La principal franquicia de Burger King en Estados Unidos cae en bancarrota: qué pasó
TOMS King Holdings, uno de los franquiciados más grandes de Burger King en los Estados Unidos, se declaró en bancarrota; la cadena culpa a la pandemia por dañar el tráfico de consumidores y a los altos costos provocados por la inflación
TOMS King Holdings, un operador de Burger King con 90 unidades en Illinois, Ohio, Pensilvania y Virginia, se declaró en bancarrota y responsabilizó a la pandemia y a la inflación por drenar su flujo de efectivo que imposibilitó el pago de sus deudas.
En información dada a conocer por Restaurant Business, se dice que la que es una de las franquicias más grandes de la cadena de hamburguesas se acogió al Capítulo 11 de protección por bancarrota con $35.5 millones en deuda garantizada y otros $14 millones en obligaciones no garantizadas.
De acuerdo con documentos judiciales, TOMS King planea vender sus restaurantes a través del proceso de quiebra, y argumenta que “sufrió significativamente por (una) pérdida de tráfico peatonal, lo que resultó en una disminución de los ingresos sin disminuciones proporcionales en las obligaciones de alquiler, el servicio de la deuda y otras responsabilidades“.
La compañía explicó que con la inflación ha estado enfrentando costos más altos en envío y alimentos, además de que la falta de mano de obra exacerbó los problemas con el flujo de efectivo, y aunque algunos de los restaurantes de TOMS son rentables, otros están perdiendo dinero y no pueden pagar sus deudas.
La declaración de bancarrota de TOMS implica un desafío para Burger King, pues las ventas de la cadena tuvieron problemas desde la pandemia y no lograron recuperarse en 2020 y 2021, cuando competidores directos como McDonald’s y Wendy’s reportaron importantes ventas.
Restaurant Business señala que Burger King está revisando la administración e invirtiendo alrededor de $400 millones en la revitalización de la marca, pero que la combinación de ventas débiles y elevados costos de alimentos y mano de obra están perjudicando a los operadores de la cadena.
Y ante tales desafíos, las agencias calificadoras de crédito han rebajado la calificación de varios operadores de Burger King el año pasado.
En un comunicado reciente, Burger King sugirió que los restaurantes se venderían a los franquiciados existentes y que administrará de manera proactiva esas transiciones: “Los restaurantes finalmente serán propiedad de franquiciados de alto rendimiento y otros operadores probados de la industria de restaurantes”.
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