Niña abusada en parque de Queens, Nueva York: vecinos dieron paliza a latino sospechoso antes de entregarlo a la policía
Un hispano sospechoso de abusar de una niña de 13 años en un parque de Queens (NYC) fue golpeado e insultado en español por vecinos antes de entregarlo a la policía. Ahora enfrenta una serie de cargos, que incluyen violación, secuestro y robo
Christian Geovanny Inga Landi, sospechoso de abusar de una niña de 13 años en un parque de Queens (NYC), fue golpeado por vecinos antes de entregarlo a la policía.
Inga fue detenido la madrugada de ayer por la policía de Nueva York. El lunes NYPD había divulgado por primera vez fotografías del sospechoso, de quien hasta entonces sólo se conocía un retrato hablado. También ese día se anunció una recompensa de $10,000 dólares por información que llevase a su arresto. Todo ello facilitó que fuese reconocido en su vecindario, Corona, pero no está claro quién recibirá el dinero ofrecido por NYPD.
Al migrante ecuatoriano de 25 años lo golpearon y ataron con un cinturón mientras una turba enfurecida lo llamaba “violador” en español, según videos y fotos analizados por New York Post. “Las imágenes captaron al presunto abusador arrastrándose debajo de un automóvil estacionado para alejarse de la enojada turba de vigilantes, mientras los transeúntes seguían gritando”.
El jefe de detectives de la policía de Nueva York, Joseph Kenny, dijo que Inga sufrió “heridas menores” a manos del grupo. Alrededor de 10 vecinos participaron en la detención, agregó.
Inga entró al país por Texas en 2021 con un menor de 3 años y estaba viviendo en un refugio para migrantes en Queens, donde fue reconocido por otros residentes, detalló Daily News. Ahora enfrenta una serie de cargos, que incluyen violación, abuso sexual, robo, amenaza, secuestro y poner en peligro el bienestar de un menor. Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.
El crimen sucedió alrededor de las 3:30 p.m. del jueves en Kissena Park. El asaltante prófugo había sido descrito como un hombre hispano de unos 20 años. Además de aparatos ortopédicos en los dientes, tiene en el pecho un tatuaje de un jabalí con cuernos y ojos rojos, dijo la policía.
Uno de los civiles que participó en su violenta detención, dijo que esperó a que Inga saliera de una bodega entre las calles Waldorn y 108th, a pocas cuadras del parque, después de reconocerlo por los carteles de búsqueda policial. “Tengo dos hermanas pequeñas y estoy a punto de tener una hija”, dijo Jeffrey Flores; y sobre el asalto a la niña en el parque agregó: “No me gusta eso. Eso es abusivo. Eso no está bien”.
“Le dije: ‘Violaste a una niña’ [y] él dijo: ‘No me importa'”, recordó otra vecina, Angela Sauretti. “Por eso le pusimos las manos y los pies encima. No me arrepiento en absoluto”. Luego Inga comenzó a suplicarle al grupo, que ya había llamado a 911 y estaba esperando que llegara la policía.
La niña víctima estaba jugando fútbol en el parque con un compañero de clases también de 13 años cerca de la esquina de Colden St. y Kalmia Ave. en Flushing a media tarde del jueves cuando el sospechoso se acercó y les ordenó que lo siguieran al bosque, dijo el viernes el jefe de detectives Kenny, al relatar el ataque.
Cuando los niños dijeron que no, el sospechoso les mostró un “cuchillo grande estilo machete” y los obligó a meterse en un grupo de árboles. El sospechoso le habló a los niños en inglés con un fuerte acento español, agregó Kenny.
Seguidamente ató las muñecas de los dos menores con un cordón de zapatos y agredió sexualmente a la niña mientras el varón indefenso miraba. Después les robó sus teléfonos celulares y “les dijo a ambas víctimas que esperaran en el lugar durante 20 minutos mientras él huía del lugar a pie”, afirmó Kenny. Al poco tiempo las víctimas regresaron a su escuela, donde denunciaron el ataque. Los servicios de emergencias médicas los llevaron a un hospital del área para recibir tratamiento.
Al conocer la noticia algunos visitantes del parque se mostraron sorprendidos de que nadie viera el ataque ni interviniera, especialmente porque el sospechoso sacó un cuchillo grande. La policía encontró en la zona el cordón del zapato que se usó para atar a los niños y una botella de agua desechada de la que bebió el atacante. Ambos artículos han sido procesados como evidencia forense, dijo Kenny.
Según la policía de Nueva York, la mayoría de las violaciones siguen sin denunciarse. En un caso similar, a mediados del mes pasado una quinceañera luchó valientemente para no ser violada por un hombre que se le acercó cuando caminaba por un parque en El Bronx (NYC). Días después un hombre fue detenido como sospechoso de violar repetidamente a una niña de 12 años conocida suya durante un período de cinco días dentro de un edificio en ese mismo condado.