Frederick Banting, el médico que descubrió la insulina hace un siglo y cambió la vida de millones de personas
El 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la diabetes, en homenaje al nacimiento de Sir Frederick Banting, quien descubrió la insulina junto con Charles Best en 1921
Para que el organismo humano funcione adecuadamente necesita glucosa, un tipo de azúcar que viaja a través de la sangre a cada una de nuestras células para ahí convertirse en energía. Y es precisamente la hormona de la insulina la que regula cómo se procesa y se almacena la glucosa.
Las personas que padecen diabetes justamente sus cuerpos no son capaces de producir insulina, lo que se conoce como diabetes tipo 1, o también no pueden utilizarla de forma adecuada, lo que es diabetes tipo 2 y es la más común.
Si la diabetes no es atendida como se debe, puede llegar a ser mortal. Es por ello que el descubrimiento de la insulina realizada hace poco más de un siglo, es, sin duda, uno de los grandes avances científicos y médicos de los últimos 100 años.
Los primeros registros que se tienen acerca de la enfermedad conocida como diabetes son de hace 4,000 años y se encuentran en el Ebers Papryus, un texto médico egipcio que fue escrito alrededor de 1550 a.C., en donde se refiere a pacientes que padecen sed, micción frecuente y pérdida de peso.
También, en el antiguo texto indio, el Sushruta Samhita, realizado después del siglo VII a.C., aconsejaba realizar pruebas de diabetes al ver si las hormigas se sentían atraídas por el azúcar en la orina.
Justamente, uno de los síntomas de la enfermedad es la reiterada necesidad de tener que orinar, razón por la que seguramente los antiguos griegos llamaron al problema de salud como diabetes, una palabra que se usaba para decir “sifón” o “atravesar”.
El paso del tiempo hizo que los médicos se volvieran más asertivos en sus diagnósticos y el tema del azúcar y sus efectos en el organismo comenzó a cobrar auge en 1770 luego de que el doctor inglés Matthew Dobson descubriera que se quedaba en la sangre y en la orina. No hubo más avances hasta finales del siglo XIX. En 1889, Oskar Minkowski realizó experimentos con perros en University of Strasbourg para demostrar que un páncreas que no funcionaba correctamente desencadenaba la diabetes.
Frederick Banting, el médico que descubrió la insulina
Frederick Banting nació el 14 de noviembre de 1891 en Alliston, Ontario, y fue un famoso médicos que marcó un antes y después en la vida de los pacientes con diabetes.
Banting estudiaba teología en la Universidad de Toronto cuando de repente, decidió poner un alto a sus estudios religiosos para dedicarse a su otra gran pasión: la medicina.
Luego de obtener su título de doctor, se unió al cuerpo médico del ejército de Canadá y participó en la I Guerra Mundial, en donde consiguió su primera gran hazaña: atender a su batallón durante 17 horas pese a estar gravemente herido, lo cual le sirvió para recibir la Cruz Militar.
En 1919, al volver a su país, continuó ejerciendo la Medicina y fue en ese momento cuando se interesó por estudiar más de cerca la diabetes y su relación con el páncreas. Él sabía que la enfermedad era provocada por una deficiencia de una hormona segregada por dicho órgano y también que muchos médicos intentaron aislar la sustancia que afectaba el metabolismo del azúcar pero sin que tuvieran éxito.
En 1921, Banting planteó sus hipótesis al profesor John Macleod de la Universidad de Toronto quien, pese a no estar totalmente convencido con sus ideas, le ofreció un pequeño laboratorio universitario, así como 10 perros que servirían como conejillos de indias y la ayuda de un asistente de nombre Charles Best.
Fue así como Banting comenzó sus experimentos extirpando el páncreas de algunos perros y pudo comprobar que los animales incrementaban su nivel de azúcar en la sangre y comenzaban a beber mucha agua y a debilitarse. Los canes habían desarrollando diabetes. Posteriormente, Banting y su ayudante centraron su investigación en mezclar el páncreas de otro de los perros con aguas y sales para después congelarlo y filtrarlo. Esto le permitió aislar la hormona pancreática a la que en un principio denominó isletin. Inyectó la sustancia en el perro diabético y se asombró al comprobar que los niveles de glucosa en la sangre se redujeron notablemente y el animal recuperó el vigor y la fuerza. Después de someter al perro a varias inyecciones de la nueva sustancia, los síntomas de diabetes desaparecieron.
Banting mostró los resultados de sus estudios a Macleod que estaba gratamente impresionado y fue él quien le sugirió llamar a dicha sustancia insulina.
En 1922, Banting y Best tuvieron la oportunidad de experimentar sus estudios en humanos. El primer paciente fue un niño de 14 años, Leonard Thompson, que estaba a punto de morir por culpa de la diabetes. Tras recibir las inyecciones de insulina, el menor se recuperó. Tras el éxito obtenido con el primer paciente, Banting comenzó a recibir solicitudes de decenas de diabéticos que querían participar como voluntarios. Todos reaccionaron positivamente a la insulina.
La noticia de los exitosos resultados se extendió por todo el mundo y, tan solo un año después, el comité Nobel decidió otorgar su prestigioso galardón a Frederick Banting y a John Macleod. Esta inesperada decisión indignó profundamente a Banting quien consideraba que si debía compartir el premio con alguien el elegido debía ser su ayudante. A fin de resarcir de alguna forma el daño causado por los organizadores del Nobel, decidió compartir el dinero del premio con el joven Best, que en ese entonces era solo un estudiante de Química.
Fue la farmacéutica Eli Lilly la primera en comenzar a producir a gran escala la codiciada sustancia para abastecer a todo el mundo con uno de los mayores descubrimientos de la medicina.
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