Médico lleva 8 años sin bañarse y revela su secreto para no oler mal
James Hamblin, médico y profesor en Yale, lleva ocho años sin usar jabón, champú ni desodorante. Su secreto es permitir que la piel actúe naturalmente
El médico renunció al uso de jabones y champú, enfocándose únicamente en el agua para asearse. Crédito: EasterBunny | Shutterstock
El secreto de James Hamblin para mantenerse limpio sin ducharse, durante ocho años, es simple: dejar que la piel recupere su equilibrio natural. En lugar de jabones, champú o desodorante, solo usa agua. Con el tiempo, su cuerpo se adaptó y el olor corporal fuerte desapareció.
Hamblin, un médico especializado en salud pública y profesor en la Universidad de Yale, en Connecticut, no tomó esta decisión por capricho. Su interés por la microbiota de la piel lo llevó a cuestionar los hábitos de higiene convencionales.
Según su investigación, el uso excesivo de productos altera el equilibrio de bacterias beneficiosas, debilitando la protección natural de la piel, reseña El Confidencial.
Su piel pasó por proceso de adaptación
Dejar de ducharse no fue fácil al principio. Durante los primeros meses, el cuerpo Hamblin emitió un olor más fuerte mientras se ajustaba a la ausencia de jabones y desodorantes. Sin embargo, con el tiempo, la piel equilibró su microbioma y el mal olor desapareció.
Actualmente, su rutina de limpieza consiste solo en enjuagarse con agua.
Aunque el médico no impone su método, sí invita a reflexionar sobre la necesidad de tantos productos de higiene. Algunos dermatólogos respaldan la idea de reducir su uso, aunque advierten que personas con problemas dermatológicos pueden necesitar cuidados específicos.
Para Hamblin, no se trata de evitar la higiene, sino de replantearla.
Antes de optar a este método, o alguno similar, es indispensable que lo converses previamente con un dermatólogo.
Recuerda que la piel de cada persona es distinta y puede estar adaptada a una rutina que, al modificarla, el proceso es muy fuerte. Además existen jabones fabricados para pieles sensibles, sin olores ni químicos.
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