Fue inmigrante indocumentado durante 28 años, pero logró una visa a través de un amigo que guardaba un oscuro secreto
Un inmigrante que vivió como indocumentado durante 28 años logró obtener una visa que lo llevaría directo a conseguir una 'green card', gracias a un amigo sobre quien luego descubrió que tenía un oscuro secreto que lo había llevado a prisión
Los caminos que sigue la amistad son misteriosos, como lo muestra una historia sobre dos amigos que compartieron centros de refugio para personas sin hogar en Nueva York, lo que afianzó su relación y permitió que uno de ellos lograra una visa para víctimas del delito.
Aquella gran noticia tuvo un momento agrio, cuando Mo Lin supo que su mejor amigo, Tin Chin, quien lo ayudó a obtener la protección migratoria, tenía un oscuro secreto, el cual le había llevado a perderlo todo, incluidas a su esposa e hija, según una historia de The New York Times.
Mr. Chin llegó a un refugio para personas sin hogar, donde se encontró a Mr. Lin arrinconado, vulnerable, con problemas dentales y muy delgado. Al ser las únicas personas en aquel espacio y siendo ambos de ascendencia china, Mr. Chin contempló como natural iniciar una amistad.
Aunque ambos eran ‘homeless’, Mr. Lin tenía una pésima condición física, luego de años trabajando en restaurantes siendo inmigrante indocumentado, hasta que su cuerpo “simplemente no respondió”. Perdió todo.
Mr. Chin decidió compartir con su amigo los $200 dólares que recibía mensualmente de ayuda. Pasearon por la Gran Manzana, comieron hot-dogs en Coney Island y hasta se tomaron una fotografía con el Santa Claus de Macy’s. Su amistad se volvió entrañable.
En una ocasión, Mr. Chin volvió al refugio y se encontró a su gran amigo golpeado, con el ojo ensangrentado, la dentadura más dañada y el cuerpo con dolores. Había sido víctima de un sujeto que llegó al centro de atención para personas sin hogar, quien lo golpeó sin motivo. El hombre había estado en prisión. Por fortuna fue nuevamente detenido tras agredir a Mr. Lin.
Aquella golpiza a su amigo, le dio una gran idea a Mr. Chin: podía ser protegido con una visa U, la cual es especial para personas víctimas del crimen.
Mr. Chin no perdió el tiempo y le escribió a un abogado pro-bono para que tomara el caso de su amigo, proporcionó su correo electrónico, a donde después de varios meses llegó la buena noticia: Mr. Lin tenía una visa y ya podría aplicar para distintos beneficios como residente de la ciudad, sin ser indocumentado. Eso ocurrió en 2019.
Mr. Lin estaba feliz, continúa la historia, pero no podía dejar de lado aquella información que alguien le proporcionó durante sus constantes visitas a Chinatown. Así que confrontó a su gran amigo: “¿Eres agente migratorio?”.
Mr. Chi contó entonces toda su historia. En 1993 había perdido su trabajo como oficial de la oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), donde evaluaba los casos sobre peticiones de asilo de los originarios de China. Al rechazar decenas de casos, se ganó la enemistad de algunas personas, quienes lo acusaron de pedir dinero a los inmigrantes. Él terminó en la cárcel y perdió a su esposa.
Según el reporte del Times, Mr. Chi podría haber sido acusado injustamente, pero su pasado como criminal convicto le impidió recuperar la vida a nivel clase media a la que estaba acostumbrado.
Sin embargo, al conocer todos los procesos migratorios, no dudo en ayudar a su amigo a conseguir algún beneficio, sabía que calificaba para ello.
“No sabes lo afortunado que eres… ¿Cómo crees que obtuviste tu visa? Deberías estar agradeciéndome”, le respondió Mr. Chi a su amigo cuando lo confrontó.
Mr. Lin creyó en su amigo, pero no fue fácil. Su amistad continuó prácticamente intocable.