Nueva York necesita proteger a nuestros consumidores y pequeñas empresas de las prácticas comerciales depredadoras
Hay personas peligrosas que se aprovechan de los consumidores con un dominio limitado del inglés y ocultan información sobre precios y tarifas

Las estafas de phishing en línea son algunas de las trampas que utilizan los inescrupulosos para defraudar a personas vulnerables. Crédito: Pixabay
En un momento en que el gobierno federal nos dificulta la vida, queremos facilitarles la vida a los neoyorquinos. Como consumidores y empresarios de pequeñas empresas en el gran estado de Nueva York, siempre estamos buscando maneras de ahorrar dinero mientras el costo de la vida sigue aumentando bajo la presidencia de Donald Trump.
Desafortunadamente, no todo el mundo tiene las mejores intenciones para nuestros consumidores y emprendedores de Nueva York, particularmente aquellos que buscan aprovecharse de aquellos cuyo primer idioma no es el inglés.
Mientras los avances en la tecnología han simplificado nuestras vidas, las estafas también se han vuelto más comunes. Los neoyorquinos, especialmente las personas mayores de edad, veteranos, neoyorquinos de bajos ingresos y las comunidades inmigrantes, son los más vulnerables a este tipo de prácticas engañosas.
Hay personas peligrosas que se aprovechan de los consumidores con un dominio limitado del inglés y ocultan información sobre precios y tarifas; cobradores de deudas que cobran y se niegan a reembolsar los beneficios de la Seguridad Social a las personas mayores a pesar de estar exentos del cobro; ladrones que orquestan esquemas utilizando inteligencia artificial (IA); grandes empresas que dificultan la cancelación de suscripciones; concesionarios de automóviles que niegan a devolver la identificación con foto de un cliente hasta que se finalice un trato agregando cargos por garantías adicionales que el cliente no compró; y estafadores que realizan estafas de phishing en línea, por nombrar algunos de los trucos y trampas que emplean algunas empresas engañosas y explotadoras.
Las leyes de protección al consumidor vigentes del estado se aprobaron en 1970 y, lamentablemente, sólo prohíben las prácticas comerciales engañosas, que exponen a consumidores y emprendedores a acciones abusivas por parte de las empresas. Dado que es mi deber como Fiscal General de Nueva York ha proteger a nuestros residentes, estoy trabajando con mi colegas de la Legislatura Estatal, el Senador Estatal Leroy Comrie y el Asambleísta Micah Lasher, para promover una nueva legislación: la Ley de Prácticas Comerciales Justas (FAIR Business Practices Act en inglés). Esta ley protegerá mejor a consumidores y pequeñas empresas de prácticas injustas. Estas leyes serán útiles para prevenir el robo de fondos, especialmente para las comunidades latinas.
Y dado que el gobierno federal está desmantelando las agencias creadas para proteger a consumidores y pequeñas empresas, eliminando protecciones que benefician a los neoyorquinos, es necesaria una acción legislativa. La reciente decisión de la administración Trump de detener el trabajo de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, incluyendo el rechazo de nuevos casos y la suspensión de todas las iniciativas de protección al consumidor, refuerza la importancia de la aprobación de la Ley de Prácticas Comerciales Justas.
En un momento en que el gobierno federal les dificulta la vida a los consumidores y empresarios de negocios pequeños , necesitamos las herramientas adecuadas para proteger el dinero que los neoyorquinos ganan con tanto esfuerzo. La Ley de Prácticas Comerciales Justas fortalecerá las leyes de protección al consumidor que protegerán a los neoyorquinos de prácticas comerciales abusivas.
Letitia James es la Fiscal General del Estado de Nueva York.