Día de San Valentín es una bocanada de oxígeno para pequeños comerciantes hispanos de Queens todavía ahogados por los efectos pandémicos
Tanto vendedores ambulantes como comerciantes establecidos esperan que una de las celebraciones que genera más consumo en Nueva York signifique una recuperación luego de une enero "flojo" y meses sacudidos por la pandemia
En las calles de Jackson Heights y Corona cuando apenas se desmontaban los adornos navideños, ya el comercio formal e informal se empezó a preparar desde hace dos semanas para la primera gran celebración de 2022, que rinde un tributo al amor y a la amistad. En esta ocasión, muchos cruzan los dedos para que signifique un día de “oxígeno económico”, después de los primeros días “flojos” de enero. Y luego de dos años en donde las grandes fiestas y los días normales estuvieron sacudidos por la pandemia.
En la médula espinal comercial de miles de familias hispanas, como es la Avenida Roosevelt, de este condado neoyorquino, ya miles de ambulantes apostaron a ofrecer con tiempo, arreglos especiales para los enamorados, luego de superar una temporada navideña arruinada en gran parte por la variante ómicron y un año que aunque mejor que el 2020, es descrito como “una montaña rusa”, para quienes venden mercancías en las calles.
Así lo describe la vendedora ambulante mexicana, Rosa Carpio, ubicada en una esquina de la estación de la 74 St de Jackson Heights, diciendo a su paso: ¡Flores para los enamorados!
“La verdad es que los oficiales de la policía han bajado la guardia, con las multas. Pero igual nos desalojan. Nos mueven. En este caso, este tipo de mercancía tu no la puedes guardar para mejores tiempos”, comenta Rosa quien vende rosas con adiciones de pequeños globos y ositos, que las ofrece bajo el estruendo del tren “la Rooselvet”.
La semana pasada por lo menos 52 ventas ambulantes de “detalles especiales”, alusivos al día de San Valentín, se contaban entre la calle 74 y la 102, debajo de la estructura que sostiene el tren 7, en uno de los vecindarios más hispanos de la Gran Manzana.
La experiencia de Rosa quien ha vendido por más de 5 años productos derivados de cada temporada, es que cada día impone una “batalla diferente”.
“Obviamente, al no tener licencia, para la Ciudad es algo ilegal, por decirlo así. Hay días que los oficiales ni te ven, otros días que te desalojan. ¡Depende! Es como una lotería cada día”, indicó la inmigrante de 50 años y dos hijos adolescentes, quien en Navidad vendió otros detalles.
“No me fue mal. Pude sobrevivir. Ahora toca esperar este fin de semana de los enamorados. El año anterior me puse cerca de las paradas de los autobuses y el mismo día vendí todas mis flores. Los trabajadores de la construcción siempre compran”, recordó.
En efecto, las interacciones con los funcionarios del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) y esto vendedores se redujeron en los últimos 24 meses de pandemia.
La cantidad de multas de NYPD para vendedores durante los primeros tres trimestres de 2021 disminuyó en un 8.5 por ciento, en comparación con el mismo período del año anterior, y en más de un 71 por ciento desde 2019.
Sin embargo, inmigrantes como Rosa aseguran que los policías los abordan menos, pero funcionarios civiles del Departamento del Consumidor y los Trabajadores de la Ciudad (DCWP), de manera verbal les indican constantemente que se retiren de ciertos espacios, sino serán multados.
¡Compre a su vendedor local!
En la ciudad de Nueva York se cuantifican por lo menos 20,000 comerciantes informales y organizaciones como el Proyecto de Vendedores Ambulantes, a propósito de esta fecha, iniciaron la campaña por redes sociales titulada: Las flores más hermosas vienen de los vendedores ambulantes.
Se trata de una forma de expresar el apoyo a miles de familias, en medio del desafío que se aprueben legislaciones que aumenten el número de licencias de esta masa de trabajadores informales, en una gran proporción mujeres inmigrantes.
Mientras tanto, los defensores de estos comerciantes dicen que continúan pidiendo al DCWP y a la administración de Eric Adams, que hagan más para educar a los vendedores sobre las regulaciones específicas en donde no pueden estar ubicados, en lugar de penalizarlos.
Comercio formal aguarda por más ventas
Asimismo, ya en una negocio establecido, con catorce años en el mercado de los arreglos especiales, la joven guatemalteca Sheny Lilian, quien trabaja en una floristería en el vecindario de Elmhurst, en Queens, estima que siempre esta época es positiva para el comercio en general. Y no duda, que este año será mejor que el anterior, en donde existían más temores por la pandemia.
“Se consiguen detalles desde $5. La gente se lleva aunque sea una flor. Pero también detalles más grandes, cestas, ositos, hay de todo. Ya se han estado moviendo. Quienes tienen una pareja esperan por lo menos un detalle”, comenta Sheny mientras preparaba combinados de bombones, peluches y flores, los regalos más comunes en esta temporada.
De acuerdo con la Federación Nacional de Minoristas (NRF), con una proporción casi similar en todas las grandes ciudades del país, el Día de San Valentín es el quinto evento de mayor gasto después de las vacaciones de invierno y el Día de la Madre.
