Colegas del fallecido entrenador fitness neoyorquino sospecharon de abuso doméstico por parte de su esposo
Jacob Zieben-Hood tenía excusas para las marcas de su cara y brazos, atribuyendo sus lesiones a caídas y peleas callejeras cuando sus colegas le preguntaban

Un vocero de la oficina del médico forense de la ciudad señaló que los patólogos estaban esperando "información adicional de la investigación". Crédito: Craig Ruttle | AP
El entrenador fitness e influencer de redes sociales Jacob Zieben-Hood, quien se desangró en el baño de su apartamento de Harlem tras ser acuchillado en una pierna, era visto con frecuencia con los ojos amoratados y la nariz magullada en el gimnasio de Manhattan donde laboraba en los meses previos a su muerte, informaron compañeros de trabajo de la víctima.
El hombre siempre tenía una buena excusa para las marcas de su rostro y brazos, atribuyendo sus lesiones a fuertes caídas y peleas callejeras cuando sus colegas le preguntaban por los golpes.
Mientras los patólogos de la oficina del médico forense jefe de la ciudad de Nueva York trabaja para determinar cómo se infligieron las cuchilladas a Jacob Zieben-Hood, sus compañeros del gimnasio afirmaron que su difunto colega escondió un patrón de abuso doméstico por años perpetrado por su esposo mientras luchaba por mostrar una vida perfecta en redes sociales.
“Es uno de esos crímenes en los que quizás no conozcas bien a la persona, pero cuando lees sobre ello y ves esta relación perfecta, siempre juntos, siempre tomados de la mano, simplemente ‘el amor está en el aire’, te das cuenta de que es [todo inventado]”, manifestó Irina Caisin, de 33 años, gerente del gimnasio CompleteBody donde trabajaba Jacob Zieben-Hood.
“No era la relación feliz que intentan retratar”.
Las autoridades hallaron el cadáver del instructor en el baño de su apartamento en la calle W. 138, cerca del bulevar Frederick Douglass, cerca de las 4:00 de la madrugada del 1 de agosto, luego de que su esposo, Donald Zieben-Hood, llamara al 911 que Jacob lo había atacado, informaron los fiscales de Manhattan.
Donald contaba con tres cortes en los brazos que necesitaron puntos de sutura, a la vez que los oficiales hallaron a su esposo “desplomado en el suelo, cubierto de sangre, con cortes en la cabeza y múltiples puñaladas en la parte posterior de la pierna, incluyendo una en la pantorrilla que le atravesó el músculo”, dijo la fiscalía.
Los funcionarios creen que tenía una arteria cercenada en una de las heridas de la pierna, lo que causó una hemorragia. Aparte, se recuperaron varios cuchillos en el apartamento.
Un vocero de la oficina del médico forense de la ciudad señaló que los patólogos estaban esperando “información adicional de la investigación” antes de dar a conocer la causa de la muerte del entrenador. La fiscalía de Manhattan declaró a inicios de semana que la muerte del hombre se estaba investigando como homicidio.
Jacob llamó a su padre antes de perder la vida, y el papá preocupado escuchó a Donald gritarle insultos a su hijo, dijo la fiscalía. En la llamada, la víctima le dijo a su progenitor que su esposo empuñaba un cuchillo y se negaba a dejarlo salir del apartamento, de acuerdo con los fiscales.
Asimismo, Jacob le envió una foto a su padre de su pierna herida desde el baño del apartamento, dijo la fiscalía. Su esposo no llamó al 911 hasta casi nueve horas después, manifestaron las autoridades.
La fiscalía aseguró que una orden de alejamiento le prohibía a Donald estar en el apartamento o tener contacto con Jacob luego de al menos dos ataques violentos en los últimos seis meses. Esta fue una de las primeras preocupaciones de Donald al conversar con las autoridades, dijo la policía.
La noticia de las órdenes de alejamiento que le prohibía a Donald contactar con Jacob fue una revelación para sus colegas del gimnasio, quienes solo supieron del abuso sufrido cuando ya era demasiado tarde, expresó Caisin.
“Leí sobre la orden de alejamiento y me sentí muy mal, porque le dijimos que fuera a la policía; nunca supe si realmente lo hizo”, manifestó la gerente del gimnasio. “Si hubiéramos sabido que tenía una orden de alejamiento, a Donald nunca le habrían permitido entrar aquí”.
