Inmigrantes irregulares temen acudir a refugios de emergencia ante temporada de huracanes en Florida
Los activistas se encuentran preocupados de que, si hay un huracán, muchos inmigrantes irregulares evitarán buscar refugio por miedo a las autoridades

Los funcionarios condales manifestaron que nadie que busque refugio se le pide identificación o se le cuestiona su estatus migratorio. Crédito: Mike Carlson | AP
El estado de Florida es el epicentro de los huracanes en Estados Unidos. Casi la mitad de los ciclones que llegan al país tocan tierra en la península, asentada entre las cálidas aguas del Golfo de México o Golfo de América y el océano Atlántico. Gran parte de ellos se detectan con cierta anterioridad, y a menudo el estado emite órdenes de evacuación para millones de personas.
Si embargo, hay antecedentes de muchas perdidas humanas durante la temporada de huracanes. En 2022, Ian flageló el condado de Pinellas, en la costa oeste, con olas de más de cinco metros que dejaron a 150 fallecidos.
Al año siguiente, Idalia impactó el Big Bend, al norte de Tampa, dejando una docena de muertos, para el 2024 Helene hizo lo mismo. Las autoridades de Florida, estatales y locales, han destinado millones de dólares en detallados planes de contingencia en los que se incluye información, refugios, suministros y rescate para la temporada de huracanes en el Atlántico, desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre.
A medida que se va intensificando la actividad ciclónica de esta temporada, los activistas proinmigrantes se encuentran preocupados de que, si hay un huracán, muchos inmigrantes irregulares evitarán buscar refugio por miedo a las autoridades debido a la ofensiva antiinmigrante en Florida e impulsada por el gobernador republicano, Ron DeSantis, con la bendición del presidente Donald Trump.
“El nivel de miedo que tienen las personas podría ponerlas en una posición de arriesgar sus vidas, solo para evitar ser arrestadas y deportadas”, expresó Tessa Petit, de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC).
La organización lleva años tratando de “convencer a la gente de buscar refugios” en caso de huracán, añadió Petit, pero el miedo ha aumentado a tal punto que ahora “muchos tienen miedo incluso de estar en lugares públicos”.
En años previos, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) habitualmente publicaba avisos informando que no se harían redadas de inmigración en los albergues de huracanes. La FLIC utilizaba esos anuncios para animar a las personas a buscar refugio, pero ahora “no sabemos si esta Administración hará lo mismo”, señaló Petit. “Incluso si lo dicen, la gente no va a confiar en ellos”.
Por años, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) tenía una política que evitaba las redadas en sitios considerados “sensibles”, como escuelas, hospitales, y refugios para huracanes. Pero de enero para acá, después del regreso de Trump a la Casa Blanca, la administración revocó ese memorando, una decisión que ha sido impugnada por los tribunales.
La desconfianza en las autoridades es algo viejo entre las comunidades inmigrantes. En el año 2017, antes de la llegada del huracán Irma, en ese momento el senador Marco Rubio señaló que los trabajadores agrícolas del centro de Florida tenían miedo de evacuar, pero que no debían temer en su búsqueda de refugio.
Rubio y el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, aseguraron que las autoridades migratorias no iban a perseguirlos. No obstante, muchos evitaron los refugios del Gobierno y recurrieron a vecinos e iglesias, informó El País.
En los últimos meses, cientos de miles de inmigrantes se han quedado pasando de la noche a la mañana sin estatus legal, luego de que el gobierno republicano rescindiera programas humanitarios y cancelara protecciones temporales a ciudadanos originarios de diferentes países.
Muchos de ellos viven al sur de Florida, donde los parques de casas móviles son una de las pocas opciones de vivienda asequible para inmigrantes de escasos ingresos, incluyendo hispanos y haitianos, de acuerdo con grupos de estudio. La casas móviles son particularmente propensas a los ciclones. Los estudios apuntan que apenas la mitad de los residentes de ellas evacuarían a refugios públicos.
La mayoría de los fallecimientos por huracanes están vinculadas con el agua y no con los vientos. El incremento del nivel del mar en una tormenta, llamado como marejada ciclónica- es el componente más letal. Casi toda la costa de los dos lados de la península, donde se encuentran las principales urbes, se considera una zona de alto riesgo.
Grandes áreas del condado de Miami-Dade, particularmente comunidades costeras o cerca de canales, están nombradas como “zonas especiales de riesgo de inundación”, que deben evacuar. Muchos de los parques de casas móviles se encuentran justamente allí.
Asimismo, el Departamento de Manejo de Emergencias de Miami-Dade prepara refugios temporales en escuelas y otros edificios de concreto, donde se ponen catres, baños portátiles y generadores, y se resguardan del mal tiempo miles de personas. El 70% de los residentes de Miami-Dade se identifican como hispanos, dicen los números oficiales. Los funcionarios condales manifestaron que nadie que busque refugio se le pide identificación o se le cuestiona su estatus migratorio. Los oficiales de la policía de Miami-Dade custodia los albergues.
Como parte de la ofensiva de Florida contra los inmigrantes, DeSantis ha impulsado la adopción de acuerdos entre las autoridades locales y federales para las actividades de control migratorio, como redadas, buscando complacer la solicitud de Trump de arrestar 3,000 migrantes diarios. Mas de 200 cuerpos policiales del Estado han adoptado los mencionados convenios, conocidos como 287(g), incluyendo la policía de Miami-Dade.
Un vocero de la Policía condal indicó que los oficiales asignados a los refugios “están allí para garantizar la seguridad de todos” y “asistirán a cualquier socio local, estatal o federal si así lo solicitan, como siempre ha sido nuestra práctica”.
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