Columna de Doreen Colondres: El romero, protagonista de la cocina esta Navidad
Prueba agregando una rama a la sartén en donde cocinas tu carne, o agregándolo a unas papas al horno con aceite de oliva, sal, pimienta, limón y, por supuesto, el romero fresco
Aromático, curativo y hasta decorativo. Así es el romero. Confieso que lo tengo fresco en mi casa todo el año. Es un “santo”, con frío, calor, mucha o poca agua, él siempre está ahí esperándome.
Cuando empieza la época navideña, compro incluso alguna planta extra. ¡No hay forma más natural y práctica de decorar tu casa en Navidad! Y pues claro, siempre un pote de romero seco me salva en una emergencia, cuando hago algún marinado en el que no quiero que resalte tanto.
Esta hierba, familia de la menta, tiene un sabor tan especial que transporta cualquier receta tanto a los aromas del bosque, como a las esencias del mar abierto. Romero significa “rocío del mar” y en las antiguas Grecia y Roma ya era muy apreciado por sus propiedades para estimular la memoria.
Siempre que puedas úsalo fresco, porque es mucho más aromático e intenso en sabor. Si no lo puedes tener sembrado, compra las ramas que se vean color verde salvia, sin manchas oscuras o amarillas. Guárdalo en la nevera en su envoltorio original o en papel toalla un poco húmedo, y luego en una bolsa re-sellable. Acuérdate de mí, te durará hasta por una semana. En el momento de cocinar, sécalo con cuidado, córtalo y a la olla, sartén o el horno.
El romero dará aromas a pino, dulces y ligeramente picantes a muchas comidas, sobre todo va bien con steaks, carnes horneadas, o para agregar aroma durante el asado. Invítalo a sopas, guisos, pastas, vegetales como la calabaza y los champiñones y hasta en panes o bebidas. Puedes separar las hojas de la rama o añadir a la olla el ramillete entero.
Prueba agregando una rama a la sartén en donde cocinas tu carne, o agregándolo a unas papas al horno con aceite de oliva, sal, pimienta, limón y, por supuesto, el romero fresco. Le va muy bien al cordero, y al ingrediente estrella de la Navidad no le puede faltar: el cerdo. Por cierto, combina bien con el tomillo, el perejil y la salvia.
En el mercado encontrarás aceites y otros productos ya aromatizados, pero esos no lo lleves a casa. Prepara una mantequilla casera con ajo y romero o aromatiza tu aceite de oliva con un ramillete fresco dentro de la botella. Contiene antioxidantes muy potentes, estimula el sistema inmunológico, mejora la circulación, los huesos, la digestión, la concentración, y yo hasta uso su aroma cuando tengo episodios de migraña.
Haz del romero la hierba protagonista en tu cocina esta Navidad. ¡La Cocina No Muerde!