Trump no prohibirá arrestos de inmigración en iglesias de Nueva York, clero sopesa cómo resistir
Un reverendo de Queens dijo que varios miembros de su congregación estaban tan asustados por las órdenes ejecutivas de Donald Trump
Múltiples líderes religiosos en Nueva York y en Estados Unidos afirman que la ofensiva contra la inmigración emitida por el nuevo gobierno de Donald Trump ha sembrado miedo dentro de sus congregaciones que apoyan a los inmigrantes.
Por lo que ahora están sopesando varias maneras de resistir, incluso ante las advertencias de que iglesias no están fuera de los límites de las detenciones.
El reverendo Joseph Dutan, pastor de la iglesia St. Paul the Apostle en Queens, expresó que varios miembros de su congregación estaban tan asustados por las órdenes ejecutivas del presidente republicano que temían que ir a misa fuera arriesgado para ellos.
“Más que aterrador, es triste”, manifestó Dutan. “Me siento muy mal por mi gente porque tienen mucho miedo en su corazón”.
Asimismo, otro pastor de Queens, el reverendo Manuel Rodríguez de la iglesia católica Our Lady of Sorrows, indicó que muchos de sus 17,000 fieles están de manera irregular en el país y tienen hijos que asisten a la escuela de la parroquia.
“Tenemos niños que literalmente tiemblan y lloran”, señaló Rodríguez. “Saben que en cualquier momento su mamá, su papá, pueden ser arrestados y ellos pueden regresar de la escuela y no estar”.
“Las personas indocumentadas van a la iglesia todas las semanas para rezar para poder llegar a fin de mes, para poder pagar el alquiler de sus familias”, dijo. “La gente está tratando de sobrevivir, y esto los está haciendo pasar un infierno”.
En este sentido, una mezquita de la Gran Manzana, Masjid Ansarru-Deen ubicada en El Bronx, abrió sus puertas a los inmigrantes, ofreciendo refugio a algunos, apuntó el imán Omar Niass. Explicó que muchos son de su tierra natal, Senegal.
“No puedo dejar a nadie, musulmán o no musulmán, durmiendo en la calle”, expresó.
En Portland, Oregon, el reverendo W.J. Mark Knutson, señalo que tiene planeado brindar refugio a los inmigrantes en la Iglesia Luterana Augustana de todos modos, así como lo hizo en el año 2014. Un hombre originario de El Salvador, buscado por entrar nuevamente en Estados Unidos irregularmente, se refugió en el sitio de culto por casi tres meses, durmiendo bajo el altar las primeras noches.
“Teológicamente, nos mantendremos firmes contra el gobierno: una ley injusta no es ley en absoluto”, declaró Knutson. “Estos son espacios sagrados”.
En Filadelfia, el reverendo Robin Hynicka, pastor de Iglesia Metodista Unida de Arch Street, dijo que su templo está comprometido a ser una “congregación que busca justicia, la reconciliación y el santuario”.
En la primera administración de Trump, ese compromiso se vio hecho realidad cuando protegió a un inmigrante de la deportación mientras pasaba por un proceso exitoso para lograr tener una visa.
“Nuestro trabajo ahora es más grande que simplemente abrir la puerta de la iglesia para que se queden una o dos personas”, dijo Hynicka. “El santuario tiene que ser un valor que extendamos a los demás a través de nuestras políticas, a través de las leyes que promulgamos”.
Otros clérigos que ayudan a inmigrantes irregulares fueron menos específicos, aunque prometieron seguir, e incluso ampliar, su respaldo tras el anuncio de que las agencias federales de inmigración podrían hacer detenciones en iglesias, escuelas y hospitales, poniendo punto y final a las políticas que ya existen y que protegían a los espacios sensibles de la aplicación de la ley.
Por su parte, el obispo católico Mark Seitz de El Paso, Texas, que dirige el comité de migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, se unió a los líderes de la Asociación Católica de Salud de los Estados Unidos y Catholic Charities USA en una declaración lamentando el cambio de política, informó Daily News.
