se mantienen en el tiempo, nuestras defensas se resienten. Un nivel insuficiente de zinc provoca muchos trastornos y síntomas relacionados con el estrés, como irritabilidad, depresión, impotencia y baja inmunidad.

El zinc es un mineral esencial para nuestro organismo y por fortuna lo podemos encontrar en muchos alimentos. Se encuentra en alimentos que incluyen ostras, cangrejo, carne, garbanzos, champiñones, espinacas, brócoli y col rizada. También se aconseja complementar con la ingesta de suplementos de zinc.

De manera específica, los expertos recomiendan integrar el consumo de ostras que están rankeadas como uno de los alimentos más ricos en zinc con 60 mg por cada 100 gramos. También se sabe que se encuentra en grandes niveles en mariscos como las almejas y el cangrejo. Si no eres muy de mariscos, integrar el hígado de ternera también es una gran solución, por cada 100 gramos obtendrás 7 mg de zinc. Sucede algo similar con las carnes rojas, que aportan 6,2 gramos y carnes blancas como el pollo y el pavo. El queso también puede aportar hasta 5 mg. Para aquellos que no son muy fanáticos de los alimentos de origen animal las almendras y las avellanas son geniales, únicamente se aconseja tener cautela con las calorías. Otra gran fuente de productos vegetales, son los vegetales de hoja verde, los hongos y la avena.

De acuerdo con los expertos se aconseja acompañar estos alimentos con una adecuada ingesta de vitamina C, además de seguir un estilo de vida saludable que nos invite a realizar actividad física, controlar el estrés y asegurar un buen descanso. Apuesta por consumir abundantes frutas como los cítricos, kiwi, fresas, piña, guayabas, mangos y papaya, integra el uso de especias medicinales como el jengibre, ajo y el cúrcuma, las hierbas aromáticas como la menta y la hierbabuena ¡son ideales para complementar bebidas y alimentos! La miel cruda también es una maravillosa opción, gracias a sus propiedades antibacterianas y analgésicas.

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