El color del traje de baño de tu hijo puede salvarle la vida

La seguridad en el agua es una preocupación fundamental para los padres, especialmente durante los meses de verano, cuando las visitas a la piscina y la playa se vuelven más frecuentes.

En Estados Unidos, se registran anualmente más de 800 muertes de menores de edad por ahogamiento en piscinas, y una gran parte de estas tragedias ocurre durante esta época del año, debido a que los menores pasan mucho tiempo en el agua.

Una recomendación crucial, pero a menudo subestimada, es la elección del color del traje de baño de los niños. Expertos en seguridad acuática han observado que el tono del traje de baño puede influir significativamente en la visibilidad de un niño bajo el agua, lo que es vital para prevenir ahogamientos.

La importancia del color del traje de baño en los niños

Bernard Fisher, director de salud y seguridad de la Asociación Estadounidense de Salvavidas (ALA, por sus siglas en inglés), destaca que los colores brillantes y contrastantes son más visibles en el agua, lo cual es crucial en situaciones de emergencia.

“El color del traje de baño de un niño puede afectar significativamente su visibilidad en el agua. Los colores brillantes y contrastantes como el amarillo neón, el naranja, el rosa y el rojo brillante resaltan más claramente contra el agua, facilitando que los socorristas y los padres detecten rápidamente a un niño”, afirma Fisher.

Por el contrario, Fisher advierte que los trajes de baño de colores azul claro, gris o verde pueden mezclarse con el agua y el entorno de la piscina, dificultando la detección de un niño. Esta invisibilidad puede retrasar la respuesta en caso de una emergencia, aumentando el riesgo de ahogamiento.

Resultados de los estudios de los trajes de baño y su visibilidad en el agua

Alive Solutions, una empresa especializada en seguridad en el agua, llevó a cabo experimentos para determinar qué colores de trajes de baño son más visibles en diferentes entornos acuáticos. Natalie Livingston, cofundadora y propietaria de Alive Solutions, compartió los resultados de estas pruebas, realizadas tanto en piscinas como en lagos.

En una piscina con fondo claro, los colores como el rosa neón y el naranja neón fueron los más visibles. Estos tonos brillantes destacaron contra el fondo de la piscina, mientras que los colores más oscuros y pasteles, como el blanco y el celeste, tendieron a desaparecer. “Los colores claros o azules tienden a parecerse a puntos deslumbrantes o reflejos de nubes, o a mezclarse completamente con el entorno”, explica Livingston.

En aguas abiertas, como en un lago, los colores brillantes de neón, incluidos el naranja, el amarillo y el verde neón, resultaron ser los más visibles. Curiosamente, el rosa neón no funcionó tan bien en este entorno. Los trajes de baño blancos destacaron más debido al reflejo de la luz, pero no tanto como los colores brillantes de neón.

Consejos para mantener a salvo a los niños en las piscinas durante el verano

A pesar de la importancia del color del traje de baño, los expertos subrayan que esta es solo uno de los consejos de seguridad necesarios para prevenir ahogamientos en menores de edad mientras se encuentran en el agua.

La Dra. Maneesha Agarwal, profesora asociada de pediatría y medicina de emergencia en la Universidad de Emory, enfatiza algunas otras acciones clave relacionadas con la seguridad acuática, entre las que destacan:

1) Clases de natación: Asegurarse de que los niños sean competentes en el agua. Las lecciones formales de natación pueden reducir el riesgo de ahogamiento en un 88% en niños pequeños.
2) Supervisión constante: Los padres o un adulto designado deben observar siempre al niño en el agua.
3) Cercas de seguridad: Instalar cercas apropiadas alrededor de las piscinas para impedir el acceso no supervisado de los niños.
4) Conocimiento de RCP: Saber cómo realizar RCP y estar preparados para actuar rápidamente en caso de una emergencia.
5) Uso de chalecos salvavidas: Especialmente cerca de masas de agua abiertas.

“El niño que se está ahogando no va a gritar pidiendo ayuda. Por lo general, tendrán dificultades para mantener su cara por encima del nivel del agua. Pueden pasar solo entre 30 y 60 segundos antes de que un niño esté completamente sumergido”, explica Agarwal.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños comiencen a tomar lecciones de natación desde el primer año de vida para desarrollar comodidad y habilidades en el agua desde una edad temprana.

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