COVID costó $213,000 millones de dólares y 6,600 millones de horas de productividad perdidas a los empleadores en Estados Unidos
Un análisis de IBI encontró que la pandemia de COVID-19 le costó a los empleadores estadounidenses $213,000 millones de dólares, donde los servicios educativos, el cuidado de la salud y la asistencia social sufrieron el mayor golpe económico
El Instituto de Beneficios Integrados (IBI), una organización educativa y de investigación sin fines de lucro centrada en la salud y la productividad de la fuerza laboral, analizó datos de la Encuesta de Población Actual (CPS) de EE.UU. y encontró que la pandemia de COVID-19 ha tenido un efecto significativo en la productividad de los empleados y el costo económico.
El análisis de IBI estima que el costo asociado con la pérdida de horas de trabajo fue de $213,100 millones ($167,400 millones en el primer año y $45,700 millones en el segundo año), mientras que el número de horas perdidas atribuidas a la pandemia fue de 6,600 millones de horas (5,200 millones en el primer año y 1,400 millones en el segundo año).
De acuerdo con el estudio, las 5 principales industrias que enfrentaron las mayores pérdidas económicas fueron:
– Servicios educativos, atención médica y asistencia social con $30,800 millones
– Administración pública, con $27,100 millones
– Construcción, con $23,900 millones
– Servicios de gestión de desechos, $22,400 millones
– Manufactura, con $21,500 millones
En lo que respecta a horas perdidas, el primer año se perdieron el 39%; viéndose más afectados aquellos que trabajaban como apoyo administrativo (46%) o artesanos (51%). En el segundo año, las ocupaciones colectivamente recuperaron un promedio de 11%. El apoyo administrativo (15%) y los trabajadores artesanales (35%) continuaron experimentando más horas perdidas que el promedio en el segundo año.
El IBI señala que los empleados con salarios más bajos no pudieron evitar los encuentros cara a cara y se vieron muy afectados por las horas perdidas. Estos empleados eran desproporcionadamente mujeres, personas afroamericanas, sin diploma de escuela secundaria y trabajadores mayores de 65 años.
Para comprender mejor cómo mitigar pérdidas, el IBI buscó la opinión de más de 1,800 empleadores, que enfatizaron una serie de puntos clave:
– La comunicación a través de múltiples canales entre empleadores y trabajadores es un elemento clave, donde la honestidad y la transparencia son la parte más importante para promover la confianza.
– La sensación de seguridad de los empleados se puede fortalecer mediante programas integrales que incluyen educación financiera y bienestar y ofertas de beneficios de licencia para satisfacer las necesidades de los empleados.
– Al tratar la salud y el bienestar de la fuerza laboral como un activo estratégico en el proceso de valor agregado de una empresa, los empleadores pueden crear una fuerza laboral de alto rendimiento.
– Los conceptos básicos, como la detección preventiva y las visitas de control, siguen siendo valiosos. Para evitar eventos costosos, involucre a los empleados antes de que sus condiciones se deterioren.
– Desarrolle planes de comunicación para sensibilizar a los empleados sobre los beneficios de los controles preventivos regulares y destaque las opciones y los costos disponibles.
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