Aumentan las muertes en el Darién: al menos 45 migrantes han perdido la vida en 2024

Las autoridades panameñas han reportado la muerte de al menos 45 migrantes en lo que va de 2024, mientras intentaban cruzar la peligrosa selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia. Esta región ha sido recorrida por más de 230,000 personas este año en su ruta hacia Norteamérica, según informó este jueves el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego.

Durante una visita a las comunidades de Cañas Blancas, Bajo Chiquito y Lajas Blanca, donde se encuentran albergues que brindan ayuda humanitaria a los migrantes, Ábrego subrayó la peligrosidad del cruce.

“Este año, unas 45 personas han perdido la vida al tratar de cruzar el territorio panameño”, señaló el ministro, agregando que la travesía es tan mortal que incluso los agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), entrenados para estas labores, han sido afectados por golpes de calor.

Ábrego destacó que Panamá ha asumido un papel crucial en la crisis migratoria, describiendo la selva del Darién como una nueva frontera de Estados Unidos.

“Como dijo el señor presidente, José Raúl Mulino, la frontera de EE.UU. con México ya no está en el río Bravo, está aquí en el río Tuquesa, en la selva del Darién”, afirmó.

Ante esta situación, el Gobierno panameño ha implementado medidas para repatriar a aquellos migrantes que deseen regresar voluntariamente a sus países de origen.

Flujo migratorio no se detiene

La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y su Proyecto Migrantes Desaparecidos estiman que entre enero y julio de este año, al menos 135 personas han muerto o desaparecido en su intento de cruzar el Darién, principalmente por ahogamientos.

A pesar de las advertencias y los peligros conocidos, el flujo migratorio sigue en aumento. En 2023, más de 520,000 migrantes cruzaron la selva, y las autoridades panameñas anticipan que este año esa cifra podría ser superada.

Detrás de esta crisis humanitaria, se encuentran organizaciones criminales que lucran con el tráfico de personas.

“Las personas que llegan aquí vienen guiadas por coyotes… pero al enfrentarse a esto sin ninguna preparación física, pueden sufrir un golpe de calor, baja de la moral y posteriormente se echan a morir“, explicó Ábrego.

Para enfrentar la crisis, el nuevo gobierno panameño, que asumió el poder el pasado 1 de julio, ha desplegado varias medidas, entre ellas, un acuerdo con Estados Unidos para devolver a los migrantes en vuelos financiados por ese país e instalar barreras perimetrales en algunos puntos de la frontera para canalizar el flujo migratorio.

Según datos oficiales, estas acciones han comenzado a mostrar resultados, con una disminución del 30% en el flujo migratorio en comparación con el mismo mes del año pasado.

Con información de EFE.

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