Condenan a Iván Reyes-Arzate a 10 años de prisión por narco y traicionar a la DEA; surgen dudas sobre su cooperación contra García Luna
El llamado "Superpolicía" mexicano Iván Reyes-Arzate, alias "La Reina", fue sentenciado a 10 años de prisión, aunque su defensa pedía cinco años como máximo; los fiscales y la defensa tuvieron reunión privada con el juez Brian Cogan sobre posible "cooperación" del exmando en otros casos
Un ambiente enrarecido se vivió en la Corte de Distrito Este de Nueva York, debido a que los fiscales trastabillaron sobre si Iván Reyes-Arzate, alias “La Reina”, era un testigo cooperante, momentos antes de que el juez Brian Cogan le dictara una sentencia de 10 años por narcotráfico y traicionar a la DEA.
“No, no es un cooperante”, afirmó el juez Cogan tras una reunión en privado entre los fiscales Ryan Harris y Philip Pilmar y el abogado defensor Mark DeMarco.
Los fiscales dudaron sobre por qué no podía ser considerado un cooperante. “El acusado no es creíble”, dijo el juez Cogan. Los Harris y Pilmar pidieron entonces un “sidebar”, es decir, la reunión en privado.
Previamente, DeMarco y el propio Reyes-Arzate señalaron que el expolicía mexicano, también conocido como el “Superpolicía”, había sido objeto de amenazas y consideraban que enfrentaba peligro en la prisión en Brooklyn, debido a que se había filtrado entre internos que era “un cooperante” de las autoridades estadounidenses.
“Ahí hay narcotraficantes… que él ayudó a detener… Está alrededor de gente a la que no le gustan los policías. Le han cuestionado su pasado policiaco”, aseguró el abogado DeMarco al exponer la importancia de desmarcar a su cliente como una parte esencial en otros procesos judiciales. “Era un respetado oficial de alto rango”, aseveró el defensor.
Aunque los fiscales se apuraron a asegurar que Reyes-Arzate no es un cooperante, eso queda en duda, ya que fue un alto funcionario de la Policía Federal mexicana, entre 2003 y 2016, el mismo periodo en que estuvo al frente Genaro García Luna, quien está en la misma prisión –y cuyo caso llevan los mismos fiscales—enfrenta un proceso judicial y su juicio podría iniciar en octubre de este año.
Aunado a ello, la petición de sentencia de cinco años de la defensa y sus argumentos están completamente sellados o “redactados”, como se le conoce en el argot en referencia a documentos oficiales. También la última página y media de la respuesta de los fiscales Harris y Pilmar se encuentra protegida. Se trata de una parte fundamental que argumenta la sentencia de 10 años y no la máxima pena de 40 años por los delitos que enfrenta Reyes-Arzate.
“La Reina” ingresó poco antes de las 10:45 horas a la Sala 8 de la corte con sede en Brooklyn y de inmediato se sentó a un lado de su abogado, escoltado por dos oficiales de la Oficina de Alguaciles de EE.UU. El expolicía iba con el traje de prisionero color caqui. No se veía demacrado.
En la búsqueda de reducir la sentencia, el abogado de Reyes-Arzate reveló que su cliente padecía asma y eso lo ponía en riesgo en medio de la pandemia de COVID-19. El juez Cogan reconoció que, si bien el acusado enfrentaba “algunos problemas médicos”, estaba “lejos” de otros reclusos cuyos casos él lidera.
Reyez-Arzate fue oficial de policía y comandante de la Unidad de Investigación (SIU) de la Policía Federal mexicana que colaboraba con agentes estadounidenses contra líderes de cárteles.
Perdón a medias
Reyes-Arzate reconoció las acusaciones en su contra: recibir sobornos –estimados en $290,000 dólares oficialmente, pero en más de tres millones de dólares extraoficialmente—del grupo criminal El Seguimiento 39, una célula del cártel de Los Beltrán Leyva, a cambio de información para evitar la confiscación de droga.
Recordó que en 2017 decidió despedirse de su familia, sus padres, su esposa y dos hijos, para “subirse a un avión” y enfrentar los señalamientos en Estados Unidos. Se entregó en un tribunal en Illinois. Ofreció disculpas “a todos aquellos a los que causó daños” con sus acciones.
“Lo más difícil es la ausencia de mi familia… pero sigo pensando lo mismo: venir no fue la mejor opción, pero fue lo correcto”, dijo.
El juez Cogan lamentó que Reyes-Arzate no haya podido acudir al funeral de su padre y que haya perdido a su esposa, pero le recordó que él mismo había puesto “en peligro a su familia” con sus acciones.
Hizo énfasis que, si bien podría haber cierto peligro en prisión, los guardias habían logrado controlar cualquier amenaza.
Además de prisión, “La Reina” deberá pagar $290,000 dólares, pero su abogado DeMarco afirmó que no tenía dinero, porque su esposa “se llevó todo”.
A la sentencia de 10 años deberán restarse dos que lleva en prisión en Nueva York, por lo que Reyes-Arzate podría salir libre en 2030.
“Al traicionar su juramento y sus socios en la aplicación de la ley a cambio de sobornos en efectivo, Arzate se convirtió en un participante voluntario en el tráfico de drogas y en la distribución de cantidades masivas y peligrosas de cocaína en nuestras comunidades”, declaró el Fiscal Federal Breon Peace.
Timothy Foley, agente especial de la DEA en Nueva York destacó esa traición y el impacto negativo en investigaciones.
“Los crímenes de Reyes Arzate fueron una afrenta para las fuerzas del orden público… La sentencia de hoy demuestra el compromiso de la DEA y de nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley”, dijo.