La cara de “la Roosevelt” está cambiando: “se puede caminar”, pero…

Se mantienen operativos de "limpieza" para combatir la venta ambulante, la prostitución y el desorden

Vecinos de la Avenida Roosevelt han visto espacios publicos y aceras menos congestionados.

Vecinos de la Avenida Roosevelt han visto espacios publicos y aceras menos congestionados. Crédito: Edwin Martinez | Impremedia

La “Avenida Roosevelt” no sale mucho en películas de Hollywood, ni aparece mayormente como un atractivo en planes turísticos de alta demanda cuando se habla de la Gran Manzana. Pero es tan neoyorquina como la Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn, las escaleras del Joker, Central Park y la Quinta Avenida, y cruza el condado mas diverso de todo el país.

Aunque reportes de residentes, llamadas a la línea 311 y quejas constantes pintaban a “la Roosevelt” hasta hace un par de meses como un sitio de “caos, desorden, ventas descontroladas de comida callejera, ruido ensordecedor, inseguridad y aceras congestionadas“, como describe el colombiano Adrián Lizarazo, la cara del corredor vial más famoso de la ciudad entre latinos e inmigrantes, está cambiando. Al menos esa es la primera impresión.

Y es que tras una oleada de operativos de “limpieza”, levantamiento de puestos y mayor accionar de agencias municipales en varios puntos de “la Roosevelt”, aplaudidos por unos y criticados por otros, la presencia de vendedores callejeros, puestos de comida, comercios informales de artículos, masajistas, trabajadoras sexuales y hasta niños vendiendo golosinas, ha disminuido. “La Roosevelt” sigue siendo “la Roosevelt”, pero con menos congestión peatonal y ambulante, lo que residentes del área como Josefina Espeleta, ven con buenos ojos. El plan de “limpieza” lleva ya más de 18 meses, pero se ha incrementado en el último año.

Esto por aquí se había vuelto en un terreno sin Dios ni ley. Uno ni siquiera podía andar libremente por la acera, porque estábamos inundados de vendedores. Algunos hasta ponían carpas haciendo restaurantes en la calle para vender arepas y empanadas, sin que nadie hiciera nada. Ahora se empieza a ver el cambio, por lo menos ya se puede caminar”, asegura la colombiana, de 62 años, quien critica abiertamente lo que califica como “permisividad extrema” con vendedores y otras actividades, y la defensa que líderes comunitarios y políticos hacen para no afectar a grupos vulnerables.

“Me alegra poder salir por aquí y caminar tranquila. No es que me oponga a que haya vendedores ambulantes, porque todos tenemos que ganarnos la vida de alguna manera, pero es que esto parecía un mercado persa. Daba la impresión de inseguridad con tanto malandraje”, agregó la inmigrante, quien vive en Jackson Heights hace 35 años. “Además me molesta que políticos del barrio salgan a decir que la gente aquí no quiere policías, que hay que dejar vender a todo el que quiera y que hay que legalizar la prostitución. Promueven el desorden, y eso es lo que queremos que se acabe por aquí“.

El venezolano Julio Flores, residente de Corona, vecindario que la populosa avenida recorre hasta encontrarse con Flushing al final del tren 7, también tiene la misma impresión, y advierte que en los últimos meses el cambio en la “Roosevelt” se ha venido notando “a leguas”.

“Esto ha ido mejorando mucho, porque antes no se podía ni caminar. Hay más orden, lo que es positivo y hay más presencia policial, lo que ayuda a que el área esté más segura. Yo en lo personal me siento más tranquilo”, asegura el inmigrante, quien sin embargo advierte que urge mayor inversión por parte de las autoridades en diferentes áreas. “Todavía falta más recursos en cuestiones como la limpieza, porque hay partes muy sucias. Creo que debería haber más policías, y ayudar a reubicar a los vendedores ambulantes, que también necesitan comer, pero vamos por buen camino“.

El trabajador latino agrega que el siguiente paso de las autoridades para “limpiar” la “Roosevelt” debería ser promoción educativa para que las labores de cambio incluyan a miembros de la comunidad.

No solo se trata de que la policía y las agencias vengan por aquí y hagan su trabajo, o pongan tickets. También hay que educar a la gente para que saquemos entre todos adelante a la comunidad, y ese creo yo, que es el problema más grande, porque la educación comienza por casa y creo que falta más compromiso entre todos para mantener esto limpio en todo aspecto”, dijo el vecino de Queens.

