Cómo el financiamiento público de las campañas puede incrementar el poder político de los latinos
Las comunidades latinas no tienen la representación que se merece en el gobierno. La multiplicación de las pequeñas donaciones, como el programa en Nueva York, pueden cambiar eso
A comienzos de mayo, ocurrió un hecho histórico para la democracia en Nueva York, cuando, por primera vez, las pequeñas donaciones realizadas por la población del estado a los candidatos de su preferencia se multiplicaron con fondos públicos, bajo el innovador programa de financiamiento de campañas políticas de este estado.
Al multiplicar el valor de estas pequeñas donaciones, el nuevo sistema comienza a equilibrar el poder del dinero, traspasándolo de las grandes donaciones a las pequeñas contribuciones del electorado, y prepara el terreno para un gobierno que represente verdaderamente al pueblo al que sirve.
Para las comunidades latinas, esto podría ser un instrumento político transformador, porque podría impulsar a que más personas latinas se presenten a elecciones y así mitigar su escasa representación en el gobierno.
Donar a una campaña política es una de las principales formas en que podemos participar en nuestra democracia y hacernos oír. Pero las comunidades latinas son uno de los grupos menos representados en las donaciones políticas, en Nueva York y en todo el país.
En cambio, la política neoyorquina ha sido dominada desde siempre por donantes adinerados que no representan la diversidad ni las necesidades de muchas de las comunidades del estado. Sus donaciones les permiten influir sobre quiénes ganan las elecciones y qué prioridades se incluyen en la agenda política (es decir, las suyas). Mientras tanto, las voces de la mayoría de la población neoyorquina no son escuchadas.
El financiamiento público de las campañas políticas es una herramienta valiosa para resolver este desequilibrio. El programa de pequeñas donaciones de Nueva York les da a votantes que no pueden donar grandes sumas una mayor oportunidad de hacerse oír en el proceso político, porque amplifica el valor de sus pequeñas contribuciones que van de $5 a $250. Para las candidaturas legislativas, el programa incluye una multiplicación progresiva y en escala de contribuciones de donantes que viven en el mismo distrito legislativo que el candidato al que se dona.
La escala de multiplicación otorga el multiplicador más alto a las contribuciones más pequeñas, en una escala móvil de $12 por cada $1 donado para los primeros $50, $9 por cada $1 donado para los próximos $100, y $8 por cada $1 donado para los últimos $100. Esto significa que, por ejemplo, una donación de $10 a una candidata legislativa se puede multiplicar por 12 y llegar a una contribución de $120 de fondos públicos; con lo cual los $10 iniciales ahora valen $130. Para las candidaturas estatales, por ejemplo, a gobernador o fiscal general estatal, la multiplicación es por 6.
Al multiplicar solo las pequeñas contribuciones, este programa estatal promete aumentar significativamente la importancia de las personas neoyorquinas comunes y corrientes en las campañas políticas estatales. Si este programa voluntario hubiera estado disponible para las elecciones de 2022, las pequeñas donaciones habrían llegado a casi el 70 por ciento de todos los fondos donados a las campañas políticas, en lugar de tan solo el 11 por ciento.
El financiamiento público de pequeñas donaciones les da a las personas candidatas un fuerte incentivo para ganarse el voto de mucha gente, no solo de unos pocos donantes ricos. Pueden recaudar fondos de la misma forma en que hacen campaña: dedicando tiempo a conocer a las personas que van a representar y oyendo las problemáticas que les importan, como el cuidado de sus hijos, la vivienda, la educación y el empleo.
La financiación pública también podría abrir la puerta para que más personas latinas se presenten a elecciones. Llevar adelante una campaña política es costoso, en especial para candidatos que no pueden acceder a redes de donantes adinerados ni a grandes cuentas bancarias personales. Seguramente, esta es una de las razones por las que los 3.6 millones de personas latinas de Nueva York no tienen la representación que se merecen en el gobierno: componen aproximadamente el 18 por ciento de la población estatal, pero ocupan tan solo el 11 por ciento de los escaños legislativos estatales.
Con el financiamiento público, quienes quieren presentarse a elecciones estatales pero no podían afrontar sus costos ahora tienen una mejor oportunidad de financiar campañas políticas competitivas.
La experiencia en otros sitios ha demostrado que los sistemas de multiplicación de pequeñas donaciones pueden ayudar a reducir las desigualdades raciales y de género en las candidaturas políticas. En 2021, la financiación pública ayudó a hacer que el gobierno de la ciudad de Nueva York refleje más a la gente a la que sirve. La ciudad eligió al consejo más demográficamente representativo de su historia. Las mujeres duplicaron su representación y ahora ocupan el 61 por ciento de los cargos del consejo, y las personas no blancas también incrementaron su representación de un 51 a un 67 por ciento.
En otros estados, el programa de Seattle permitió el ingreso de donantes nuevos y más diversos en el proceso político. Los programas de financiación pública de Washington D.C. y del condado de Montgomery, Maryland, lograron resultados similares en cuanto a una mayor diversidad en los cargos electos.
Más de 300 personas candidatas optaron por participar en el programa de Nueva York. Provienen de todo el espectro político, de distritos del norte y sur del estado e incluyen candidatos que ya ocupan su cargo y buscan su reelección, como así también contrincantes.
Además, este programa cuenta con un amplio apoyo de personas líderes electas. En abril, la gobernadora Kathy Hochul y la Legislatura de Nueva York incluyeron en el presupuesto de 2025 unos $114.5 millones en fondos para la financiación pública, lo cual garantiza un sólido inicio para el programa.
La población latina de Nueva York está creciendo con rapidez y lo mismo ocurre en todo el país. Pero, para que el poder político latino coincida con este crecimiento, la comunidad latina debe tener una mayor voz en la política electoral. La financiación pública de pequeñas donaciones puede abrirles el camino.
(*) Celina Ávalos Jaramillo es Estratega de Campañas de Promoción del Brennan Center.