Concejo Municipal llama a la Ciudad a rendir cuentas sobre apoyo a presos mayores para reintegrarse a las comunidades
En una audiencia en el órgano legislativo de la Ciudad, con una criticada ausencia del Departamento de Correccionales, líderes políticos de la Gran Manzana cuestionaron a la Administración Adams ante la falta real de acceso a planes que ayuden a la reinserción de todos los envejecientes privados de la libertad cuando son liberados
En medio de la fuerte campaña que actualmente adelantan organizaciones comunitarias, activistas y líderes políticos neoyorquinos para que la Legislatura de Albany apruebe un paquete de leyes que busca liberar a cientos de adultos mayores que llevan años esperando salir bajo libertad condicional en cárceles del Estado, el Concejo Municipal de la Gran Manzana realizó el viernes 17 una audiencia pública para cuestionar a las autoridades de la Administración del alcalde Eric Adams sobre lo que están haciendo para ayudar y apoyar a los internos de edad avanzada cuando recobran su libertad.
Durante la audiencia, promovida por los Comités de Justicia y de Asuntos sobre adultos mayores del órgano legislativo, la concejal Crystal Hudson, quien presidió la diligencia, advirtió con preocupación que actualmente el 12% de los casi 6,000 presos que están bajo custodia del Departamento de Correccionales de la Gran Manzana (DOC), es decir unos 800, tienen más de 50 años. Asimismo manifestó serias dudas sobre la manera como las agencias de la Ciudad están trabajando en garantizar que la transición de internos mayores de 50 años que salen de prisión tengan los servicios y recursos que requieren para su readaptación social. A nivel estatal la cifra de adultos mayores tras las rejas llega a 8,000.
“Nueva York gasta cientos de miles de dólares al año por cada adulto mayor en prisión. Este dinero podría reinvertirse en nuestras comunidades y utilizarse para mejorar la salud y la seguridad de los neoyorquinos. O bien, podría usarse para proporcionar recursos, apoyos y educación en los esfuerzos por eliminar el conducto de la escuela a la prisión”, dijo la líder política, quien anunció una resolución del Concejo para apoyar el proyecto de ley de libertad condicional justa y oportuna y la Ley de libertad condicional para personas mayores, que se discuten en Albany, que de paso ahorraría unos $522 millones al año.
“Tenemos además que garantizar que la población de adultos mayores encarcelados disminuya y que esta población pueda reinsertarse en la sociedad y vivir sus vidas con dignidad para ayudar a evitar que tengamos audiencias como esta en el futuro, porque tomamos la decisión de invertir en nuestras comunidades en lugar de invertir en un sistema arraigado en el racismo que destruye vidas y hace muy poco”, dijo Hudson.
La concejal Carlina Rivera, quien está en una licencia de maternidad, envió un mensaje en el que aseguró que urge que la Ciudad de Nueva York reduzca la población carcelaria cerrando inmediatamente la prisión de Rikers Island y que pueda cumplirle a los presos mayores que sean liberados con el apoyo a los servicios que necesitan.
“No hay justificación para tener aproximadamente 8,000 adultos mayores tras las rejas en Nueva York. A medida que trabajamos para traer a nuestros ancianos a casa, Nueva York también debería ayudar a las familias y las comunidades al brindar servicios integrales de reintegro, pues estudios muestran que las personas encarceladas tienen casi diez veces más probabilidades de experimentar la falta de vivienda o una vivienda inestable. Nuestra ciudad debe garantizar que tengamos viviendas suficientes, seguras y asequibles, con el apoyo adecuado de los servicios sociales cuando sea necesario, para acomodar a todos los que regresan de la cárcel”, dijo la misiva de la concejal latina.
Y al cuestionar a los representantes de la Administración Adams sobre las tareas que desarrollan para acompañar los programas de reinserción de los presos mayores a sus comunidades cuando recuperan su libertad, funcionarios de la Red de Reingreso de la Ciudad de (MOCJ) intentaron mostrar que la Ciudad tiene iniciativas y recursos suficientes para apoyar a los reclusos mayores, pero sus respuestas no solo no convencieron del todo a los concejales, sino que el gran lunar de la audiencia fue la ausencia total de funcionarios del Departamento de Correccionales, por lo que no hubo datos concretos en términos de cifras sobre el manejo que se le da a la transición de reclusos mayores.
David Goldin, Consejero general de la Oficina de Justicia Penal del Alcalde (MOCJ), aseguró que la Administración Municipal tiene claro que los servicios de reingreso de los presos mayores son “un componente crucial” para lograr la seguridad para todos y dijo que por ello han renovado y fortalecido los programas de reingreso para mejorar la transición y la liberación con servicios de planificación para envejecientes que salen de las cárceles.
“La ciudad ha invertido $30.5 millones en esta programación, basándose en el éxito del programa de servicios de reingreso de ‘Jail to Jobs’ lanzado en 2018 (para ayudar a conseguir empleos). Durante el encarcelamiento, las personas trabajan con los coordinadores de transición para crear planes de libertad para cuando son liberados, y también trabajan con mentores de reingreso que ayudan a facilitar su proceso de reingreso de manera individualizada”, aseguró el funcionario.
“Los mentores de reingreso desarrollan relaciones con personas liberadas para alentar su participación en servicios y programas relevantes (…) También brindan servicios de apoyo holísticos tales como: inscripción de beneficios, asesoramiento individual y grupal, servicios legales, manejo de casos, apoyo y reunificación familiar, conexiones con el cuidado de la salud mental, conductual y física, tratamiento por uso de sustancias y asistencia de vivienda”, dijo.
