Eric Adams promete “reimaginar” la educación en NYC pero su primer reto será el regreso a clases

Eric Adams literalmente tendrá que hacerle frente a su primer reto con las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York, dos días después de asumir el cargo como Alcalde de la Gran Manzana.

El regreso a clases, este 3 de enero, de casi de 1 millón de estudiantes y 75,000 maestros, tras el descanso de fin de año, será la primera prueba de fuego real para el mandatario, quien deberá garantizar un retorno seguro, justo cuando la variante ómicron del COVID sigue disparando los contagios en los cinco condados.

“Trabajaremos durante todo este receso. Pero si no vemos que estamos obteniendo el sistema de pruebas que necesitamos para mantener nuestras escuelas y nuestras comunidades y nuestros niños y padres seguros, entonces vamos a tomar una posición diferente sobre que las escuelas deben permanecer abiertas”, aseguró el presidente de la Federación de Maestros, Michael Mulgrew.

Deficiencias en el sistema escolar público más grande de Estados Unidos, como la segregación, la falta de suficientes salones para tener clases pequeñas, falta de acceso igualitario de los estudiantes a programas y equipos y la urgencia de planes que ayuden a combatir el trauma que el coronavirus ha dejado en niños y padres, son algunos de los otros retos que Adams tendrá que abordar.

Y a juzgar por las propias declaraciones del mandatario local, Adams parece tener claras las necesidades de las escuelas y ha prometido dar un vuelco al sistema, y “reinventar” las cosas, de la mano del nuevo Comisionado del Departamento de Educación (DOE) David Banks, quien reemplaza en el cargo a Meisha Porter.

“Tenemos una oportunidad única en la vida de reinventar completamente nuestro sistema educativo. Y no podemos olvidar cuánto está en riesgo. Tenemos que proporcionar lo que los estudiantes y los padres necesitan para tener éxito, dentro y fuera del aula”, es el compromiso que el Alcalde entrante defiende.

Calidad de educación para todos

Y dentro de su plan de acción para reparar el sistema escolar de la Ciudad de Nueva York, Adams ha dejado ver que no le da la espalda plena al sistema de aprendizaje virtual, cuando sea necesario, pero también ha advertido abordar un enfoque integral para los niños, donde se amplíen opciones de aprendizaje en el verano, se incremente la formación laboral en las escuelas secundarias y se cree una mejor experiencia de aprendizaje remoto.

Una de sus prioridades en el manejo de las escuelas, según ha repetido, tendrá que ver con la calidad de educación para todos, sin importar estatus social ni económico de los niños, clamor que organizaciones y líderes neoyorquinos llevan años haciendo.

“La calidad de la educación pública de un niño en Nueva York a menudo está determinada por su código postal y cuánto dinero tiene su familia. Este sistema conduce a disparidades raciales imperdonables, que limitan el futuro de cientos de miles de nuestros niños, año tras año”, admitió Adams, reconociendo que el COVID-19 ha profundizado aún más esas disparidades.

“Las familias de bajos ingresos sin acceso adecuado a internet y opciones de cuidado infantil luchan con el aprendizaje combinado y remoto. Tenemos una oportunidad única en la vida de reinventar completamente nuestro sistema educativo. Creo que la clave para mejorar es abrir tantos caminos hacia el éxito como sea posible para nuestros estudiantes y enfocarnos mucho más en cómo aprenden, no solo en cómo se desempeñan”, aseguró.

Asimismo, Adams ha advertido que para acabar con la segregación, expandirá opciones educativas presenciales y remotas y en su bandeja de acciones también ha dicho que buscará mejorar la alimentación que los niños reciban en las escuelas.

Resolver la crisis de sobrepoblación

Leonie Haimson, directora de la organización ‘Class Size Matters’, que vela por los derechos de los niños y que ha promovido una campaña para que los alumnos de las escuelas públicas de Nueva York puedan estar en clases pequeñas y no sobrepobladas, como ocurre actualmente en muchas instituciones, aseguró que la clave de Adams debe ser poder brindar apoyo total a niños, padres y maestros para sopesar los daños que ha dejado la pandemia, y como parte de esa ecuación, urge poner menos estudiantes en cada aula.

“El desafío más importante que enfrenta el nuevo Alcalde es permitir que los niños aprendan de manera segura en un entorno de apoyo y se recuperen de las muchas pérdidas que han sufrido durante la pandemia, tanto académicas como sociales, que no pueden suceder sin reducir el tamaño de las clases”, dijo la activista.

La tarea de Adams dirigiendo las riendas de Nueva York apenas empieza, y más allá de su plan de reforma educativa, su concepción de que se debe invertir en escuelas y programas de calidad para evitar que más jóvenes caigan en la delincuencia, da esperanzas de cambio. Adams advierte que el 80% de los reclusos de Rikers Island no tienen un diploma o GED y un tercio de los reclusos en edad universitaria leen por debajo del nivel de quinto grado y la gran mayoría de ellos son negros y latinos.

“Podemos solucionar estos problemas y cerrar las brechas de desempeño racial mejorando en gran medida las opciones educativas para padres y estudiantes para que cada niño reciba una educación de calidad diseñada para ellos”, afirma el nuevo Alcalde.

La postura de Adams sobre la presencia de policía e incluso detectores de metales en las escuelas, dos temas duramente criticados por activistas y organizaciones que exigen que se saque a los uniformados de los planteles, a quienes acusan de moverse con perfiles discriminatorios hacia los alumnos de minorías, es la primera espina que se ve en el camino de las relaciones del mandatario con padres y estudiantes.

La otra espina a la vista tiene que ver con el apoyo del Alcalde a que se continúe con un examen de admisión a los programas de niños súper dotados y talentosos, lo que ha sido señalado por opositores a ese tipo de prueba (que no suelen pasar en masa latinos y negros), como algo que beneficia a aquellos con mejores condiciones económicas y perpetúa la falta de acceso igualitario de los niños a escuelas especializadas.