Relacionan bolsas de té con cáncer y otras enfermedades

Bolsitas de té liberan microplásticos en cada infusión, lo que representa un potencial riesgo para la salud humana, según un estudio

Té

Las bolsas de té liberan microplásticos cuando se someten a altas temperaturas. Crédito: Shutterstock

Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha revelado un preocupante riesgo asociado con las bolsitas de té, una de las formas más comunes de preparar esta popular bebida.

Los resultados, publicados en la revista Chemosphere, señalan que estas bolsitas pueden liberar microplásticos y nanoplásticos al ser sumergidas en agua caliente, lo que plantea serias preocupaciones sobre sus posibles efectos en la salud humana.

El problema de los microplásticos en las bolsitas de té

El estudio analizó los materiales utilizados en la fabricación de las bolsitas de té, que a menudo contienen polímeros como nailon-6, polipropileno y celulosa. Al ser expuestas a altas temperaturas, estas bolsitas liberan una enorme cantidad de partículas plásticas, que pueden alcanzar el organismo humano a través de la ingesta.

Según los investigadores, una sola bolsita de té puede desprender hasta 11,600 millones de microplásticos en una taza de infusión. Estas partículas, que no son visibles a simple vista debido a su tamaño nanométrico, fueron expuestas a células intestinales humanas durante los experimentos. Los resultados mostraron que las partículas fueron absorbidas por estas células y llegaron incluso al núcleo, donde podrían afectar al material genético.

Riesgos potenciales para la salud

Aunque los efectos a largo plazo de los microplásticos en la salud humana aún no se comprenden completamente, el estudio destaca varias posibles consecuencias:

1) Inflamación: Las partículas plásticas pueden causar inflamación en el tracto gastrointestinal, afectando la salud digestiva.

2) Neurotoxicidad: Investigaciones preliminares han sugerido que los nanoplásticos podrían tener efectos neurotóxicos, lo que podría alterar funciones cerebrales.

3) Alteración del microbioma intestinal: El microbioma, esencial para la salud inmunológica y digestiva, podría sufrir alteraciones debido a la exposición a plásticos.

4) Acumulación en tejidos humanos: Los microplásticos han sido detectados en órganos como pulmones, sangre y tejidos reproductivos, lo que podría tener implicaciones aún desconocidas.

Los expertos sugieren buscar alternativas para no consumir este tipo de tés. (Foto: Shutterstock)

Los científicos involucrados en el estudio de la UAB recalcan la necesidad urgente de profundizar en la investigación sobre los riesgos de los microplásticos. También destacan la importancia de desarrollar métodos estandarizados para medir la contaminación por plásticos en productos alimenticios y de consumo.

Además, es crucial implementar regulaciones más estrictas para reducir la cantidad de plásticos en el entorno alimentario. Esto incluye incentivar el uso de materiales biodegradables o libres de plásticos en la fabricación de bolsitas de té.

Para quienes deseen reducir su exposición a los microplásticos, aquí algunas recomendaciones prácticas:

* Optar por té a granel: Comprar hojas sueltas elimina la necesidad de usar bolsitas, minimizando el riesgo de ingerir plásticos.

* Seleccionar marcas responsables: Investiga marcas que utilicen materiales compostables o libres de plásticos en sus bolsitas.

* Utilizar alternativas reutilizables: Considera infusores de acero inoxidable o vidrio como opciones ecológicas y seguras.

* Evitar el agua excesivamente caliente: Aunque las bolsitas de té suelen liberar microplásticos al contacto con el agua caliente, una temperatura ligeramente menor podría reducir este desprendimiento.

Además del impacto en la salud humana, los microplásticos también representan un problema grave para el medio ambiente. Estas partículas son extremadamente persistentes y pueden acumularse en los ecosistemas acuáticos, afectando la fauna y flora marina. Los residuos plásticos también pueden ingresar a la cadena alimentaria a través del consumo de peces y mariscos contaminados.

La popularidad del té como bebida no tiene por qué estar en conflicto con la salud o el medio ambiente. Adoptar prácticas más responsables y fomentar la innovación en materiales seguros son pasos clave hacia un futuro más sostenible.

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