Qué le pasa a tu cuerpo en un vuelo largo y cómo prevenirlo
Someterse a un vuelo de varias horas puede provocar una serie de reacciones adversas en el cuerpo humano

Cuando viajes en avión, elige tus asientos tomando en cuenta las cuestiones de seguridad. Crédito: olivier89 | Pexels
Para muchos pasajeros, los vuelos largos son simplemente una molestia por el tiempo de traslado. Sin embargo, lo que pocos saben es que este tipo de trayectos tienen efectos directos, y casi inmediatos, sobre el cuerpo humano, los cuales van desde molestias leves hasta posibles complicaciones médicas.
En primera instancia, y de acuerdo con lo revelado por médico del Explorers Club y especialista en expediciones al medio National Geographic, Michael J. Manyak, al aire dentro de la cabina suele ser sumamente seco debido a que este procede del exterior.
Lo anterior reseca las mucosas de ojos, nariz y garganta, generando incomodidad. Por ello mantenerse hidratado antes y durante el vuelo es clave, ya que también favorece la circulación.

Los efectos de un vuelo de largas horas
Aunado a lo anterior, y según lo mencionado por la doctora Laleh Gharahbaghian, profesora clínica de medicina de urgencias en Stanford, los cambios de presión en despegue y aterrizaje pueden afectar los senos paranasales y causar dolor de oído. En esos casos, recomienda tomar descongestionantes y antiinflamatorios previos al vuelo.
Estar sentado en un espacio reducido durante horas también conlleva rigidez muscular, especialmente en la espalda, cuello y piernas: “Si no tienes la oportunidad de moverte, te mantienes en una sola posición, lo que implica un esfuerzo prolongado de los músculos”, explica Gharahbaghian. Movimientos simples como levantarse, caminar por el pasillo o elevar los talones mientras se está sentado pueden aliviar la tensión.

Kevin Lees, director de operaciones quiroprácticas en The Joint Chiropractic, agrega en el mismo artículo que permanecer inmóvil puede empeorar lesiones previas o causar inflamación. “La flexión prolongada puede crear presión sobre los discos de la columna, especialmente en la zona lumbar”.
Digestión lenta y respiración superficial
El sistema digestivo también se ralentiza cuando el cuerpo permanece en reposo demasiado tiempo. Según Manyak, esta es una de las razones por las que se recomienda caminar tras una cirugía: “es bueno para la circulación y la digestión”.
Además, una postura encorvada puede dificultar la expansión de las costillas y llevar a una respiración superficial, lo que reduce la oxigenación y puede provocar fatiga o niebla mental.
El mayor riesgo en vuelos prolongados es la trombosis venosa profunda (TVP) o la formación de coágulos en las piernas. Gharahbaghian advierte que, si un coágulo llega a los pulmones, “puede convertirse en un problema potencialmente mortal”. Manyak, quien vivió en carne propia este problema tras un vuelo transatlántico, subraya que los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, embarazo, uso de anticonceptivos o tratamientos contra el cáncer.

Para prevenir la TVP, se recomienda caminar por la cabina cada hora, usar calcetines de compresión y mantener una buena hidratación.
Como afirma Manyak, y el resto de los especialistas, “lo que más incomoda a los viajeros durante un vuelo de larga distancia es el hecho de no moverse”. Y aunque los trayectos largos son cada vez más comunes, seguir estos consejos puede marcar la diferencia entre una experiencia llevadera y una físicamente desgastante.
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