El programa de mentoría L.O.V.E para jóvenes latinas busca vías para crecer en NYC
Claudia Espinosa, la fundadora de esta organización de apoyo educativo y emocional, estuvo en la misma piel de miles de adolescentes migrantes
Las mismas siglas que se derivan del nombre en inglés de esta organización encierran un poder particular: The Latinas on the verge of excellence (L.O.V.E). En español, la traducción sería Latinas al Borde de la Excelencia. Y en ambos idiomas se trata de exactamente lo mismo: Un programa de mentoría que se expande en vecindarios de la Gran Manzana con grandes comunidades latinas.
L.O.V.E tiene una misión muy clara basada también en el AMOR, en mayúsculas: Apoya y empodera a jóvenes latinas para que alcancen el éxito, tanto en la escuela como en la vida, a través de la tutoría en salud mental, física y reproductiva. Así como para la preparación universitaria y profesional.
“Estar al frente de esta organización y haberla creado, no es un trabajo, es un propósito personal. Yo me identifico cabalmente con las jóvenes adolescentes que apoyamos en el programa. Hace más de 20 años pasé como inmigrante por los mismos obstáculos. Sin hablar inglés y estando indocumentada”, indicó la colombiana Claudia Espinosa, fundadora de L.O.V.E.
Prioridad principal: estudiar
Claudia terminó viviendo en la ciudad de Nueva York por una casualidad.
Su meta inicial era ir a Holanda luego de haber estudiado cinco años de Psicología en su país natal. Como le negaron la visa para ingresar al país europeo, decidió quedarse en la Gran Manzana donde estuvo siete años indocumentada.
Sin embargo, ni la brecha del idioma, ni los grandes límites que encierra no contar con un estatus legal le pusieron pausas a su ímpetu, no solo de continuar sus estudios, sino de empezar a construir espacios para ayudar a los demás.
Desde que llegó al país le puso todas las energías a seguir su educación. Su prioridad fue aprender inglés. Ingresó a Queens College y luego terminó un máster en Psicología Forense en la Escuela de Justicia Criminal John Jay.
“En el tiempo que estuve sin papeles estuve en una verdadera cárcel. Recibí mi residencia en 2007 y me gradué en 2010. Por ello, entiendo perfectamente lo que significan todos los desafíos de miles de adolescentes de la Gran Manzana. Porque yo en mi propia piel, viví esos procesos”, comentó.
Una guía a más de 2,000 chicas
En la última década, L.O.V.E. ha servido de guía a más de 2,000 estudiantes en 30 escuelas públicas en toda la ciudad de Nueva York.
El eje principal de acción de este programa de mentoría es aumentar los estilos de vida saludables entre las jóvenes latinas. Nada menos, todo apunta a disminuir los índices de depresión e intentos de suicidios, además de proporcionar recursos para reducir las altas tasas de embarazo adolescente.
En paralelo, todas las energías apuntan de una manera muy vigorosa a reforzar los logros educativos y el éxito profesional.
A través de una serie de tutorías estructuradas y actividades grupales que se concentran en el empoderamiento personal, el desarrollo de habilidades de estudio y el acceso a la universidad, L.O.V.E. brinda un espacio donde las mujeres jóvenes pueden aprender cómo esforzarse personal y académicamente a través del refuerzo positivo, la consistencia y la comprensión.
Durante el año académico, los aprendices y mentores participan en sesiones semanales de una hora, guiadas por un plan de estudios, que consta de cuatro componentes básicos: salud mental, salud reproductiva, acceso a la universidad y preparación profesional.
Seguir creciendo
Esta organización hasta ahora ha tenido alcance en vecindarios del sur de El Bronx, el Alto Manhattan, localidades de Bushwick y Williamsburg en Brooklyn, y Jackson Heights y Corona en Queens.
Durante los últimos diez años el 81.6% de las participantes en este esquema de mentoría han asistido al programa semanalmente. Más del 50% de los estudiantes han atendido ininterrumpidamente las asesorías durante dos años o más.
Pero el objetivo de la fundadora de L.O.V.E es convertirse en un modelo educativo expansivo. Seguir creciendo en varias comunidades y dar a conocer mucho más este enfoque para una vida saludable física y emocionalmente.
“Nuestro sueño y estamos trabajando arduamente para eso, es obtener la autorización para obtener nuestra propia escuela chárter, que tenga como foco principal el enriquecimiento personal. Con tantas barreras de nuestras adolescentes latinas es muy complicado que puedan seguir adelante, a menos que tengan un enfoque educativo distinto. Y ese es nuestro propósito. Por lo menos poner una gota de agua en este objetivo”, concluyó Espinosa.