Rebajan el costo de la casa donde Hannah Bronfman pasó su infancia
La propiedad donde vivió la DJ e influencer Hannah Bronfman está en venta por $20 millones de dólares, aunque inicialmente entró al mercado en mayo de este año por $24 millones de dólares
La DJ e influencer Hannah Bronfman creció en una impresionante casa de estilo Beaux-Arts, ubicada en Riverside Drive, una venida en Nueva York que va del norte al sur de Manhattan.
Hannah compartió en esta casa con sus hermanos: el empresario y músico Benjamin Bronfman y la cantante y actriz Vanessa Bronfman. Hay que recordar que la DJ es hija del empresario Edgar Bronfman Jr. y de la actriz Sherri Brewer.
Se sabe que el lugar fue comprado por el padre de la familia en 1978 por $5.6 millones de dólares.
Ahora, esta misma residencia está disponible en el mercado bienes raíces con un costo de $20 millones de dólares. Inicialmente la propiedad entró al mercado en mayo de este año por $24 millones de dólares, pero la falta de interesados hizo que el precio se rebajara.
Esta casa se construyó en 1902 y resalta dentro del mercado por su estilo Beaux-Arts, incluso es una de las siete mansiones construidas en esta zona consideradas las ‘Seven Beauties’.
La casa tiene una extensión de 10,000 pies cuadrados distribuidos en cinco plantas con cinco habitaciones, varios baños, vestíbulo, sala de estar, sala principal, sala multimedia, comedor, varias cocinas, sala de vinos, cuarto de lavado y otras comodidades.
Además de su relación con la DJ y su familia, los agentes encargados de la venta de esta propiedad resaltan que el lugar sirvió como sede de Kips Bay Decorator Show House New York este año.
También ha tenido una larga lista de habitantes, quienes normalmente vivían solo en una planta de la estructura de cinco plantas.
Entre los primeros propietarios de la residencia estuvo la actriz Julia Marlowe, quien figura en la historia por haber interpretado a varios personajes de las obras escritas por William Shakespeare. Se dice que Marlowe compró el lugar en 1903 por $68,000 dólares.
Varias décadas después la propiedad comenzó a estar relacionada a una especie de maldición, pues dos de sus inquilinos murieron por situaciones distintas. En 1935 se suicidó un médico en la cuarta planta y en 1936 murió el pintor Michael De Santis, quien padecía de un tumor cerebral.
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