Luis Enrique Guzmán recuerda cómo eran las fiestas navideñas con sus hermanas

A un mes de la triste partida de Silvia Pinal, uno de los íconos más grandes de la actuación en México, su hijo, Luis Enrique Guzmán, ha decidido abrirse sobre el impacto que ha tenido la pérdida en su vida y en la de su familia. Tras un tiempo de silencio, transmitió, en una entrevista concedida al programa “Venga la Alegría”, cómo se siente y cómo su madre ha dejado una huella imborrable en la convivencia familiar.

Luis Enrique recordó con especial cariño momentos de su infancia junto a sus hermanas, Alejandra Guzmán y Sylvia Pasquel. En su relato, las vivencias sentimentales se entrelazan con anécdotas significativas, como el día en que Silvia les obsequió un regalo que marcó sus recuerdos, simbolizando la unión y el amor que ella siempre cultivó en el hogar. Este gesto se convierte en una metáfora de la herencia que Pinal dejó a sus hijos: la importancia de la familia y el apoyo mutuo en tiempos difíciles.

“Nos agarrábamos del chongo, sanamente. Nos peleábamos como los hermanos que somos y además Alejandra y yo crecimos juntos, íbamos juntos a la escuela, íbamos en el mismo coche peleándonos por quien iba adelante en el asiento, y nos peleábamos por cositas así de hermanos que crecieron juntos. Sylvia ya tenía más edad, como más 20 tantos años nos llevaba y Viridiana como 16, 17, ella murió en el 82″, mencionó en el programa.

La actriz siempre se rodeó de su familia, especialmente durante los últimos años de su vida. Luis Enrique enfatizó que la presencia constante de sus hijos, nietas y bisnietas fue un reflejo de los valores que Silvia fomentó. Ellos han mantenido la convicción de que la unidad familiar es esencial, un legado que perdura y que ahora se refuerza entre los miembros de la dinastía Pinal en este momento de duelo.

“Fueron experiencias muy padres. Mi mamá tuvo mucho cuidado en mantenernos unidos como una familia. Aunque siempre hay diferencias entre los hermanos, pero nos enseñó también a reagruparnos, a perdonarnos, a salir adelante y no hacer mucho caso del qué dirán”, agregó.

Guzmán no solo es un homenaje a la memoria de su madre, sino también un recordatorio del lazo inquebrantable que une a la familia Pinal. A través de sus palabras, se percibe un compromiso por seguir honrando el legado de Silvia, manteniendo viva la tradición de amor y solidaridad que siempre caracterizó su hogar.

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