Se autodeportó porque ICE se negó a arrestarla: hispana dice que “ni en sueños” regresaría a EE.UU.
Hace más de cinco años, perdió una pierna y un brazo en un accidente en Honduras. Quería comprarse una prótesis en Estados Unidos, pero no lo logró

Jessica Paola Ramírez compró sus boletos de avión para regresar con su hija a Honduras Crédito: ICE | Cortesía
Jessica Paola Ramírez, una madre hondureña de 29 años, decidió regresar por cuenta propia a su país tras vivir poco más de un año en Estados Unidos. La presión de las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump y el temor de que la deportaran sin su hija la llevaron a decidir autodeportarse.
En entrevista con CNN en Español, Ramírez contó que vivía con miedo constante en Houston, Texas, donde se alojaba. “Ya estaban tocando puertas en los apartamentos. Pensé: mi hija está en la escuela y yo aquí, ¿y si me agarran y me deportan y la dejan sola?”, relató.
Buscando entregarse voluntariamente, acudió a distintas oficinas de inmigración. Sin embargo, asegura que ni en los centros de detención ni en las oficinas de ICE aceptaron procesar su salida, argumentando que no tenía antecedentes penales.
“Me decían que no podían deportarme porque no tenía récord criminal”, dijo a CNN.
A pesar de no haber sido deportada oficialmente, Ramírez decidió recolectar el dinero necesario con ayuda de la comunidad hispana en Houston y compró sus boletos de avión para regresar con su hija el pasado 24 de febrero.
Según explicó, nunca recibió apoyo económico ni del gobierno estadounidense —por no haber salido bajo el programa CBP Home— ni del hondureño, ya que su retorno fue antes de que entrara en vigor el plan Hermano o Hermana, Vuelve a Casa.
Perdió un brazo y una pierna en un accidente, y migró para comprarse una prótesis
Hace más de cinco años, perdió una pierna y un brazo en un accidente en Honduras.
Contó a CNN que decidió migrar junto a su hija menor a finales de 2023 con la esperanza de trabajar y comprarse una prótesis, ya que en su país sus hijos eran víctimas de bullying por su condición física.
“Les decían que su mamá tenía pata de palo. Les prometí que eso iba a cambiar”, dijo.
Hoy, desde su casa en San Bernardo, en el sur de Honduras, asegura que no piensa regresar jamás a Estados Unidos. “Ni en sueños”, dijo a la cadena de noticia.
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