Los habitantes de Nueva Jersey no merecen el trato injusto del plan de congestión de Nueva York
En esencia, esta propuesta es un impuesto adicional para los conductores de Nueva Jersey
Hace tres años, cuando me preguntaron sobre el plan de Nueva York de imponer un impuesto de congestión a los automóviles que cruzan el río Hudson, dije claramente:
“Los habitantes de Nueva Jersey no deberían tener que pagar dos veces: pagar un peaje y luego pagar un impuesto de congestión. Nueva York no debería estar generando ingresos a costa de los trabajadores de Nueva Jersey”.
Mi posición no podría haber sido más clara – este plan de precios de congestión es una situación que perjudicará a las familias trabajadoras y pequeños empresarios de nuestro estado. Y ahora que los burócratas del gobierno han permitido que el plan de Nueva York continúe, lucharé con el gobernador Murphy y mis colegas del estado en el Congreso para evitar esta injusta doble imposición de cargos a los habitantes de nuestro estado.
En esencia, esta propuesta es un impuesto adicional para los conductores de Nueva Jersey. Además de los altos peajes de $17 para cruzar a Nueva York, una tarifa de congestión de $23 por día impondría un costo adicional de $5,000 por año a los habitantes del estado que trabajan o hacen negocios en Manhattan. En un momento en que los presupuestos de las familias trabajadoras y las pequeñas empresas han llegado a un punto precario, Nueva York está tratando de equilibrar su presupuesto exprimiendo cada dólar posible de los residentes de otros estados. Esta propuesta de precios de congestión es una injusta y vergonzosa apropiación de dinero por parte de la Autoridad Metropolitana de Transporte de Nueva York que no podemos permitir.
Peor aún, la supuesta evaluación medioambiental utilizada para desarrollar este impuesto de congestión, que falló en mostrar el impacto total de esta propuesta, determinó que aumentará el tráfico y la contaminación, como el monóxido de carbono y el óxido nitroso, para los residentes de comunidades periféricas, como el Condado de Bergen. Por eso, el plan reserva $130 millones para programas como “un plan de tratamiento del asma en el Bronx”, pero no asigna ni un centavo para los esfuerzos de mitigación en Nueva Jersey.
Más allá de estas razones financieras y ambientales, el plan de Nueva York es una bofetada a la idea fundamental de la democracia en nuestros dos estados. Si Nueva York quisiera ser justa y equitativa, le hubiese dado a Nueva Jersey un asiento en la mesa de toma de decisiones mientras desarrollaba su plan. En lugar de eso, Nueva York ha silenciado por completo las voces de todos en Nueva Jersey y excluyéndonos de la mesa de toma de decisiones. Es antidemocrático y va en contra de todo lo que representa nuestro país.
Nueva York y Nueva Jersey tienen una larga historia de trabajar en conjunto como vecinos. Pero en lugar de trabajar con nosotros para expandir el transporte público y construir un camino colaborativo entre nuestros dos estados, están avanzando con esta forma de “extorsión” fiscal. Los habitantes de Nueva Jersey merecen opinar sobre las políticas que afectarán materialmente a nuestro estado, razón por la cual he propuesto legislación para proteger los intereses de nuestros pasajeros.
Hace tres años, cuando fijé mi posición acerca de las tarifas de congestión, nuestro gobernador estaba a mi lado. Ahora, estamos unidos para luchar por nuestro estado, y por eso apoyo incondicionalmente su decisión de evaluar todas las opciones legales para oponernos a este plan. En pocas palabras, nos negamos a que nos pisoteen con esta nueva propuesta de precios de congestión y haremos todo lo posible para impedirlo. Esa fue y continúa siendo mi promesa.
Bob Menéndez es senador demócrata por Nueva Jersey