Sarah Cassel, directora de Iniciativas de Desviación y Reingreso de MOCJ, también destacó como elemento importante de apoyo a los reclusos mayores liberados, la prestación de servicios de transporte desde las cárceles estatales hacia la Gran Manzana cuando no cuentan con familiares que los recojan y dijo que anualmente apoyan así a unas 1,000 personas.
Pero la imagen de apoyo pleno a presos mayores cuando recuperan su libertad que la Ciudad quiso mostrar en la diligencia, contrastó con historias de reclusos de más de 50 años, quienes acudieron a la audiencia a contar sus experiencias tras salir de prisión.
“Hay una marcada diferencia entre predicar y practicar, y como se dice en el ejército, una diferencia entre cuando se opera en tierra y no se aplica el plan”, aseguró Frederik Robinson, de 66 años, quien estuvo 20 años encarcelado y tras recobrar su libertad recientemente dijo que a pesar de haber tenido la suerte de contar con un plan de salida y reintrego, eso no es el común en la mayoría de los casos.
Asimismo el exrecluso criticó que las autoridades penitenciarias no actúen con transparencia y ni siquiera acudan a audiencias como la que impulsó el Concejo para analizar el panorama de los presos mayores en libertad.
“Muchas veces tenemos preguntas que son importantes pero las personas que deberían responderlas ni siquiera están aquí para responderlas. Yo cogí mi educación sobre esos asuntos estando 20 años en la cárcel y aprendí más de lo que pueden aprender muchos en un salón de clases. Por eso, les digo que lo que pedimos es una mejor coordinación entre grupos de afuera y los encarcelados; que se sepa exactamente a dónde van a ir, porque si no se tiene apoyo en ese momento, entre más (un preso liberado) esté confuso y desconectado con los servicios, es más grande el riesgo de volver a prisión”, dijo el antiguo interno, agregando que la preocupación principal es la falta de una vivienda estable. “Tiene que haber vivienda permanente, esa es la base de todo hasta que haya vivienda para todos los que salgan“.
José Vega, de 51 años, quien salió de prisión en junio del 2018, tras estar 25 años encarcelado, aseguró que el panorama es peor para los adultos mayores que tienen problemas médicos o discapacidades, como es su caso, y pidió a la Ciudad impulsar planes efectivos para tenderle la mano a los presos en su proceso de resocialización.
“Cuando yo salí tuve que aprender cosas duras. Yo pensé que dejaría el sufrimiento cuando me liberaron, pero todo se me volvió otro infierno. No había vivienda disponible para alguien con discapacidades como yo, y me mandaron de refugio en refugio. Yo dejé un infierno para meterme en otro. Es inimaginable para personas como yo”, dijo el hispano, quien debió vivir con sus padres, en un hogar de ancianos, con el temor de que expulsaran a sus papás por tenerlo allí. “Necesitamos asistencia, ayuda y guías de salud en la nueva vida que enfrentamos después de años y décadas de encarcelamiento”.
Aguilda López, de 57 años, quien recobró su libertad hace dos años tras estar 27 años presa, aseguró que para las mujeres el panorama es todavía más desolador y pidió a quienes critican los planes de liberación y apoyo a reclusos mayores que entiendan que los errores que los llevaron a prisión no hacen parte de sus realidades actuales.
“Yo perdí a mi familia. No hay muchos recursos para mujeres en las cárceles y por eso tenemos que ayudarnos entre todos, porque es algo muy duro”, dijo la madre latina. “Si yo hubiera tenido la mentalidad que tengo ahora, no hubiera ido a prisión. Nosotros ya pagamos una sentencia, y cuando salimos, pagamos otra sentencia. No es justo. A mí me quitaron todo y ahora yo quiero contribuir a la sociedad”, dijo la reclusa liberada.
La concejal Darlene Mealy se mostró molesta ante la falta de representantes del Departamento de Correccionales de la Ciudad y ante múltiples cuestionamientos a los funcionarios de la Administración Adams sobre cifras y programas de apoyo a los reclusos mayores, donde la respuesta constante fue “tenemos que revisar eso y después enviaremos las respuestas”.
“No los veo preparados”, dijo la líder política de Brooklyn, quien sobre el plan de transporte que los voceros de la Ciudad mencionaron dijo: “Osea que los dejan y ya. Hay acaso alguna preparación para ponerlos en viviendas?; no tienen nada de datos. Alguien debe tener esa información, porque no solo son gente que se descarga. La Ciudad no está haciendo un buen trabajo solo los descargan y no les dan condiciones estables. Cuando vengan acá no pueden solo hablar de reincidiencia, no vienen con suficiente información sobre nuestros adultos mayores”.
La concejal Mercedes Narcisse también lamentó la falta de información con la que los representantes de la Administración Municipal acudieron a la audiencia, y se fue con muchas preguntas sin contestar, entre ellas los costos de albergue que gasta la Ciudad en presos mayores con enfermedades crónicas, tecnología y daños colaterales de salud mental, al igual que seguimiento de casos.
Presos mayores en cárceles de la Gran Manzana en cifras
- 5,881 personas están detenidas actualmente en las cárceles de la Ciudad de Nueva York
- 19% de los presos de la ciudad son mayores de 46 años
- 12% de los presos en la Gran Manzana tienen más de 50 años
- 8,000 personas de 50 años o más hay en las prisiones de todo el Estado
- 1 de cada 4 presos actualmente
- 390 presos están entre los 46 y 50 años
- 327 reclusos tienen entre 51 y 55 años
- 402 reclusos son mayores de 56 años
- 93.9% de los reclusos de la ciudad son hombres
- 6.1% de los internos son mujeres