Biden pierde más popularidad entre latinos

La popularidad del presidente Joe Biden ha caído entre los latinos con un rechazo más alto que entre los votantes blancos, según una encuesta de PBS-Marist; otros sondeos muestran el mismo retroceso, pero en todos hay coincidencia en que los republicanos tampoco tienen mejor respaldo de esta comunidad

Los latinos se sienten decepcionados con los demócratas.

Los latinos se sienten decepcionados con los demócratas. Crédito: MARCO BELLO | AFP / Getty Images

El presidente Joe Biden enfrenta una pérdida de apoyo entre los latinos, el segundo mayor grupo de votantes de Estados Unidos, justo cuando se inicia un año electoral que definirá quién controlará el Congreso y la capacidad de actuación del mandatario para el resto de su mandato.

Según una reciente encuesta de PBS/Marist, la aprobación de Biden entre los hispanos es del 33%, frente al 40% entre los blancos, mientras que reprueban su actuación el 65% de los latinos y el 56% de los blancos.

Y en otra encuesta, en este caso de The Wall Street Journal, los latinos se mostraron divididos sobre si votarán a un candidato demócrata o republicano al Congreso en noviembre próximo, con igual proporción de los consultados (37%) favoreciendo cada opción.

¿Y por la presidencia?

Y mirando más a largo plazo, a las presidenciales de 2024, el 44% dijeron que si se realizasen ahora votarían por Biden, mientras que el 43% se decantarían por una hipotética candidatura liderada por el republicano Donald Trump.

Otras encuestas muestran un desencanto similar del electorado latino con la Administración demócrata.

Lejos está, por tanto, el 59% del voto latino que apoyó a Biden en las presidenciales de 2020, cuando derrotó al entonces presidente Trump (que recibió el 32 % del apoyo hispano).

Pero ya entonces Trump había conseguido mejorar los resultados mostrados cuatro años antes, cuando capturó el 28% del voto latino, por el 66 % de la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, según el centro de estudios Pew.

Electorado clave

Los hispanos se están convirtiendo con el paso de los años en un electorado bisagra (con apoyo similar para republicanos y demócratas y considerado clave en las elecciones), considera Ben Monterroso, quien lideró por más de dos décadas la organización Mi Familia Vota y que asesora a la organización Poder Latinx.

Monterroso explica a Efe que entre los latinos actualmente reina el “desánimo”, en buena medida por la incapacidad de los demócratas para cumplir hasta ahora su promesa de aprobar una reforma migratoria y dar respuesta a los retos económicos que ha traído la pandemia de covid-19, como la elevada inflación.

Similar sentimiento detecta Miguel Tinker Salas, profesor de Historia y Estudios Latinos en Pomona College, quien reconoce la existencia de una “importante frustración” entre los latinos por la incapacidad de Biden para impulsar sus políticas económicas, sociales, migratorias y medioambientales.

Porque la economía sigue siendo lo que más importa a los latinos, según confirmó una encuesta del grupo especializado en esta comunidad Equis Research; y la inflación golpea con más dureza a las economías más sensibles, como la hispana.

El académico opina que los latinos ven a Biden como un presidente “débil” e “incapaz de controlar a su partido”, lo que le ha imposibilitado sacar adelante hasta ahora su billonario plan de gasto social en el Senado.

¿Voto de castigo?

Monterroso y Tinker Salas dejan la puerta abierta a que un posible “voto de castigo” a los demócratas no necesariamente lleve a los latinos a decantarse mayoritariamente por los republicanos, sino simplemente a quedarse en casa.

Y eso podría ser suficiente para inclinar la balanza en estados como Texas, Arizona, Nevada o Colorado, donde los latinos han ido dando alegrías a los demócratas en las últimas citas electorales.

En Arizona, las miradas están puestas en el senador federal demócrata Marc Kelly, que en 2020 desbancó a la republicana Martha McSally por estrecho margen en unas elecciones especiales y en noviembre de 2022 debería refrendar el resultado. En caso contrario, se desnivelaría en favor de los conservadores el control de la Cámara Alta, actualmente dividida en 50 escaños para cada partido.

En opinión de ambos analistas, los demócratas están todavía “a tiempo” de cambiar la tendencia y convencer a los hispanos de que vuelvan a apoyarlos mayoritariamente, pero Monterroso les sugirió que hagan una “campaña consistente”, invirtiendo muy a largo plazo y no esperar a última hora para visitar los barrios latinos pidiendo el voto.

Pero no lo tendrán fácil, porque más allá de la posible abstención y su rechazo a que los demócratas den por garantizado su voto, no hay que olvidar las iniciativas de varios estados conservadores para desalentar el voto de las minorías y diluir su peso en los nuevos dibujos de los distritos congresuales, tal y como han denunciado activistas.

Tinker Salas dice que en estados como Texas, Arizona o Nevada los republicanos han impulsado medidas “muy concretas” para minimizar el voto latino, para “cerrar puertas” de participación que costó años de trabajo abrir.

“La situación es muy preocupante para los demócratas”, opina el catedrático, mientras Monterroso recomienda a los latinos estar pendientes de las propuestas de ambos partidos antes de tomar su decisión en noviembre del año próximo y no dejarse llevar por las emociones, así como salir a votar para no perder la influencia política ganada, paso a paso, en cada elección.

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