¿Qué posición tienen los países árabes ante el conflicto Hamás-Israel?
Algunos mantienen estrechas relaciones con Israel. Otros albergan a grupos respaldados por Irán que se consideran parte del "eje de resistencia"
Esta sería la posición que podrían adoptar algunos países árabes ante la tensión que existe entre Hamás e Israel, tras la serie de bombardeos. Entre ellos, el que mató a uno de los líderes de Hamás, Ismail Haniyeh, con lo que se espera exista una respuesta.
Jordania: un acto de equilibrio
Jordania, como monarquía constitucional, mantiene un delicado equilibrio. En el país, una de cada cinco personas, incluida la reina, es de ascendencia palestina, por lo que el deseo de un Estado palestino y la igualdad de derechos están en el corazón de muchos jordanos. Incluso los gobernantes del país se han pronunciado a menudo sobre el tema.
Pero Jordania también está más cerca de Israel y Estados Unidos de lo que muchos creen, dicen los expertos. En 1994, Jordania firmó un acuerdo de paz con Israel y actualmente las dos naciones colaboran en cuestiones relacionadas con la seguridad, como la del recinto de la mezquita de Al-Aqsa (Jerusalén).
En 2021, Estados Unidos y Jordania firmaron un acuerdo de cooperación en materia de defensa que permite a las fuerzas, vehículos y aviones estadounidenses entrar y circular libremente por Jordania.
En abril de este año, cuando Jordania supuestamente ayudó a derribar misiles iraníes que cruzaban su espacio aéreo en dirección a Israel, muchos lugareños lo consideraron una traición.
Por otro lado, Jordania mantiene relaciones diplomáticas con Irán, pero suelen ser frías. La reciente visita a Irán del ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, para hablar de la escalada de tensiones en la región fue una ocasión excepcional.
Egipto: interés propio y diplomacia
El vecino Egipto, bajo el gobierno autoritario presidido por Abdel Fattah el-Sissi, también debe equilibrar cuidadosamente su relación con Israel.
Desde que firmó un tratado de paz con Israel en 1979, “Egipto se ha esforzado por equilibrar sus intereses nacionales, especialmente relacionados con la inseguridad en el Sinaí, con el apoyo a la causa palestina”, sostuvo un informe del grupo de expertos International Crisis Group publicado en mayo.
“Concretamente, este esfuerzo ha supuesto rechazar cualquier responsabilidad directa por la difícil situación de la población de Gaza, al tiempo que respaldaba los intentos de alcanzar un acuerdo diplomático basado en la solución de los dos Estados”, recalcó el informe.
La cooperación económica y en materia de seguridad de Egipto con Israel es habitual y, hasta que comenzó el conflicto actual, Egipto estaba a cargo del paso fronterizo entre su territorio y la Franja Gaza en Rafah.
Pero las exigencias israelíes de que ahora se le permita controlar esta zona son problemáticas para el propio Egipto, al igual que la posibilidad de que el desastre humanitario de Gaza, que es cada vez peor, se extienda a territorio egipcio.
Anteriormente, el gobierno de Fattah el-Sissi se oponía a Hamás por considerarla una organización islamista y una amenaza para su gobierno. Sin embargo, más recientemente, esa actitud se ha relajado y Egipto ha desempeñado un papel importante en las negociaciones del alto el fuego.
En cuanto a Irán, las relaciones de Egipto con ese país han mejorado desde 2023, pero también tienden a ser frías.
Líbano: la decisión de Hezbolá
El Líbano, una democracia parlamentaria, ha estado ocupado lidiando con sus propias emergencias políticas y económicas. No ha tenido un gobierno electo desde 2020 y se enfrenta a una de las peores crisis económicas del mundo. Antes de todo esto, el gobierno libanés siempre estuvo formado por representantes de los diferentes grupos religiosos y étnicos del país.
El brazo político de Hezbolá es uno de ellos; representa los intereses de los musulmanes chiíes y desempeña un papel importante en la gobernanza del Líbano. En este sentido, debe equilibrar sus propios intereses con los de otros grupos poderosos, como los cristianos libaneses, los musulmanes suníes y los drusos.
El ala militar de Hezbolá es otra historia. Estados Unidos y algunos países europeos la consideran una organización terrorista y se cree que está mejor equipada y organizada que el propio ejército libanés.