Las aceras de la Roosevelt lucen hoy más despejadas para la movilidad peatonal. Foto Edwin Martinez

José Castillo, del restaurante Tacos mexicanos, de la conocida vía que recorre a Queens desde la calle 48 hasta la 156, en un tramo de más de 150 cuadras por las que mayormente pasa el tren 7 por arriba, también ha visto cambios positivos, aunque insiste en que todavía falta mucho más trabajo para garantizar que haya orden y seguridad.

“Ha habido progreso, pero necesitamos que la vigilancia y la limpieza sean constantes y permanentes. Ahora hay menos desorden en las banquetas pero si la Ciudad deja de hacer su trabajo en dos días, esto se vuelve a llenar”, advierte el mexicano, quien agrega que no está en contra de los vendedores ambulantes, pero segura que la presencia descontrolada afecta sus negocios. “Nosotros pagamos impuestos, nos aseguramos de que lo que vendemos sea saludable y a veces nuestra competencia son vendedores de comida de afuera que venden todo más barato y hacen desorden”.

Y aunque vecinos y pequeños negocios de la zona coinciden en que la movilidad y la recuperación del espacio público, algo que el propio alcalde Eric Adams, muestra “con bombos y platillos” como ejemplo de corredores comerciales modelo donde se han implementado políticas de seguridad peatonal, ha mejorado, la foto no es del todo digna de aplausos. El sentir de buena parte de “los Roosevelianos”, como una vecina de antaño bautizó a quienes se mueven a diario por la gran avenida, es que pese a la notablemente disminución de comercios informales sobre las aceras, la prostitución y delitos contra la calidad de vida, como orinar al aire libre, ruido excesivo, riñas, inseguridad y basuras en ciertas partes de la “Roosevelt”, siguen galopando.

No es que quiera dármelas de santa, pero es que este es un barrio residencial, en el que viven familias con niños, y no me gusta ver a mujeres casi desnudas ofreciendo masajes y esas cosas que uno sabe que es prostitución disfrazada. Sé que hay gente que quiere legalizar eso, pero no estoy de acuerdo y creo que si quieren hacer eso, deberían hacerlo en otras partes, no en plena Roosevelt donde todos andamos”, comenta la colombiana Graciela López, quien tiene una casa en la calle 87 a unas cuadras de la famosa avenida hace más de tres décadas.

Es verdad que uno ve ahora las aceras más despejadas y menos vendedores, pero es que el problema no eran solo los ambulantes, el problema real es la prostitución y que uno se siente amenazada con hombres bullosos que andan de noche diciéndole cosas a las mujeres y todo. Esas cosas también habría que revisarlas”, acota la residente de Queens. “De apariencia se ve mejor, pero aquí sigue habiendo mucha inseguridad. A mi hija le robaron el celular hace unas semanas en la Roosevelt y por la 74, a la vueltica, hace unos días robaron una joyería. Falta seguridad“.

Julio Flores, vecino de Corona, ve con buenos ojos los cambios. Foto Edwin Martinez

Y en la panadería “La Caleñita”, en plena avenida “Roosevelt” al frente de Corona Plaza, lugar que vio en el último año desaparecer al mar de negocitos callejeros y venta ambulante que por años formó parte del paisaje urbano, el panorama no es del todo “miel sobre hojuelas”.

“Creo que la imagen le ha cambiado a la Roosevelt, como en un 10% nomás. Lo que ha pasado es que han sacado a vendedores ambulantes y ya. Pero aquí hay que invertir más en seguridad y en mejoras para todos. Hubo días en que aquí tuvimos que encerrarnos porque hubo gente disparando. No es muy seguro”, aseguró una empleada del lugar. “Hace falta todavía muchísimo. Mayor presencia policial. No es solo combatir el desorden”.

Desde el otro lado llueven críticas. Los operativos, que de acuerdo a datos de la Administración Adams ha dejado un saldo de 6,900 multas emitidas por diferentes agencias de la Ciudad, 3,500 por actos contra la calidad de vida y 172 penalidades tras inspecciones de edificios, no convencen.

Esta no es la Roosevelt en la que yo he vivido casi siempre. En esta época de Navidad uno veía a gente vendiendo sus cositas, árboles, guirnaldas, adornos y era bonito ver la mezcla de culturas, ahora la Roosevelt anda vacía, pero sin alma, solo llena de policías como si esto fuera una zona de delincuentes”, dijo Rodrigo San Miguel, quien nació en Corona hace 32 años.

