Tornados superan a huracanes y terremotos como el desastre natural más temido en EE.UU.
Estudio revela que 46% de estadounidenses teme más a tornados que tsunamis, terremotos o huracanes. Solo 28% tiene plan de emergencia

Al ser un fenómeno poco predecible, los tornados causan mucho temor en la mayoría de los estadounidenses. Crédito: Dave Martin | AP
Un reciente estudio nacional ha revelado que los tornados se han convertido en el desastre natural más aterrador para los estadounidenses, superando incluso a fenómenos tradicionalmente considerados más devastadores como los huracanes y terremotos.
Esta investigación, realizada por Master Lock en colaboración con Talker Research, encuestó a 2,500 ciudadanos estadounidenses y arroja luz sobre las percepciones actuales sobre preparación ante emergencias.
Los tornados encabezan la lista de temores climáticos
El 46% de los encuestados manifestó temer más a los tornados que a cualquier otro desastre natural. Esta cifra supera significativamente el temor hacia los tsunamis (43%), terremotos (35%) y huracanes (33%), fenómenos que históricamente han causado mayor destrucción a gran escala.
La supremacía del miedo a los tornados puede explicarse por su naturaleza impredecible y la velocidad con la que pueden desarrollarse. A diferencia de los huracanes, que pueden rastrearse con días de anticipación, los tornados pueden formarse y tocar tierra en cuestión de minutos, dejando poco tiempo para la preparación.
Diferencias regionales en la preparación ante desastres
El estudio reveló marcadas diferencias regionales en cuanto a la confianza y preparación ante diversos tipos de desastres naturales. Los habitantes del noreste de Estados Unidos muestran mayor seguridad ante fenómenos comunes en su región: el 68% se siente preparado para olas de calor y sequías, mientras que el 63% confía en su capacidad para enfrentar tormentas de nieve.
Por su parte, los residentes del medio oeste, acostumbrados a las alertas regulares de tornado, demuestran una confianza notable: el 62% afirma no sorprenderse por estos fenómenos. Sin embargo, esta seguridad disminuye drásticamente cuando se enfrentan a desastres menos familiares en su región, con solo el 33% sintiéndose preparado para incendios forestales y únicamente el 27% para deslizamientos de tierra.

La paradoja de la experiencia Vs. la preparación
A pesar de que casi todos los estadounidenses han experimentado algún tipo de clima severo en sus vidas, la mayoría admite no estar adecuadamente preparada para las consecuencias. Los datos son alarmantes: el 47% no estaba preparado para cortes de energía prolongados, el 39% para la destrucción total que presenció, y el 36% para el tiempo que tardó la vida en volver a la normalidad.
Esta brecha entre experiencia y preparación se hace aún más evidente al analizar los planes de emergencia. Solo el 30% de los estadounidenses no cuenta con ningún plan de preparación, pero entre quienes sí lo tienen, únicamente el 28% tiene un plan específico para tornados, a pesar de ser el desastre más temido.
El cambio climático intensifica las preocupaciones
Los resultados del estudio reflejan una creciente conciencia sobre el cambio climático y sus efectos. El 51% de los encuestados cree que el clima severo es más frecuente que antes, mientras que el 37% considera que es cada vez más intenso. Aún más significativo es que el 80% afirma estar más consciente de los desastres naturales que hace una década.
Esta mayor conciencia coincide con datos científicos que confirman el aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos debido al calentamiento global. Sin embargo, paradójicamente, el 61% de los estadounidenses admite que es más difícil que nunca estar preparado para estos eventos.
Comportamientos ante emergencias y dependencia tecnológica
Cuando ocurre un desastre, las reacciones de los estadounidenses varían considerablemente. El 21% dice que su primer instinto es reunir a su familia y mascotas para evacuar, mientras que el 14% opta por refugiarse en el lugar o asegurar su hogar. Solo el 11% prioriza recoger artículos importantes al salir.
La dependencia de la tecnología para el monitoreo climático es notable: los estadounidenses consultan aplicaciones meteorológicas un promedio de tres veces al día en condiciones normales, cifra que aumenta a cinco consultas diarias cuando se pronostica tiempo severo. Este comportamiento refleja tanto la ansiedad climática como la necesidad constante de información actualizada.
Un aspecto preocupante del estudio es que solo el 46% de los encuestados pudo identificar correctamente la diferencia entre una alerta meteorológica y una advertencia. Esta confusión puede tener consecuencias graves durante emergencias reales, ya que las advertencias indican peligro inminente y requieren acción inmediata.
A pesar de que el 43% de los estadounidenses afirma sentirse preparado para inundaciones, eventos que han aumentado recientemente en todo el país, los planes específicos por tipo de desastre siguen siendo insuficientes. Solo el 22% cuenta con planes para olas de calor, el 21% para huracanes, y únicamente el 19% para inundaciones repentinas.
Los expertos enfatizan que la preparación efectiva requiere planes específicos para cada tipo de desastre, kits de emergencia actualizados y conocimiento claro sobre cuándo evacuar versus cuándo refugiarse en el lugar. La educación pública sobre la diferencia entre alertas y advertencias meteorológicas también debe intensificarse.
Esta investigación ha resaltado la necesidad urgente de mejorar los programas de preparación ante desastres y educación pública, especialmente considerando que los eventos climáticos extremos continuarán intensificándose en las próximas décadas.
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