Hombre de Pensilvania fue mordido por una serpiente en más de 50 ocasiones
Jesse Rothacker quiso grabar su experiencia con un teléfono móvil para educar a las personas sobre lo que deben evitar hacer cuando lleguen a tropezar con una víbora
Durante un paseo que realizaba en bicicleta por el bosque Jesse Rothacker fue mordido por una pequeña serpiente en más de 50 ocasiones.
Sin embargo, para fortuna del residente de Pensilvania, la víbora no era venenosa ya que fue identificada como una serpiente lechera, especie bastante común de encontrar en la región.
Mediante un video compartido en su canal de YouTube, donde se encarga de difundir temas relacionados con la vida silvestre, el senderista habló de la experiencia que le significó ser mordido por un ofidio y haber resultado ileso.
“Queremos que hagan algo como disfrutar de la serpiente, apreciarla desde una distancia segura, y es menos probable que terminen con una mordedura”, indicó.
Debido a que Rothacker es director y fundador del Santuario de reptiles Forgotten Friend con sede en el condado de Lancaster, desde el momento en que tomó a la serpiente en su mano sabía que era inofensiva, así que optó por grabar el momento en que la tomó en su mano.
“Puedes ver en el video que me río mucho cada vez que me muerde porque sé que no está tratando de lastimarme. La forma en que las serpientes lecheras exploran es con la boca, por lo que no tienen una poderosa mordida defensiva, simplemente agarrarán lentamente todo lo que les interese“, expresó.
Asimismo, el amante de los ofidios aclaró que el objetivo de su video es mostrar lo que no se debe hacer cuando alguien repentinamente se encuentra con una serpiente en la naturaleza.
“La mejor herramienta que tienes cuando te encuentras con una serpiente es el teléfono celular en tu bolsillo, saca el rectángulo de tus pantalones y toma una foto de la serpiente desde una distancia segura, cinco o 10 pies de distancia”, señaló.
Cabe mencionar que la organización dirigida por Jesse Rothacker también se encarga de rescatar reptiles entregados para ayudar a encontrarles nuevos hogares.
“Comenzamos a hacer actividades de divulgación en 2004 cuando arrancamos con el amigo olvidado, y ahora podemos hacer cientos de programas cada año”, indicó.
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