La Ciudad no ha hecho cambios reales, solo cambios estéticos. Hay gente que no quiere ver ‘desorden’, y se comió el cuento de que el ‘problema’ eran los vendedores ambulantes. Nadie piensa en esa pobre gente, en qué estarán haciendo en plena Navidad para sobrevivir”, dijo el vecino latino. “El verdadero problema, que es falta de inversión en programas, en escuelas, en ayuda a los residentes y el crimen rampante, eso lo esconden diciendo que la Roosevelt está limpia ahora. La limpiaron sacando como basura a la gente trabajadora y a trabajadoras sexuales, pero siguen los ladrones, la venta de droga y la corrupción. No limpiaron nada”.

Corona Plaza luce despejada y sin venta ambulante ni muchos puestos. Foto Edwin Martinez

Gregorio Pérez, quien tiene un puesto de frutas en un tramo de la Avenida Roosevelt, también lanzó dardos contra el plan de “limpieza” en esa parte de Queens y denunció que los operativos de agencias municipales y policía solo “atacan a la gente más pobre”, sin ofrecer alternativas.

“Yo nunca vi una Alcaldía peor que esta para la gente más necesitada. Hace meses me sacaron de Corona Plaza, donde me ganaba la vida de manera honrada y no me dieron opción de reubicación y desde entonces a muchos compañeros los ahuyentaron y los que nos quedamos por aquí, que somos pocos, estamos a la voluntad de la Guadalupana, rogando que no nos pongan tickets, que son carísimos y que no nos quiten las cositas”, comenta el padre de familia.

“Si de verdad pensaran en todos, organizarían un plan para darnos licencias y ubicarnos en varios puntos de la Roosevelt que es tan grande. Podemos pagarles impuestos, vivir dignamente y ofrecer productos baratos a los vecinos, pero solo quitan a la gente para que otros puedan tener más espacio para caminar”, agregó el oaxaqueño. “No somos mantenidos como muchos que apenas llegan y nos atacan. Y si hablan de limpieza, por qué la Roosevelt sigue viéndose tan sucia con muchas basuras. Son hipócritas”.

Algunos vendedores desafían los planes municipales para poder subsistir. Foto Edwin Martinez

Los comentarios encontrados de quienes viven y se mueven por “la Roosevelt”, se dan justo en momentos en que el alcalde Adams presentó un informe sobre los resultados que ha tenido no solo en esa parte de la ciudad, sino en otros corredores que han sido objeto de labores de seguridad y “limpieza”, y el parte que dio, no coincide con quienes lo señalan de un plan fallido.

Durante la llamada Semana de la “Seguridad Pública”, el mandatario mostró su informe “Más seguros juntos: el enfoque de la administración Adams para la seguridad pública impulsada por la comunidad”, y aseguró que la administración municipal ha sido efectiva en brindar respuestas de múltiples agencias a comunidades que enfrentan preocupaciones persistentes sobre la calidad de vida, con más de 1,070 operativos desde mayo de 2023.

“Nuestra administración está comprometida a hacer de la ciudad de Nueva York una ciudad más segura y asequible, y los neoyorquinos de clase trabajadora están viendo y sintiendo los resultados de nuestros incansables esfuerzos todos los días”, dijo el alcalde Adams, insistiendo en que las labores realizadas en zonas como “la Roosevelt” son producto del llamado de las propias comunidades.

“Nuestro enfoque impulsado por la comunidad, tal como se materializa en programas exitosos como ‘Community Link’, muestra cómo estamos trabajando en asociación con todas las agencias para abordar las preocupaciones de todos los vecindarios de la ciudad”, dijo Adams. “Es gracias a estos esfuerzos exitosos de toda la administración que hemos visto importantes descensos de la delincuencia en 2024 y seguimos haciendo de la ciudad de Nueva York una ciudad más segura, más equitativa y más vibrante para todos”.

Vecinos insisten en que el plan de limpieza ha fallado en el tema de basuras. Foto Edwin Martínez

Y sobre el futuro de los operativos en puntos como “la Roosevelt”, el vicealcalde de Seguridad Pública de Nueva York, Chauncey Parker, aseguró que continuarán como una manera de enfrentar “cualquier desafío”, a fin de “agilizar esfuerzos, trabajando en estrecha colaboración con las comunidades para que sea más fácil para los residentes ver mejoras significativas y duraderas”.

Datos sobre la Avenida Roosevelt

  • 18 meses han pasado desde que comenzaron a realizarse labores e limpieza y mejora a la seguridad
  • 6,900 multas emitieron diferentes agencias de la Ciudad
  • 3,500 multas fueron por actos contra la calidad de vida
  • 172 citaciones fueron impuestas en relación con inspecciones de edificios
  • 270 inspecciones a proveedores se realizaron .
  • 10 personas fueron ubicadas en refugios del DHS


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