Fresas mal lavadas pueden causar enfermedades graves: Estas son las 5 más comunes
Consumir fresas sin desinfectar puede provocar infecciones severas. Conoce los riesgos y cómo lavarlas correctamente para prevenirlos

Las fresas son de las frutas consentidas; sin embargo, hay que lavarlas bien antes de consumirlas. Crédito: Shutterstock
Las fresas, además de ser deliciosas y ricas en antioxidantes, son una de las frutas más consumidas en Nueva York durante la primavera y el verano. Su versatilidad en recetas dulces y saludables las convierte en una opción frecuente en desayunos, postres y snacks.
Sin embargo, lo que muchos ignoran es que, si no se desinfectan adecuadamente antes de su consumo, pueden representar un riesgo importante para la salud.
Según recientes análisis realizados por organismos de salud y seguridad alimentaria, existen al menos 5 enfermedades peligrosas que pueden transmitirse por ingerir fresas mal lavadas. Estas afecciones, que van desde infecciones bacterianas hasta enfermedades parasitarias y virales, subrayan la importancia de seguir buenas prácticas de higiene en el manejo de frutas frescas.
En ciudades como Nueva York, donde la mayoría de los productos son adquiridos en supermercados o mercados ambulantes, garantizar la seguridad alimentaria es una responsabilidad compartida entre productores, comerciantes y consumidores.

Enfermedades que puedes contraer por consumir fresas mal lavadas
1) Salmonelosis: una amenaza invisible pero frecuente
La salmonelosis es una infección causada por la bacteria Salmonella, comúnmente asociada con alimentos contaminados. Aunque suele vincularse con carnes mal cocidas o huevos crudos, también puede estar presente en frutas y verduras mal higienizadas, como las fresas.
La Salmonella puede contaminar los cultivos desde el agua de riego, el suelo o durante la manipulación. Una vez en el organismo, puede provocar síntomas como fiebre, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Esta infección afecta a personas de todas las edades, aunque sus consecuencias pueden ser más graves en niños pequeños, adultos mayores y personas inmunocomprometidas.
2) Listeriosis: riesgo incluso en refrigeración
Otra enfermedad destacada es la listeriosis, provocada por la bacteria Listeria monocytogenes. Esta patógena tiene la capacidad de sobrevivir en ambientes fríos, por lo que guardar las fresas en el refrigerador no garantiza su eliminación.
El riesgo principal de esta bacteria radica en su impacto sobre poblaciones vulnerables: mujeres embarazadas, ancianos y personas con sistemas inmunitarios debilitados. La listeriosis puede causar infecciones severas, meningitis e incluso abortos espontáneos si se contrae durante el embarazo.
3) E. coli: una bacteria con complicaciones renales
La Escherichia coli, o E. coli, puede estar presente en frutas contaminadas con agua no potable o manipuladas en condiciones insalubres. En el caso de las fresas, su superficie porosa facilita la adherencia de bacterias si no se lavan correctamente.
Los síntomas de infección incluyen cólicos abdominales intensos, diarrea (a veces con sangre), fiebre y, en los casos más graves, puede derivar en síndrome urémico hemolítico, una afección que compromete el funcionamiento de los riñones, especialmente en niños y adultos mayores.
4) Toxoplasmosis: un parásito con consecuencias graves
La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Toxoplasma gondii, que puede encontrarse en el suelo o en agua contaminada con heces de gatos infectados. Las fresas, al estar en contacto directo con el suelo, son vulnerables a este tipo de contaminación si no se lavan cuidadosamente.
Aunque la mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas graves, esta enfermedad puede ser muy peligrosa durante el embarazo, ya que puede afectar el desarrollo del feto. También representa un riesgo para personas con el sistema inmune debilitado.
5) Hepatitis A: virus que afecta al hígado
La hepatitis A es una enfermedad viral que se transmite principalmente por alimentos contaminados debido a prácticas inadecuadas de higiene, como el uso de agua sucia o la manipulación de frutas con manos sin lavar.
Este virus ataca directamente al hígado, y sus síntomas incluyen fatiga extrema, dolor abdominal, náuseas, fiebre y, en algunos casos, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). La hepatitis A es altamente contagiosa y puede propagarse rápidamente si no se toman medidas de higiene alimentaria adecuadas.

¿Cómo desinfectar correctamente las fresas?
La mejor forma de protegerte a ti y a tu familia de estas enfermedades es implementar una rutina efectiva para desinfectar frutas, especialmente aquellas que se consumen crudas. A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo:
1) Lava tus manos. Antes de tocar las fresas (y cualquier otro alimento fresco), asegúrate de lavarte las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Esto previene la transferencia de gérmenes.
2) Enjuaga con agua corriente. Coloca las fresas en un colador y enjuágalas bajo un chorro suave de agua fría. Evita sumergirlas completamente, ya que pueden absorber agua y deteriorarse.
3) Prepara una solución desinfectante. Existen varias opciones para eliminar microorganismos:
* Desinfectantes comerciales: Sigue las instrucciones del fabricante.
* Vinagre blanco: Mezcla una parte de vinagre con tres partes de agua. Remoja las fresas durante cinco minutos.
* Bicarbonato de sodio: Disuelve una cucharadita en un litro de agua. Deja actuar durante unos minutos.
4) Enjuaga nuevamente. Después de aplicar cualquier solución desinfectante, vuelve a enjuagar las fresas con agua potable para eliminar cualquier residuo.
5) Sécalas bien. Utiliza papel absorbente o una toalla limpia para secar las fresas cuidadosamente. Esto evita que la humedad acelere su descomposición.
6) No retires el tallo antes del lavado. El tallo actúa como una barrera natural. Si lo retiras antes de lavar, los desinfectantes podrían penetrar en el interior de la fruta, afectando su sabor y textura.
Aunque las fresas son un alimento saludable, ricas en vitamina C, antioxidantes y fibra, no están exentas de riesgos si no se manipulan correctamente. En una ciudad como Nueva York, donde muchas veces priorizamos la rapidez por encima de los procesos, es fundamental prestar atención a pequeños detalles que pueden tener un gran impacto en la salud.
Adoptar medidas básicas de higiene al lavar y desinfectar frutas no solo previene enfermedades, sino que garantiza que cada bocado sea seguro y nutritivo. En temporada de fresas, no olvides que lo natural también debe ser tratado con responsabilidad.
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