Muchos políticos y ciudadanos libaneses no desean necesariamente que Hezbolá inicie una lucha mayor contra Israel. De hecho, temen convertirse en “una víctima de aquellos israelíes que creen cada vez más que derrotar a Hezbolá les devolverá la sensación de seguridad”, escribió recientemente el Arab Center, de Washington.
Pero los políticos libaneses también saben que tienen poco control sobre Hezbolá, que es el actor más poderoso del llamado “eje de resistencia”, una coalición de grupos militantes respaldados por Irán y opuestos a Israel y Estados Unidos.
Siria: en deuda con Irán
Desde la creación del Estado de Israel en 1948, Siria se ha considerado en guerra con su vecino y a menudo se producían intercambios de disparos entre ambos, aunque en su mayoría se consideraban simbólicos.
En la actualidad, el dictador sirio Bashar Assad está en deuda con Irán, que le respaldó militarmente durante los 13 años de guerra civil del país. Esto explica la creciente presencia de milicias proiraníes en Siria, incluidos miembros de Hezbolá y otros procedentes de Irak.
Debido a esto, los ataques israelíes contra Siria se han intensificado desde 2017 y han aumentado todavía más desde el ataque que Hamás lanzó el 7 de octubre contra Israel. Por otro lado, un ataque de Israel en abril contra el complejo diplomático iraní en Damasco, capital de Siria, en el que murió un alto comandante iraní, provocó una gran represalia por parte de Irán.
Irak: oposición a la injerencia exterior
Irak no reconoce a Israel y, aunque el gobierno iraquí -dominado actualmente por políticos musulmanes chiíes- se ha acercado a Irán en la última década, la cuestión palestina trasciende las líneas sectarias, afirman los expertos.
Dentro de Irak hay varios grupos militantes que también pertenecen al “eje de resistencia” de Irán. Estos grupos ya han disparado cohetes contra bases estadounidenses en Irak y también han intentado, aunque en la mayoría de los casos sin éxito, alcanzar a Israel. Por esto, Estados Unidos ha tomado represalias contra ellos.
El gobierno iraquí y sus fuerzas de seguridad, por su parte, tienden a tolerar a estos grupos o a tener poco contacto con ellos.
“Irak siempre ha tenido que equilibrar su relación entre Estados Unidos e Irán”, declaró recientemente Marsin al-Shamary, investigador no residente de la Institución Brookings, un centro de estudios con sede en Washington.
“Esto no es nuevo para los dirigentes iraquíes. (…) Irak ha apoyado sistemáticamente la causa palestina y su postura sobre este conflicto actual no está condicionada por el apoyo de Irán a Hamás”, sostiene.
Yemen: todo sobre los hutíes
Debido a una guerra civil, Yemen está dividido entre el gobierno reconocido internacionalmente con sede en Adén, al sur del país, y el grupo rebelde hutí, al norte. Ninguno de los dos reconoce a Israel.
Arabia Saudí, vecino de Yemen, lideró anteriormente una coalición contra los hutíes, pero desde que se firmó un alto el fuego a principios de 2022, reina una relativa calma.
El grupo de los hutíes también se considera parte del “eje de resistencia”: apoya a Hamás, afirma que Israel es un factor de inestabilidad en Oriente Medio y se opone a la presencia estadounidense en la región. En noviembre del año pasado, empezaron a lanzar cohetes contra Israel y a bloquear el tráfico marítimo en apoyo a Hamás.
Arabia Saudí, EAU y Qatar: pragmáticos y ricos
Las monarquías autocráticas de los Estados árabes del Golfo han adoptado un enfoque más pragmático del conflicto actual. Ven a Irán como un enemigo y anteriormente habían estado trabajando en la normalización de las relaciones con Israel.
En 2020, EAU y Bahréin firmaron los llamados Acuerdos de Abraham, que establecían contactos diplomáticos con Israel.
Arabia Saudí parecía ser la siguiente. Sin embargo, los atentados de Hamás del 7 de octubre del año pasado complicaron ese proceso, y los ataques de los hutíes también han aumentado los riesgos de nuevos conflictos para Arabia Saudí en Yemen.
Qatar ha sido más bien un intermediario. Evita la normalización con Israel, pero de hecho estableció lazos económicos con el país en la década de 1990, y dado que también alberga el ala política de Hamás, Qatar ha desempeñado un papel importante en las negociaciones del alto el fuego.
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