“Ya estamos presenciando reticencia entre los inmigrantes a participar en la vida diaria, incluido el envío de niños a la escuela, y asistir a servicios religiosos”, dice la declaración.
“Convertir lugares de cuidado, sanación y consuelo en lugares de miedo e incertidumbre para los necesitados, mientras se pone en peligro la confianza entre pastores, proveedores, educadores y las personas a las que sirven, no hará que nuestras comunidades sean más seguras”.
De igual manera, el obispo Ebli De La Rosa, que supervisa las congregaciones de la Iglesia de Dios de la Profecía en nueve estados del sureste, alertó que las nuevas políticas podrían dejar a sus iglesias devastadas. De los 52 pastores que sirven en las que iglesias que supervisa, 28 son inmigrantes irregulares, al igual que alrededor de la mitad de los 5,000 miembros, indicó.
“Algunos de estos pastores han estado en este país más de 15 o 20 años”, añadió De La Rosa. “Hacen el trabajo importante y cotidiano en sus vecindarios”.
La pastora María Elena Montalvo, quien dirige la Iglesia Evangélica Luterana Grace en Bell, un suburbio de Los Ángeles, California, manifestó que ella y su comunidad enfrentan una gran ansiedad desde el cambio de política.
El pequeño templo, en un vecindario predominantemente hispano de clase trabajadora, ha servido como santuario para los inmigrantes, refugiados o solicitantes de asilo en los últimos siete años, desde que Montalvo se convirtió en pastora. Hace poco, la congregación llamó la atención por dar refugio a solicitantes de asilo musulmanes de Mauritania en su sótano.
Montalvo contó que le apasiona ayudar a los inmigrantes y refugiado porque en algún punto estuvo en su lugar. Emigró de México en 1989.
“La gente tiene miedo de ir a trabajar, a la escuela, de vivir sus vidas libremente porque tienen miedo de ser arrestados o deportados”, dijo.
El sacerdote jesuita y profesor de la Universidad de Georgetown con experiencia en religión, política y crisis humanitarias, David Hollenbach, manifestó que existe una antigua tradición en el cristianismo y otras religiones de que las comunidades religiosas pueden ser santuarios para personas con mucha necesidad.
“Violar eso también es un problema muy serio”, declaró Hollenbach. “Jesús mismo fue un refugiado. Y por eso no es sorprendente que en las enseñanzas de Jesús se encuentren repetidos llamados a respetar las necesidades de quienes son migrantes y extraños en medio de nosotros”.
Sin embargo, entre los líderes evangélicos cristianos, que representan a algunos partidos leales de Trump, hubo reacciones matizadas.
El reverendo Robert Jeffress, partidario del actual presidente desde hace mucho tiempo y pastor de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, dijo que el clamor de algunos líderes religiosos estaban fuera de lugar.
“No existe nada parecido a un santuario que sea inmune a las leyes de nuestro país”, afirmó. “Si hay una actividad ilegal en cualquier centímetro cuadrado de Estados Unidos, las autoridades tienen derecho a entrar”.
No obstante, añadió, “dudo que las iglesias vayan a ser la primera línea de ataque”.
Por otro lado, Brent Leatherwood, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, indicó que la medida “genera más preguntas y confusión que otra cosa”.
La comisión que preside es el brazo de las políticas públicas de la denominación protestante más grande de Estados Unidos, un organismo conservador en el que el respaldo a Trump es bastante fuerte.
“El presidente Trump tiene razón al arreglar nuestro sistema de inmigración roto… pero debe hacerse sin convertir a las iglesias en pupilos del estado o esperar que los pastores pidan documentos a las personas que entran por sus puertas”, dijo Leatherwood en una declaración.
“El impacto no deseado de este cambio será que muchos inmigrantes respetuosos de la ley tendrán miedo de asistir a nuestras iglesias”.
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