Por qué el alcohol es la peor bebida para mantener fuerte tu sistema inmune
Todo lo que comemos y bebemos afecta al sistema inmunológico, aspectos como al dieta, el buen descanso, el manejo del estrés y la actividad física son clave. Mientras que otros hábitos pueden comprometer su funcionamiento ¿Uno de los principales? El consumo de alcohol
Todo lo que comemos y bebemos puede afectar el funcionamiento y la integridad del sistema inmunológico. Si bien no podemos tener el control absoluto de no enfermarnos, es posible apoyar la inmunidad a través de una dieta nutritiva, dormir lo suficiente, hacer ejercicio con regularidad y controlar el estrés. Teniendo en cuenta que estamos dando por iniciada la temporada de influenza y gripes, vale la tener claro que ayuda y perjudica. Existen nutrientes clave que pueden ayudar a reforzar al sistema inmunológico, como es el caso de la: vitamina C, zinc, vitamina D, probióticos, betacaroteno y proteínas. Mientras que existen otros hábitos que pueden interferir seriamente con la eficacia de la respuesta del sistema inmunológica del cuerpo; una de las peores bebidas que afectan y deterioran su funcionamiento son las bebidas alcohólicas.
Si bien los nutrientes adecuados juegan un papel clave en el apoyo y mantenimiento de un sistema inmune fuerte y saludable. Y todos estos nutrientes se pueden encontrar en un patrón de alimentación saludable que consiste en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y fuentes lácteas. Cuando no obtenemos una cantidad suficiente de estos nutrientes a través de la comida y la bebida todos los días, estamos preparando nuestro sistema inmunológico para que se vea comprometido. Si a esto le sumamos un alto consumo de alcohol, el resultado es grave.
¿Por qué las bebidas alcohólicas son las peores bebidas para la inmunidad?
– El alcohol deshidrata: El alcohol suele activar la deshidratación y la razón principal son sus propiedades diuréticas. Y por obvias razones es una señal nada compatible con un sistema inmunológico sano y fuerte.
– El alcohol puede alterar la salud intestinal: Cuando bebemos alcohol, primero llega al intestino donde es absorbido y al mismo tiempo daña al microbioma intestinal (bacterias saludables que se encuentran en nuestro intestino) y altera a las células inmunes para que no funcionen correctamente. Cuando tanto el microbioma intestinal como las células inmunes se alteran, puede resultar en un sistema inmunológico debilitado susceptible a enfermedades y dolencias.
– Las bebidas alcohólicas azucaradas pueden interferir con las células inmunitarias: Además del alcohol, muchas bebidas alcohólicas también están llenas de azúcar cuando se elaboran mezclas y cócteles. Beber bebidas con alto contenido de azúcar puede] además afectar negativamente a nuestro sistema inmunológico. Los alimentos y bebidas que aumentan el nivel de azúcar en sangre (glucosa en sangre) interrumpen la producción de células inmunitarias y potencialmente inhiben su funcionamiento adecuado, lo que resulta en una baja inmunidad.
– El consumo excesivo de alcohol puede ejercer presión sobre el sistema inmune: Por obvias razones, tampoco es beneficioso para el sistema inmunológico beber más de la cantidad recomendada de alcohol establecida por las Pautas dietéticas para estadounidenses. Las recomendaciones diarias de alcohol son no más de 1 bebida al día para las mujeres y no más de 2 bebidas al día para los hombres. De tal modo que beber en exceso o muchas bebidas durante la semana, también afecta la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones y por lo mismo tardaremos más en recuperarnos ante cualquier enfermedad.
Algunas alternativas saludables al alcohol:
– Agua caliente. Por más simple que suene, el agua caliente infusionada con alguna hierba o especia como el jengibre o el cúrcuma es el mejor aliado para potenciar la salud general y sobre es fundamental para eliminar los productos de desecho del cuerpo.
– Jugo de limón. Contiene una excelente fuente de vitamina C, un poderoso antioxidante, que apoya un sistema inmunológico fuerte y saludable. Lo mejor de todo es que es increíblemente sencillo integrarlo en la dieta diaria, a través de infusiones, jugos y licuados, una cucharada de limón fresco hará la diferencia.
– Especias. En los últimos meses todas las tendencias de nutrición y salud recomiendan integrar el consumo de especias frescas y secas, que en realidad contienen una alta dosis de propiedades antioxidantes. Son un gran aliado para reducir la inflamación en nuestro cuerpo y protege nuestro sistema inmunológico.
Así que ya lo sabes con la llegada del clima frío y la temporada festiva, es más importante que nunca cuidar nuestra salud y tomar las medidas oportunas para un sistema inmune fuerte que hará frente contra el riesgo de posibles enfermedades e infecciones. Apuesta por seguir las recomendaciones establecidas y evita el consumo de alimentos procesados, basa la dieta diaria en el consumo de productos integrales y naturales. Dando prioridad a las frutas, vegetales, legumbres, semillas, cereales integrales, frutos secos y abundantes líquidos naturales.
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