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Aranceles cambian la vida diaria en EE.UU.: Casi un tercio cree que la economía no se recuperará

El 29% de los estadounidenses cree que la economía no se recuperará del impacto de los aranceles, que ya cambiaron sus hábitos de consumo

Preocupación dinero

Muchos estadounidenses están cambiando sus hábitos de consumo a causa de los aranceles. Crédito: Shutterstock

Un nuevo estudio revela que los aranceles no solo afectan al comercio internacional: ya están modificando el consumo, las emociones y la economía familiar de millones de estadounidenses.

Mientras la inflación y la incertidumbre persisten, una reciente encuesta de UserTesting y Talker Research arroja resultados reveladores sobre el impacto real de los aranceles en la vida de los ciudadanos de Estados Unidos. Lo que alguna vez fue un asunto de política comercial se ha convertido en un tema personal para muchos hogares, afectando desde sus compras cotidianas hasta sus planes de vida.

Una economía bajo tensión: ¿volveremos a estar como antes?

Según el estudio, un 29% de los estadounidenses cree que la economía del país jamás volverá a los niveles anteriores a la imposición de aranceles. Esta percepción pesimista refleja la magnitud del daño que los ciudadanos asocian con estas medidas comerciales.

Quienes sí creen que es posible una recuperación estiman que tardará, en promedio, 19 meses. Este dato sugiere una falta de confianza en una mejora económica rápida y alimenta un clima de ansiedad generalizada.

Estrés, enojo y tristeza: la reacción emocional ante los aranceles

El impacto va mucho más allá del bolsillo. El 37% de los 2,000 estadounidenses encuestados afirma que hablar sobre aranceles les genera estrés. Además, un 30% se siente enojado, un 23% abrumado y un 18% triste cada vez que el tema surge en conversaciones o aparece en las noticias.

Estas emociones negativas reflejan una desconexión entre las políticas económicas y la vida diaria, y muestran cómo los aranceles han dejado de ser una discusión técnica para convertirse en una preocupación emocional.

Los aranceles han provocado el aumento de precios, lo cual ha afectado la economía familiar de los estadounidenses. (Foto: Shutterstock)

Subidas de precios en todos los sectores

El impacto directo en el bolsillo es evidente. Según la encuesta, este año:

* 70% ha notado aumentos en los precios de comestibles

* 46% en restaurantes

* 40% en gasolina

* 38% en ropa

* 28% en accesorios

* 25% en aparatos electrónicos

* 24% en vehículos

Además, 1 de cada 5 personas (20%) atribuye directamente el aumento de precios a los aranceles sobre vehículos y electrónicos, mientras que el 17% los relaciona con los accesorios de vestir.

Consumidores ajustan sus hábitos ante los aranceles

Frente al aumento generalizado de precios, los estadounidenses están modificando su comportamiento de consumo:

* 63% dejaría de comprar relojes y joyas si los aranceles siguen elevando los precios.

* 61% evitaría adquirir muebles.

* 60% prescindiría de los electrodomésticos grandes.

Esta adaptación también ha llevado a cambios en las relaciones con las marcas. Un 72% de los encuestados ha notado que las marcas han subido precios en todas sus líneas, pero un 62% también ha observado que algunas empresas intentan absorber los costos sin trasladarlos al consumidor.

A pesar de esos esfuerzos, el 50% de los encuestados ha abandonado sus marcas preferidas en busca de alternativas más económicas.

Más exigencia, menos fidelidad: el nuevo consumidor

Curiosamente, aunque muchos han cambiado sus hábitos, el 54% afirma que su percepción hacia las marcas no ha cambiado a pesar de las subidas de precios. Sin embargo, el 72% insiste en que la transparencia es esencial a la hora de justificar aumentos de precios.

Esto indica que los consumidores están dispuestos a adaptarse, pero exigen honestidad y claridad de las empresas con las que interactúan.

El informe también revela un giro hacia el consumo responsable y estratégico. En total:

* 42% está comprando menos en general.

* 31% ha optado por productos genéricos o de marca blanca.

* 20% compra más artículos de segunda mano.

* 19% está viajando menos o ha buscado un trabajo extra para enfrentar el alza de precios.

* De hecho, el 44% ha reconsiderado sus planes de vacaciones de verano debido al impacto económico de los aranceles.

Comprar de segunda mano es una tendencia en alza: el 47% lo hace más que antes, y el 21% lo atribuye directamente al alza de precios impulsada por los aranceles.

Otro hallazgo clave del estudio es que el 41% de los encuestados ha tenido que conformarse con productos de menor calidad o con menos funciones, debido al impacto de los aranceles en los precios.

Este fenómeno puede tener implicaciones duraderas, tanto para la percepción del consumidor como para las estrategias de las marcas que buscan fidelizar a sus clientes en tiempos inciertos.

Para Bobby Meixner, vicepresidente de UserTesting, los resultados de la encuesta son claros: “Independientemente de que los aranceles se mantengan o no, es evidente que ya han transformado los hábitos de consumo. Los estadounidenses se están adaptando a una nueva realidad económica, y ese cambio podría haber llegado para quedarse”.

Este cambio se refleja no solo en las decisiones de compra, sino en la manera en que las personas gestionan sus emociones, sus prioridades y sus expectativas frente al mercado y al gobierno.

Los aranceles han dejado una huella profunda en la vida cotidiana de los estadounidenses. Más allá de las estadísticas macroeconómicas, el impacto se percibe en el supermercado, en las decisiones familiares y en la forma en que millones encaran su futuro financiero. El consumidor promedio ha cambiado, y todo indica que lo ha hecho para siempre.

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