El hambre en NYC se redujo un 50% después de los peores meses del COVID-19

El severo 'golpe' pandémico al estómago de los neoyorquinos más pobres muestra grandes alivios al cierre de 2021, según lo demuestra un reporte de Hunger Free América

Cálculos asocian la inyección de recursos de emergencia de la Ciudad, el Estado y el Gobierno Federal con la disminución de la inseguridad alimentaria.

Cálculos asocian la inyección de recursos de emergencia de la Ciudad, el Estado y el Gobierno Federal con la disminución de la inseguridad alimentaria. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

 

El fuerte ‘golpe’ al estómago que causó la pandemia el año pasado a millones de familias pobres de Nueva York, fue mucho menos severo en este 2021 que ya finaliza.

De acuerdo con un análisis del grupo ‘Hunger Free América‘, en todo el estado el número de personas que “no tenían suficiente para comer” se había disparado a más de 6 millones en abril del 2020. Pero en septiembre de este año esa cifra se desplomó a 2.715 millones de personas.

Esto significa que los problemas de acceso a alimentos y trabas para completar la carga calórica diaria mejoró en un 56% en todo el estado y 45% en la Gran Manzana.

Esta tendencia a juicio de Joel Berg, director ejecutivo de Hunger Free America, se debe a que tanto la Ciudad como el Estado y el Gobierno federal pusieron desde principios de año “muros reales” a la posibilidad de una hambruna empujada por la crisis de salud pública creada por el COVID-19.

“Millones de neoyorquinos siguen teniendo dificultades, pero la realidad es que observamos que las autoridades en todos los niveles expandieron la red de seguridad y aumentaron los beneficios para que las familias vulnerables no tengan que saltarse comidas o comprar productos menos nutritivos”, explicó Berg.

En el balance de esta organización sin fines de lucro, El Bronx sigue siendo el condado con más dificultades de nutrición en la ciudad de Nueva York.

Más de uno de cada cuatro residentes del Condado de la Salsa (25.4%) experimentan inseguridad alimentaria, esto incluye a 35.8% de todos los niños, casi el 18% de los adultos que trabajan y más del 21% de los adultos mayores.

Los programas de despensas y bancos de alimentos recibieron inyección de recursos adicionales para aliviar los efectos pandémicos. (Foto: F. Martínez)

Nunca más me acosté sin comer

Hay algunos testimonios que plantan cara a estas secuencias estadísticas. El trabajador de restaurantes mexicano Saturnino Aviles, de 60 años, desde el principio de la pandemia quedó desempleado. Ahora solo ha conseguido un ‘part time’ de cuatro horas. Sus ingresos todavía no le permitan compensar del todo su refrigerador, ni sus necesidades.

“Uno no quisiera tener que recibir ayuda porque uno trabaja, pero no alcanza, pero por otra parte hay que reconocer que en esta ciudad hay muchas ayudas. Es casi imposible pensar que alguien puede pasar hambre aquí”, destacó el poblano residenciado en El Bronx mientras hacía una larga fila en una despensa de alimentos.

En la misma línea, se encontraba la venezolana Carmen Villalobos, de 45 años y quien llegó a Nueva York llena de ilusiones de progreso el pasado enero del 2020. A los días estalló la pandemia y sus posibilidades de despegar en un nuevo trabajo cayeron al vacío. 

La inmigrante admite que por algunos días vio muy de cerca el rostro agrio y desesperante del hambre.

“Mientras empecé a conocer de los bancos de alimentos y de las ayudas pasaron algunas semanas. En ese tiempo o pagaba la renta con los pocos ahorros que traje,  o comía. Fue horrible porque justamente vengo de un país huyendo de una crisis humanitaria, de falta de alimentos”, contó entre sollozos la también residente de El Bronx.

Carmen en este tránsito no tuvo acceso a ayudas federales, porque se encuentra apenas en proceso de regularización, pero reconoce que pudo nadar en las aguas profundas de la devastación económica causada por el COVID-19.

“Yo como inmigrante puedo dar fe que aquí en esta ciudad hay mucha solidaridad. Obvio que tu dignidad se agobia, porque vienes a trabajar. No con el propósito de extender la mano. Ahora tengo empleo. Y puedo decir que gracias a estos programas nunca más me acosté sin comer”, compartió la venezolana.

El mexicano Saturnino Avilés destaca que aunque empezó a trabajar un ‘part time’ no es suficiente para enfrentar todos sus gastos. (Foto: F. Martínez)

Encendiendo motores

Cuando los cierres pandémicos empezaron a aniquilar los ingresos a millones de residentes de la Gran Manzana, una de las primeras reacciones de las autoridades de la Ciudad de Nueva York, fue garantizar que la falta de alimentos no se convirtiera en otra terrible pandemia.  

