Ya existe la pasta hecha con insectos y es italiana

La fabricación y consumo de comida en base a insectos genera controversias en todo el mundo, incluyendo a países como Italia, en donde se producen alimentos con esta nueva y sustentable fórmula.

Producir pasta, pan, panqueques, barras energéticas e, incluso, bebidas deportivas a base de insectos parece que ya es una toda realidad en Italia.

Aunque se consideraba que comer grillos, hormigas y gusanos era común en varias partes del mundo, como Asia, lo cierto es que desde principios de año, la Unión Europea (UE) también autorizó la venta de insectos para consumo humano.

Sin embargo, no es para cualquiera, ya que es considerado un producto “de lujo” al lado de la pasta normal que se consigue en un supermercado.

La controversia no escapa a los nuevos productos, ya que tanto los italianos y el Gobierno de la primer ministra Giorgia Meloni puso ciertas condiciones como la prohibición de usar insectos en los platos tradicionales de pasta y pizza.

¿Pasta de grillos?

En Italia la industria alimentaria se revoluciona con el uso de millones de grillos que antes de pasar al consumo humano son congelados, antes de hervirlos, secarlos y finalmente pulverizarlos.

Todo esto ocurre en un pequeño depósito cerca de los Alpes, en el norte de Italia, donde funciona la granja de insectos más grande de ese país.

A diario convierten cerca de un millón de grillos en un producto alimenticio que se transforma en una harina de color marrón claro que se puede usar para producir pasta, pan, panqueques, barras energéticas e, incluso, bebidas deportivas.

¿Insectos superalimento?

Explica la BBC que hay cuatro tipos de harinas aprobadas en la Italia: la de grillo (Acheta domesticus), gusano amarillo (Alphitobius diaperinus), gusano de la harina (Tenebrio molitor) y langosta migratoria.

Pese a que su sabor es distinto, los defensores de este novedoso producto señalan que el polvo de grillo “es un superalimento repleto de vitaminas, fibra, minerales y aminoácidos”.

Incluso se atreven a decir que un plato con este ingrediente contiene mayores fuentes de hierro y magnesio, por ejemplo, que un solomillo o filete de carne normal.

La producción de comida en base a insectos tiene un argumento los sostenible ya que se requieren menos recursos a la hora de lograr algunos alimentos. En el caso de esta fábrica, el encargado de la granja Iván Albano, advierte que “Lo que hacemos aquí es muy sostenible” (…) “Para producir un kilo de polvo de grillo, solo usamos unos 12 litros de agua”.

Un gasto bajo en comparación a los miles de litros que se necesitan para producir la misma cantidad de proteína de las vacas.

Bajo estas condiciones productores italianos que estuvieron perfeccionando con grillos sus recetas de pasta y pizza.

Tal es el caso de un restaurante cerca de Turín, en el norte de Italia, donde el chef Simone Loddo adaptó su receta de pasta fresca, que data de hace casi 1000 años.

Explica que la masa ahora tiene un 15 % de polvo de grillo, y pese a que tiene un fuerte olor a nuez, algunos de los comensales se niegan a probar los tagliatelle de grillo,  y los que se atreven quedan sorprendidos con su sabor.

El lujo de comer insectos

Aunque no es una opción popular, otro de los puntos en contra es el elevado costo ya que “si quieres comprar comida a base de grillos, te va a salir caro”, dice Iván.

Detalla que “la harina de grillo es un producto de lujo. Cuesta unos 60 euros (US$66) el kilogramo. Si tomas la pasta de grillo, por ejemplo, un paquete puede costar hasta 8 euros (US$9)”.

Esto quiere decir que es hasta ocho veces más de lo que cuesta la pasta normal en el supermercado.

Lo cierto es que el consumo de insecto tiene sus adversarios y muestra de ello es que  tres ministros del gobierno italiano anunciaron cuatro decretos destinados a tomar medidas enérgicas.

El ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, advirtió que “es fundamental que estas harinas no se confundan con alimentos hechos en Italia”.

Además  consideran fundamental la prohibición de usar las harinas a base de insectos para platos tradicionales como la pasta y la pizza.

Por su parte, Daniel Scognamiglio, quien dirige el restaurante que sirve tallarines de harina de grillo, explica que “desafortunadamente, todavía hay mucha información falsa sobre la comida a base de insectos”.

Al tiempo que describió cómo se sintió al ser rechazado. “Recibí muestras de odio, fui criticado. La tradición alimentaria es sagrada para muchas personas. No quieren cambiar sus hábitos alimenticios”.

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