Los países BRICS se redefinen por oposición al G7

Surgido como grupo económico de países emergentes, los miembros de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se han convertido, lentamente, en un modelo alternativo al del G7.

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Crédito: Deutsche Welle

“El mito fundacional de las economías emergentes se ha desvanecido, los países BRICS viven actualmente su momento geopolítico”, dice a DW Günther Maihold, subdirector del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP). Están tratando de posicionarse como portavoces del Sur global, “como un contramodelo del G7”.

La abreviatura “BRIC” se remonta al execonomista jefe del importante banco Goldman Sachs, Jim O’Neill. Incluye a Brasil, Rusia, India y China, que mostraron altas tasas de crecimiento económico durante un período de tiempo más largo a principios de la década de 2000. El acrónimo pretendía dar a estos mercados emergentes una mayor visibilidad para la inversión extranjera.

Lo que empezó siendo una medida de marketing financiero ha acabado configurando una plataforma de cooperación intergubernamental de primer orden. En 2009 tuvo lugar en Ekaterimburgo, Rusia, la primera cumbre de los cuatro países emergentes. En 2010, Sudáfrica fue invitada a unirse al grupo.

Competencia para el Banco Mundial

En 2014, los países BRICS fundaron el “Nuevo Banco de Desarrollo” (NDB, por sus siglas en inglés) con un capital inicial de 50.000 millones de dólares estadounidenses como alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, se creó un mecanismo de liquidez, el Acuerdo de Reserva Contingente (CRA), para apoyar a los afiliados con dificultades de pago.

Estas ofertas son atractivas no sólo para los propios BRICS, sino también para muchos otros países en desarrollo y emergentes que han tenido experiencias dolorosas con los programas de ajuste estructural y de austeridad del FMI. Así, en tiempos de crisis ya no dependerían exclusivamente del Banco Mundial y del FMI. Por todo ello, muchos países han mostrado interés en unirse al grupo BRICS.

El banco de los BRICS NDB ya se ha abierto a nuevos miembros. En 2021, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Uruguay y Bangladesh suscribieron acciones de la institución, aunque muy por debajo de los diez mil millones de dólares iniciales en depósitos de cada uno de los miembros fundadores.

En vías de expansión

La ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, confirmó el “enorme interés en todo el mundo” por el club BRICS. “Tengo sobre mi escritorio solicitudes de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Argelia, Argentina, México y Nigeria”, explicó en una entrevista televisiva.

Los países BRICS están dispuestos a hablar de una expansión del grupo, pero los criterios de admisión deben acordarse de antemano. El tema estará en la agenda de la próxima cumbre, que se celebrará en agosto en Sudáfrica.

El desarrollo económico de los BRICS tiene ya poco que ver con el origen de los países emergentes en crecimiento pues, de los cinco estados miembros, sólo China muestra un crecimiento continuo y expansivo.

Mientras que China multiplicó por tres su producto interno bruto (PIB) de seis billones a casi 18 billones de dólares estadounidenses entre 2010 y 2021, las economías de Brasil, Sudáfrica y Rusia se estancaron en ese mismo período. E India consiguió casi duplicar su producción económica, pasando de 1,7 a 3,1 billones de dólares estadounidenses.

Sin sanciones contra Rusia

Con la guerra en Ucrania, la distancia entre los países BRICS y Occidente ha aumentadodebido a que ni India ni Brasil ni Sudáfrica ni China participan en las sanciones contra Moscú. Esto se muestra en las relaciones comerciales históricas entre India y Rusia, o la dependencia de Brasil de los fertilizantes de Rusia.

“Los países BRICS persiguen conscientemente sus intereses nacionales”, escribe el politólogo británico Matthew Bishop, de la Universidad de Sheffield, en la revista Economics Observator. El experto Maihold también lo ve así. “Sudáfrica, India y Brasil quieren moverse entre dos mundos”, explica. “Quieren materializar las mejores opciones para su desarrollo nacional desde el distanciamiento”.

Por lo tanto, la alianza no es una constelación antioccidental, sino que sirve para la consecución de los intereses nacionales. Maihold: “Se trata de sacar el máximo provecho de esta lucha de titanes, y ahí es donde estos países afirman que no es ningún error involucrarse en los BRICS, pues entonces no dependes ya sólo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional cuando estés en una crisis financiera”.

China, por otro lado, según Maihold, utiliza la plataforma para sus ambiciones políticas globales. Y así coincidieron las ofertas de mediación en la guerra de Ucrania con las maniobras militares conjuntas de Rusia y China en Sudáfrica.

En Occidente se ha reconocido el cambio de estrategia y se está tratando de contrarrestarlo, dice Maihold. “Se está analizando muy de cerca”, dice. “En la cumbre del G7 en Alemania en 2022, Sudáfrica e India fueron invitadas explícitamente a evitar una perspectiva de confrontación del G7 frente a los BRICS en la política mundial”.

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