Más de la mitad de las calorías de los estadounidenses provienen de alimentos ultraprocesados
Un informe de los CDC confirma que más de la mitad de las calorías de los estadounidenses provienen de alimentos ultraprocesados

Estos productos están relacionados con le desarrollo de múltiples enfermedades. Crédito: Shutterstock
Un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) confirmó una realidad que desde hace años preocupa a nutricionistas y médicos: la mayoría de los estadounidenses obtiene más de la mitad de sus calorías de alimentos ultraprocesados, aquellos productos listos para consumir que suelen ser ricos en azúcar, grasas poco saludables, sodio y aditivos.
El análisis, basado en datos recopilados entre agosto de 2021 y agosto de 2023, reveló que el 55% de las calorías consumidas en el país provienen de alimentos ultraprocesados. La cifra es aún más alta en niños y adolescentes, quienes obtienen casi el 62% de sus calorías de este tipo de productos.
El reporte llega en un momento de creciente escrutinio hacia la industria de alimentos procesados. El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha criticado duramente el impacto de estos productos en la salud pública.
“Nos estamos envenenando a nosotros mismos y proviene principalmente de estos alimentos ultraprocesados”, declaró a Fox News a principios de este año.
Diferencias por edad e ingresos
Los datos de los CDC también muestran patrones diferenciados, según la edad y la situación económica:
* Los niños pequeños consumen menos ultraprocesados que los adolescentes.
* Los adultos mayores de 60 años registran un consumo menor que los adultos jóvenes.
* Las personas con ingresos bajos tienden a ingerir más ultraprocesados que quienes tienen mayores recursos.
Las principales fuentes de calorías ultraprocesadas fueron hamburguesas, pizzas, sándwiches, productos horneados dulces, bebidas azucaradas y bocadillos salados.
Una leve reducción en la última década
Aunque los niveles de consumo siguen siendo altos, el informe detectó una ligera disminución en los últimos 10 años. Entre los adultos, el consumo bajó de 56% en 2013-2014 a 53% en 2021-2023. En los niños, cayó de casi 66% en 2017-2018 a 62%.
La coautora del estudio, Anne Williams, experta en nutrición de los CDC, indicó que la reducción fue inesperada, pero no se aventuró a explicar las posibles razones.
En contraste, Andrea Deierlein, investigadora de la Universidad de Nueva York que no participó en el informe, sugirió que el cambio puede estar relacionado con una mayor conciencia pública sobre los riesgos de estos productos.
“La gente está intentando, al menos en algunas poblaciones, reducir su consumo de estos alimentos”, señaló.

Los efectos en la salud, bajo debate
Numerosos estudios han vinculado los ultraprocesados con obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, todavía falta evidencia científica que pruebe de manera directa que estos productos causen dichas enfermedades.
Un estudio clínico publicado en la revista Nature mostró que las personas que aumentaron el consumo de alimentos mínimamente procesados, como pollo, pasta, frutas y verduras frescas, perdieron el doble de peso que quienes consumieron ultraprocesados, incluso cuando las calorías y nutrientes estaban equilibrados.
Otro ensayo previo había encontrado que las personas tienden a comer más y ganar peso cuando su dieta se basa en ultraprocesados, aun si la cantidad de calorías es similar a la de una dieta más natural.
El dilema de la definición
Uno de los principales desafíos es establecer una definición clara de lo que significa “ultraprocesado”. El informe de los CDC utilizó el sistema Nova, creado en Brasil, que clasifica los alimentos en 4 niveles según su procesamiento.
De acuerdo con este modelo, los ultraprocesados son productos hiperpalatables, energéticamente densos, bajos en fibra y con altas cantidades de aditivos, grasas poco saludables, sal y edulcorantes.
Sin embargo, tanto la FDA como el Departamento de Agricultura reconocen que esta definición podría ser insuficiente y trabajan actualmente en una nueva clasificación oficial para regular mejor la industria alimentaria en Estados Unidos.
Opciones para reducir el consumo
Mientras se desarrollan políticas públicas más claras, los expertos sugieren a la población hacer cambios sencillos en su dieta diaria:
1) Reemplazar la avena instantánea endulzada por avena simple con miel o jarabe de arce.
2) Elegir frutas frescas en lugar de barras de cereal o galletas.
3) Preparar comidas caseras con ingredientes integrales y mínimamente procesados.
4) Leer con atención las etiquetas nutricionales para identificar azúcares añadidos, sodio y conservadores.
“Creo que hay opciones menos procesadas disponibles para muchos alimentos”, afirmó Deierlein.
El informe de los CDC confirma que los alimentos ultraprocesados siguen dominando la dieta estadounidense, especialmente entre jóvenes y familias de bajos ingresos.
El desafío ahora será impulsar estrategias que faciliten el acceso a alimentos frescos, nutritivos y asequibles, al mismo tiempo que se regula con mayor firmeza a la industria de los ultraprocesados.
La recomendación de los expertos es clara: cada pequeño cambio hacia lo natural puede marcar una diferencia en la salud a largo plazo.
Sigue leyendo:
* 4 alimentos que no deberías comer según una nutrióloga
* Cómo los científicos crean alimentos adictivos
* Razones detrás de nuestros antojos de comida poco nutritiva y cómo cambiarlos