Ola de calor en Nueva York: ¿por qué no deberías darte una ducha fría para refrescarte?
Expertos advierten que ducharse con agua muy fría durante una ola de calor puede aumentar el riesgo de problemas cardíacos y no enfría el cuerpo

Seguramente te resulta muy tentador el ducharte con agua helada ante tanto calor. Crédito: Shutterstock
Nueva York vive una intensa ola de calor con temperaturas que superan los 100°F (377°C). Aunque muchos buscan alivio en una ducha fría, esta práctica podría ser contraproducente para tu salud, advierten los expertos.
Un estudio citado por el medio especializado The Conversation explica que las duchas frías, en lugar de enfriar el cuerpo, pueden dificultar la reducción de la temperatura interna. Lejos de ser una solución efectiva, podría poner en riesgo tu salud cardiovascular.
¿Qué ocurre en el cuerpo al tomar una ducha helada tras estar expuesto al calor?
Cuando el cuerpo ha estado expuesto al calor extremo, su temperatura interna puede elevarse peligrosamente. Una ducha con agua muy fría provoca la contracción inmediata de los vasos sanguíneos en la piel, un proceso conocido como vasoconstricción. Esto reduce el flujo sanguíneo hacia la superficie del cuerpo y provoca que el calor se mantenga concentrado en el núcleo, justo lo contrario de lo que se busca.
El resultado: la temperatura central del cuerpo permanece alta, lo que puede provocar daños en órganos vitales si no se enfría adecuadamente.
Además, si el agua está demasiado fría, el cuerpo entra en lo que se conoce como “respuesta de choque por frío”. En este estado, los vasos sanguíneos se constriñen de forma abrupta, lo que obliga al corazón a bombear con mayor fuerza para mantener la circulación sanguínea, aumentando la presión arterial.
Este fenómeno puede ser especialmente peligroso para personas con afecciones cardíacas. En casos extremos, la transición brusca del calor extremo a un baño helado puede inducir arritmias o, en situaciones graves, provocar un paro cardíaco.

¿Significa esto que no puedes darte una ducha fresca?
No necesariamente. Lo que los expertos sugieren es evitar temperaturas extremas. Una ducha tibia o ligeramente fría puede ser efectiva para refrescarse sin provocar un choque térmico. Lo importante es permitir que el cuerpo reduzca su temperatura de manera progresiva y controlada.
Alternativas seguras para refrescarse durante la ola de calor
Existen varios métodos aprobados por expertos para mantener el cuerpo fresco sin poner en riesgo tu salud:
1) Hidratación constante. Beber abundante agua a lo largo del día ayuda a regular la temperatura corporal. Evita las bebidas con cafeína y alcohol, ya que pueden deshidratarte más rápidamente.
2) Ropa adecuada. Usa prendas ligeras, de colores claros y tejidos transpirables. La ropa oscura absorbe el calor, lo que puede aumentar la sensación térmica.
3) Protege tu espacio. Mantén persianas y cortinas cerradas durante el día para bloquear la entrada de calor. Si tienes aire acondicionado, úsalo con moderación para evitar sobrecargar el sistema eléctrico.
4) Truco del ventilador para enfriar la casa. Les Roberts, experto en eficiencia energética de la empresa Bionic, compartió con Daily Mail una estrategia sencilla y económica para mejorar el flujo de aire en casa. Coloca un ventilador apuntando hacia una ventana abierta para expulsar el aire caliente. Luego, abre una ventana opuesta y coloca otro ventilador apuntando hacia adentro. Así, se genera una corriente cruzada que ayuda a refrescar el ambiente sin depender exclusivamente del aire acondicionado.
Qué hacer si te sientes sobrecalentado
Presta atención a los signos de un posible golpe de calor: mareos, confusión, sudoración excesiva (o, paradójicamente, ausencia de sudor), piel caliente, náuseas o ritmo cardíaco acelerado. Si experimentas alguno de estos síntomas, busca sombra o un lugar fresco de inmediato, hidrátate y aplica compresas frías en el cuello, axilas y muñecas.
En caso de que los síntomas no mejoren o se agraven, llama al 911 o acude a un centro médico, ya que un golpe de calor puede ser mortal si no se trata a tiempo.
Las personas mayores, los niños pequeños y quienes padecen enfermedades crónicas son los más afectados durante las olas de calor. También las mascotas requieren especial atención: mantenlas en espacios frescos y asegúrate de que tengan siempre acceso a agua limpia y fresca.
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