¿Qué sucede con los yates de los oligarcas rusos después de que son incautados?

De acuerdo con expertos legales, la parte complicada viene después de la incautación, mientras que decidir qué hacer con ellos y quién recibe las ganancias, puede llevar años

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Dan a conocer qué podría pasar con los yates confiscados a los multimillonarios rusos. Crédito: AFP | Getty Images

Con la puesta en marcha de la operación militar de Rusia en Ucrania, hemos escuchado que como parte de las sanciones impuestas por la Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos y otros países, los oligarcas rusos han estado en la mira, desencadenándose una ola de congelación de sus activos, entre los que destacan los lujosos yates.

Recientemente, las autoridades incautaron un yate de 213 pies propiedad de Alexei Mordashov en Imperia, Italia. En el puerto francés de La Ciotat fue incautado el yate de 280 pies de Igor Sechin, además del complejo turístico de $18 millones de Alisher Usmanov en Cerdeña.

En su reciente discurso del Estado de la Unión, el presidente Joe Biden les dijo a los oligarcas: “Nos unimos a nuestros aliados europeos para encontrar y apoderarnos de sus yates, sus apartamentos de lujo, sus aviones privados. Venimos por sus ganancias mal engendradas”.

Pero, ¿qué sucede una vez que los bienes son incautados?

Expertos en sanciones señalan que congelar los activos es la parte simple. Decidir qué hacer con ellos, y quién recibe las ganancias, podría desencadenar batallas fuera de la cancha que duren años.

Aunque las leyes varían según el país, los expertos legales dicen que, en general, las sanciones en sí mismas no permiten que los países simplemente se apropien de los barcos, aviones y casas de los oligarcas.

Bajo las sanciones anunciadas por Estados Unidos y Europa, los miembros de la élite rusa tendrán sus activos “congelados y su propiedad bloqueada”. “

En el caso de Estados Unidos y gran parte de las leyes en Europa, los activos congelados permanecen bajo la propiedad del oligarca, pero no pueden transferirse ni venderse.

Los fiscales del gobierno tienen que demostrar que la propiedad fue parte de un delito, para incautar y tomar posesión del yate o villa de un oligarca.

“El gobierno tiene que probar tanto el crimen como la conexión”, dijo Stefan Cassella, exjefe de la Sección de Confiscación de Activos y Lavado de Dinero en la oficina del fiscal de los Estados Unidos en Maryland.

De acuerdo con expertos legales, probar un crimen específico por parte de los oligarcas y vincular los activos directamente a ese crimen puede ser difícil. “Los oligarcas podrían argumentar razonablemente ‘Actué dentro de las leyes vigentes en Rusia y en Europa'”, dijo Maltby. “Tiene que haber pruebas claras de criminalidad”.

Probar la criminalidad en los casos de decomiso de activos puede llevar años.

Los oligarcas también son maestros de las artes oscuras de la protección de activos globales. Usan compañías ficticias, fideicomisos, jurisdicciones extraterritoriales y una red de familiares y asociados para ocultar su verdadera propiedad.

Los superyates casi siempre son propiedad de entidades legales separadas en lugar de individuos, y generalmente están registrados en países como las Islas Caimán, las Islas Vírgenes Británicas o Panamá, que tienen leyes favorables para la privacidad de los fideicomisos.

Un gobierno puede potencialmente asumir la propiedad solo si un fiscal puede probar un delito, probar la conexión del activo con el delito y la identidad del propietario. Si el estado decide vender el activo, las ganancias generalmente se destinan a la aplicación de la ley.

Mientras tanto, los yates y villas que han sido incautados permanecen en un limbo legal, con controversias probables sobre quién pagará por mantenerlos. Sobre todo en el caso de los yates, el mantenimiento es de vital importancia ya que pueden deteriorarse y perder valor rápidamente si no se limpian y reparan constantemente.

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