Es probable que la celebración de este año también ayude a impulsar la economía, porque los gastos del consumidor en este tipo de festividades, generan casi el 70% de la producción total del país.
Un mejor escenario para pequeños negocios, pero..
En medio de esta expectativa comercial, se encuentran también los trabajadores y propietarios de la larga hilera de puestos de comida y restaurantes en la “Roosevelt”, en Queens. Todo indica que la noche de este lunes 14 de febrero, tendrá un mejor escenario de clientes que el año anterior, cuando todavía había restricciones pandémicas para el servicio interior.
“El año pasado podíamos aceptar solo el 25% de clientes en el interior, porque lo de la vacuna apenas estaba arrancando. Ahora estamos a 100% de capacidad solo para vacunados, pero veamos qué pasa, porque con esta inflación, la gente anda limitada de gastar”, comentó el poblano Vicente Lorenzo, quien trabaja en un restaurante ecuatoriano en Corona.
Algunos comerciantes calculan que este lunes permitirá equilibrar la caja registradora de los días de facturación lenta del primer mes del año y luego de meses en donde la crisis de salud pública sometió a una “prueba de supervivencia” a los pequeños negocios de hispanos de la Gran Manzana.
En este sentido, la comerciante colombiana Carolina Reyes compraba con optimismo la semana pasada algunos globos para decorar su puesto de venta de joyas en Jackson Heights.
“La pandemia nos enseñó a los emprendedores que debemos seguir adelante y apostar a nuestros negocios con entusiasmo, después de las pausas que hemos tenido. Ahora esto nos obliga a reinventarnos. Este Día de San Valentín es una oportunidad para ofrecer algo distinto y en eso estamos. Sabemos que nos vamos a recuperar”, compartió la caleña quien llegó a Nueva York justamente meses previos a los cierres pandémicos.
Curiosamente en Colombia este día no se celebra en febrero sino en septiembre, por lo cual los inmigrantes de ese país en Nueva York lo conmemoran anualmente por partida doble.
“Por alguna razón en mi país el día de los enamorados no es en febrero, entonces aquí nosotros lo celebramos dos veces”, acotó la comerciante.
Por su parte, la dominicana Teresa Acosta, de 40 años, asegura que ignora por completo esta celebración a la cual le atribuye un “sentido meramente comercial”.
“Al igual que el día de la madre, el padre y todas estas fiestas, en lo personal no le doy importancia porque son estrategias inventadas para aumentar las ventas. Cualquier día es bueno para celebrar a tus seres queridos”, concluyó.
Al igual que en Estados Unidos, San Valentín es una festividad de arraigo, en la que se celebra el amor y también la amistad con el intercambio de regalos. En la mayoría de los países de América Latina se sigue esta tradición, pero con otras denominaciones. Por ejemplo, en México se celebra el día del amor y la amistad, en Guatemala y Perú se identifica como el día del cariño.
Una historia de amor: Al altar 27 años después
Este fin de semana, previo a la celebración de San Valentín, la salvadoreña Blanca Platero caminaba por la Avenida Roosevelt de Queens ultimando los detalles para su boda. Buscaba presupuesto de arreglos florales, chequeaba algunos trajes de novia y revisaba algunos detalles. Su “novio”, luego de 27 años casados por civil, le pidió ahora llevarla al altar y así reafirmar un compromiso de amor, acompañados por cinco hijos, un nieto, y toda historia migratoria en el país.
“Llegamos juntos y construimos una hermosa familia aquí en Nueva York. Han sido años de lucha, de confianza y trabajo. Estoy muy emocionada de que nos casemos ahora por la iglesia. Me siento muy feliz y realmente enamorada como el primer día”, contó la centroamericana.
La boda de Blanca Platero y Julio Mejías será el próximo mes de septiembre en la iglesia Loretto de Nassau. En la ceremonia sellarán lo que califican una historia de confianza y respeto que se inició cuando eran apenas unos adolescentes en la localidad de Cojutepeque.
“Hemos celebrado todos estos años San Valentín, como si fuera el primer día. Y ahora este año que venimos de momentos muy difíciles, porque perdimos a varios seres queridos por la pandemia, él me pidió de nuevo matrimonio, como una forma de celebrar nuestra vida y nuestra familia. Sin duda, él es el amor de mi vida”, dijo Blanca.
¿Por qué es el día del amor y la amistad?
Varias leyendas se entremezclan con hechos históricos para tratar de explicar cuál es el origen de la celebración de San Valentín, pero de todas las posibles teorías la más aceptada es la que vincula el Día de los Enamorados con la figura del santo, un sacerdote que de acuerdo con registros no precisos vivió en la Roma del siglo III, en los inicios de la expansión de la fe cristiana.
La leyenda cuenta que el emperador de entonces, Claudio II, había prohibido a los jóvenes contraer matrimonio para evitar que los hombres fueran reacios a alistarse en el ejército romano y estuvieran dispuestos a ir a las guerras libres de ataduras amorosas. El sacerdote Valentín se dedicó a casar en secreto a los jóvenes enamorados. Estas prácticas llegaron a oídos del emperador e hicieron que el sacerdote fuese arrestado y finalmente ejecutado el 14 de febrero del año 269, de ahí que sea esa la fecha en la que se celebra el día del santo y del amor.