El ataúd que convierte tu cadáver en composta

Un ataúd tradicional tarda unos 20 años en descomponerse; en esta opción ecológica que utiliza hongos y otros elementos biológicos, apenas tardará seis semanas

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living cocoon Crédito: Twitter | Cortesía

Se trata de un ataúd ecológico que trata de devolver el cuerpo a la tierra de la manera más orgánica posible, pero que además evita la contaminación causada por las sustancias sintéticas y químicas ampliamente utilizadas en los féretros. Es un ataúd que convierte tu cadáver en composta cuando mueres con la ayuda de hongos y otros elementos orgánicos que descomponen el cuerpo rápidamente.

“Living Cocoon”, el invento del holandés Bob Hendrikx, consiste en una caja de madera y micelio, que son redes de hongos que usualmente viven bajo tierra y que ayudan a pudrir el cuerpo rápidamente, incluida la caja, que se descompone en apenas seis semanas, cuando un ataúd normal puede llevarse unos 20 años.

Su llamado “ataúd viviente” es también ecológico, pues permite que la tierra absorba los nutrientes del cadáver sin contaminarla con pegamento, metales y otras sustancias tóxicas como el formaldehído, un químico ampliamente utilizado para embalsamar cadáveres. Según la organización Green Burial Council, tan sólo en Estados Unidos al año se utilizan alrededor de cuatro millones de líquido para embalsamar. La cremación tampoco es una alternativa muy amigable con el medio ambiente, pues se libera una gran cantidad de humo y carbono a la atmósfera.

La inspiración de Hendrikx para crear su compañía Loop Biotech y su ataúd ecológico es su deseo de no convertirse en un desecho contaminante al morir, sino en una especie de abono para la tierra. Su intención es revertir el proceso industrial en el que se ha convertido el momento de la muerte, para recuperarlo como uno de los procesos más naturales que existen.

Por ello, el emprendedor aprovecha la capacidad de los hongos para descomponer prácticamente todo tipo de material y así convertir la materia inerte en una nueva vida vegetal. Durante una semana, el féretro se prepara con micelio cultivado en laboratorio que se coloca al fondo de la caja de madera. Sobre ese musgo se coloca el cadáver y, al entrar en contacto con la humedad del suelo, comienza el proceso natural de descomposición.

El costo del Living Cocoon es de $1,700 dólares y, aunque ha tenido aceptación en algunos países europeos Alemania, Bélgica y Países Bajos, la compañía se enfrenta a una industria muy conservadora que no está familiarizada con funerales sostenibles. ¿Y tú te atreverías a optar por este tipo de ataúd para el momento en que mueras?


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