“Sueña Pilarín”: La Mujer, camino de aprendizaje permanente con propósito
Las generaciones que me precedieron soñaron y vivieron a plenitud

La mujer y su espíritu de lucha. Crédito: Shutterstock
Este 8 de marzo se observa el día internacional de la mujer.
Tantas veces de niña escuché la frase “Sueña Pilarín” sin entender de dónde venía, su verdadero significado, ni mucho menos quien era “Pilarín”. Volviendo a leer el clásico que en antaño fuera vanguardista, encontré a una joven en un camino de aprendizaje. Viviendo una experiencia accidentada, pero abrazando a plenitud el ser mujer. Teniendo como tal, el derecho a vivir una vida completa.
“La vida es un sueño, soñemos, alma soñemos” Calderón de la Barca
Las generaciones que me precedieron soñaron y vivieron a plenitud. Hoy entiendo porque y con quienes estamos en deuda de agradecimiento eterno. Mercedes Mejía Feliu, “Cheita”, mi abuela me obsequió la obra de Calderón de la Barca mi primer clásico, junto a otros de ilustres como nuestro Gastón F. Deligne y el gran Lope de Vega. Habiendo pertenecido estos a la colección de mi tía bisabuela, Abigail Mejía Soliére (15 de Abril de 1895 – 15 de Marzo de 1941), me dijo “para que los lea y aprenda.” En ese momento pensé, tal vez se confundió de destinatario con el regalo.
Hoy atesoro esos clásicos. Casi a la edad en que Abigail Mejia Soliére ya con una prolífica obra y legado (aunque entonces poco reconocido) dejó anticipadamente este mundo, he logrado comprender los mensajes de mi ascendencia para el camino: ¿ Que es una vida plena? Y ¿Porque soñar?
Vivir cada minuto como si fuera el último es una difícil proposición. La concepción tradicional de ser mujer dictamina que el eje central era la familia, la reformista expandía los horizontes femeninos más allá de la familia y la sociedad, pero sin apresurar el proceso ni crear rupturas innecesarias. La revolucionaria exige cambios radicales y perentorios en el estatus femenino. Llegó a la conclusión de que soñar y vivir una vida plena no trata de ninguna de las tres.
Los sueños, si bien sueños son con la ilusión que genera propósito. Abigail Mejia Soliére, a quien conocí solo por relatos familiares, tenía propósito. Las memorias iconográficas, en la alhambra, el aeroplano, el voto de ensayo, sus alumnas, el museo y la obra de su hijo Abel lo muestran.
El director del Laboratorio de Liderazgo y Felicidad en la Universidad de Harvard dice que la felicidad es la combinación de tres elementos: disfrute, satisfacción y propósito. Este último es un camino más que un destino. Las investigaciones del laboratorio sugieren que lo que motiva la felicidad son los simples rituales diarios que crean sentido de comunidad y forjan conexión. Los espacios multilaterales en los que participó, en los que lo que se debate nada más y nada menos que el futuro de la humanidad, las situaciones difíciles, o los cuestionamientos de mis adolescentes reafirman mi propósito y sentido “d’ê·tre”.
En las páginas de Sueña Pilarín” descubrí inspiración, disfruté las palabras domingueras en desuso, las citas y refranes de los autores de antaño y las imágenes de los míos. La tatarabuela Carlota Soliére de Windt, “feminista trás la feminista”, su recorrido, sus luchas y la ilusión que le permitió llegar a Hércules como su Onfalia. Si tan solo ella pudiera ver cuántos Presidentes de Corte Suprema, letrados y abogadas, escritoras, poetas, maestras, psicólogas y hasta gimnastas han seguido el sendero trillado.
Entonces, la concepción de ser mujer no es la tradicional, no es la de reforma ni tampoco la revolucionaria. Es la propia. La de cada mujer en su camino de aprendizaje permanente con propósito y legado. Para mí, el propósito más importante, mi familia y un planeta habitable con humanidad, y porque no Justicia.
Claudia S. de Windt es aogada internacional y académica dominicana. Experta en ciencias políticas, gobernanza socio-ambiental (ESG) y diplomacia para la sostenibilidad. Es directora ejecutiva del Instituto Interamericano de Justicia y Sostenibilidad (IIJS: http://www.ii-js.org).