Ya en abril del 2020, la Administración De Blasio había anunciado una inversión adicional de $170 millones de dólares para dotar a las despensas y bancos de alimentos distribuidas en los cinco condados.

“Nadie pasará hambre en nuestra ciudad”, exclamó el mandatario municipal.

Fuentes municipales aseguran que ese compromiso se ha mantenido en el tiempo, cuando la ciudad sigue encendiendo sus motores económicos, al ritmo de la vacunación.

“Sabemos que seguimos en recuperación, pero ha sido extraordinario el esfuerzo de nuestras organizaciones comunitarias para llevar alimentos a la mesa de los más pobres. Y ese es un rubro de inversión social en nuestra Ciudad que deberá mantenerse en el tiempo”, subrayó un portavoz de la Alcaldía.

En las vísperas de estas fiestas los bancos de alimentos, despensas y comedores comunitarios siguen reportando que pese a la crisis inflacionaria, pudieron mantener sus inventarios para atender una demanda que tiende a estabilizarse. Si se contrasta con el último trimestre del 2020.

“Obviamente abrieron ya muchos negocios y no hay el nivel horrible de desempleados de antes. Este año si se compara estamos observando un poco menos de demanda, pero nosotros estamos listos para atenderla”, estimó Joel Pereira, un joven dominicano que trabaja como voluntario en una despensa de la organización West Side contra el Hambre en el Alto Manhattan.

La demanda en los 1,000 puntos de distribución gratuita de comida enlatada, fresca y caliente de la Gran Manzana se había disparado en un 53% en los meses de los cierres comerciales y empresariales.

El respiro de los cupones

En Nueva York, según un comunicado a medios locales del gigante tecnológico Google, las búsquedas de “donaciones de alimentos cerca de mí” aumentaron en un 50% en 2021 y “el interés de búsqueda en cupones de alimentos alcanzó un máximo histórico”. 

Con base a los razonamientos de la organización Hunger Free América, justamente la inyección de más presupuesto en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), coincidió con la caída del 56% en la insuficiencia alimentaria en el estado de Nueva York. 

En efecto, desde mayo del 2020 hasta agosto del 2021, la inversión federal en este programa alimenticio se duplicó de $362 millones de dólares a $693 millones mensuales.

“El enorme e histórico aumento de los beneficios alimentarios suavizaron significativamente el golpe de la crisis del hambre durante la pandemia”, aseveró Joel Berg, director ejecutivo de Hunger Free America.

Desde el pasado octubre los neoyorquinos inscritos en el Programa SNAP se beneficiaron con un aumento de aproximadamente $36 dólares por cada miembro de la familia.

En Nueva York el beneficio máximo mensual para una familia de cuatro personas aumentó en promedio de $680 a $835 dólares, pero también aumentó el acceso el número de solicitudes de personas que solicitaron este año los cupones: 3 millones de hogares en todo el estado se inscribieron en SNAP en el pasado verano.

Inseguridad alimentaria en NY en detalle:

  • 6.219 millones de personas en mayo del 2020 en Nueva York tenían algún problema en costear su cesta básica de alimentos.
  • 3.425 millones es el número de personas que reportaron alguna dificultad de acceso a alimentos en agosto de 2021, de acuerdo con datos actualizados de la organización Hunger Free América.
  • Casi 1.1 millones de residentes de la ciudad de Nueva York, o el 12.9%, padecían inseguridad alimentaria en los promedios históricos antes de la pandemia.
  • 50% de todas las personas con inseguridad alimentaria que viven en el estado de Nueva York, residen en la Gran Manzana.
  • 12% más alta que la tasa nacional y un 16% más elevado del promedio del estado de Nueva York eran los niveles de inseguridad alimentaria en la Gran Manzana antes de la crisis de salud pública.
  • $170 millones de inversión en dotación de comida anunció el alcalde Bill de Blasio para combatir el hambre en la pandemia.
  • $25 millones en fondos de emergencia para las despensas autorizó la Ciudad.
  • $25 millones adicionales autorizó casi al mismo tiempo la Gobernación de Nueva York.
  • 1 de cada 3 despensas de alimentos en la ciudad había cerrado durante la pandemia. Ahora están todas abiertas.

¿Cómo buscar ayuda alimenticia en NYC?

  • La vía para conseguir información sobre bancos, despensas y comedores comunitarios que podrían ayudarle es llamar al 311. En español y de manera gratuita le pueden indicar la dirección de las organizaciones más cercanas a su residencia.
  • Puede también consultar este link de manera directa para saber de las despensas que existen alrededor de la ciudad: https://www.foodbanknyc.org/get-help/
  • La Ciudad de Nueva York, en su objetivo de conectar a los neoyorquinos a ayudas de alimentos, han creado este localizador de sitios de alimentos: https://maps.nyc.gov/foodhelp/

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