Marruecos lucha por salvar a los supervivientes del terremoto a contrarreloj

Marruecos se enfrenta a una carrera contrarreloj crítica para salvar vidas tras el potente terremoto que se produjo el viernes; los servicios de emergencia están trabajando incansablemente para llegar a los supervivientes enterrados bajo los escombros, y los aldeanos utilizan herramientas manuales y palas en sus desesperados esfuerzos.

Las secuelas del terremoto han dejado a las comunidades afectadas en un estado de desesperación. Miles de personas han perdido la vida y, según la cadena BBC, más de 2,421 personas han resultado heridas, muchas de ellas de gravedad. El terremoto de magnitud 6.8 ​​devastó un grupo de remotas aldeas montañosas ubicadas al sur de Marrakech.

El impacto del terremoto se extendió más allá del epicentro y causó daños importantes a la ciudad antigua de Marrakech, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En respuesta a esta tragedia, el rey Mohammed VI de Marruecos declaró un período de luto nacional de tres días. El gobierno ha tomado medidas rápidas desplegando unidades de protección civil para reforzar los suministros esenciales, como sangre, agua, alimentos, tiendas de campaña y mantas. Sin embargo, llegar a algunas de las zonas más gravemente afectadas ha resultado complicado debido a las carreteras bloqueadas y a las ubicaciones remotas.

En las montañas del Alto Atlas, donde se encuentran algunas de las zonas más afectadas, las rocas caídas han obstruido aún más las carreteras que ya estaban en mal estado.

Hospitales abrumados en Marruecos

En la ciudad de Amizmiz, aproximadamente a 55 kilómetros al sur de Marrakech, muchos edificios han quedado reducidos a escombros. El hospital local, al que se considera peligroso ingresar, tiene pacientes que reciben tratamiento en tiendas de campaña en los terrenos del hospital. El personal del hospital está lidiando con una abrumadora afluencia de pacientes: solo el sábado llegaron alrededor de 100 cadáveres, asegura la BBC citando una fuente.

Las calles de las zonas afectadas están sembradas de escombros de estructuras derrumbadas, congestionadas por el tráfico intenso y llenas de supervivientes que lo han perdido todo. Muchos duermen en tiendas de campaña al borde de la carretera, pero no todos tienen acceso a ellas.

Los residentes piden ayuda adicional mientras luchan por reconstruir sus vidas. Se han preparado tumbas toscas para algunas de las víctimas en pueblos cercanos, marcadas con palos y piedras, ya que los lugareños se han encargado de encontrar y enterrar a los fallecidos.

A medida que la magnitud del desastre se vuelve más clara, la asistencia internacional comienza a movilizarse. El Reino Unido, España, Qatar y Francia han ofrecido diversas formas de ayuda, incluidos equipos de búsqueda y rescate, apoyo médico y equipos. Estados Unidos ha expresado su disposición a desplegar equipos de búsqueda y rescate y asignar fondos según sea necesario.

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ha subrayado la importancia crítica de los próximos dos o tres días para localizar a los supervivientes atrapados bajo los escombros. Los equipos internacionales se están preparando para brindar apoyo crucial durante esta fase crítica de la operación de rescate.

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