Caisin describió a Donald como “una persona celosa” y apuntó que estaba muchas horas en el gimnasio donde trabajaba su esposo, vigilando a Jacob mientras este hablaba con clientes e interactuaba con otros entrenadores. “La supervisión que Donald ejercía sobre su esposo les pareció extraña a los compañeros de trabajo de Jacob”, dijo la gerente del gimnasio.
“Llegó un momento en que no sé qué le pasó a Jacob, pero él empezó a venir casi todos los días con Donald”, manifestó Caisin. “Lo cual era extraño para nosotros porque Donald no es empleado de la empresa, no le pagan y estaba aquí todo el día”.
Una vez, Donald le pidió a la gerente que confrontara a otro entrenador al que acusó de coquetear con su esposo, de acuerdo con Casin, quien explicó que su intromisión provocó divisiones entre Jacob y otros trabajadores del gimnasio, informó Daily News.
“Llegó un punto en que [Donald] decía: ‘Quiero que hables con ese entrenador porque creo que le gusta mi esposo’. Es como: ‘No, Don, así es como interactúa la gente. Hay otras personas además de ti'”, declaró la jefa del gimnasio.
Fue en los meses previos a la muerte de Jacob que sus colegas empezaron a percatarse de los moretones y ojos morados en el entrenador, lo cual Jacob justificó con historias que no cuadraban con la actitud de la modelo de Instagram, según Caisin.
“Dijo que una vez se cayó y se peleó. Le dije: ‘Sí, no te pareces a la pelea'”.
“Ese tipo es genial. Tenía pómulos y corrector perfecto. No pareces ser de los que se meten en peleas”, le dijo Caisin en ese entonces.
Jacob se desempeñaba en el gimnasio como instructor fitness para Systimfit, un servicio de entrenamiento persona que equipa a sus clientes con trajes que estimulan los músculos con impulsos eléctricos mientras hacen ejercicio.
“Lo vi progresar hasta el punto de poder tomar [a un entrenador novato] bajo su protección. Y como viajo mucho, él era quien nos apoyaba. Era el alma de nuestra empresa”, dijo Josh Holland, de 44 años, cofundador de Systimfit.
Así como la gerente del establecimiento, Holland comentó que él y otros entrenadores de Systimfit se daban cuenta de que Jacob lucía magullado y maltratado en el trabajo, pero que siempre lograba evitar sospechas.
“Todos los que trabajamos con él, cualquiera que estuviera cerca a lo largo del tiempo, le veíamos marcas y cosas así. Tenía los ojos morados y moretones, cosas así, pero siempre había una excusa. Y todas las justificaciones tenían sentido”, manifestó Holland. “Eran muy astutos al respecto”.
“Un tipo inteligente, astuto. En forma”. “Nunca pensé que lo estaban agrediendo”, dijo Holland.
Donald fue detenido a inicios de año por dos agresiones contra su esposo en el apartamento de Harlem, una a las 11:30 de la noche del 26 de febrero y la otra a primera hora del día siguiente. Fue acusado de estrangular a Jacob y, dos horas después, de volver a estrangularlo y golpearlo en el rostro.
Jacob perdió el conocimiento en el primer incidente y sufrió inflamación, dolor, cortes en la cara en la segunda agresión, dijo la fiscalía.
Donald fue acusado de numerosos cargos, incluyendo agresión, estrangulamiento, acoso, obstrucción criminal de la respiración y desacato al tribunal en ese caso, y fue puesto en libertad bajo fianza de $20,000 dólares.
Cerca de las 7:05 de la noche del 14 de junio, Donald presuntamente confrontó a Jacob fuera de su casa en Harlem con un cuchillo y le dijo: “Te voy a atacar”, de acuerdo con una denuncia penal. Fue acusado de amenazas y desacato al tribunal y liberado bajo una fianza de $5,000 dólares. Deberá comparecer nuevamente ante la corte el 28 de agosto por esos casos.
Tras el supuesto asesinato de Jacob, el juez del Tribunal Penal de Manhattan ordenó el arresto sin derecho a fianza de Donald tras su arresto por robo, posesión ilegal de armas y desacato criminal agravado por violar la orden de alejamiento.
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