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Qué quiere decir que una persona desvíe la mirada cuando habla, según la psicología

El contacto visual revela más de lo que decimos: nervios, atracción, inseguridad o desafío. Descubre qué significan los distintos tipos de miradas

Mirada

Cuando entablamos conversación con alguien, decimos mucho con la mirada. Crédito: Shutterstock

El lenguaje no verbal es una herramienta de comunicación tan poderosa que en muchas ocasiones transmite más información que las palabras. Cuando hablamos frente a frente, los gestos, posturas y miradas representan un porcentaje muy superior al del mensaje verbal, algo que la Psicología ha estudiado en profundidad.

Entre los múltiples elementos de este lenguaje silencioso, el contacto visual ocupa un lugar central.

Mirar a los ojos a otra persona es prácticamente un requisito para iniciar una conversación, pues capta su atención y muestra que queremos comunicar algo. De hecho, se considera fundamental para coordinar los turnos de palabra. Cuando alguien guarda silencio, pero mantiene la mirada fija, suele ser una señal clara de que espera una respuesta.

La importancia de las miradas en la comunicación

Diversas investigaciones han demostrado que, durante una conversación, el contacto visual directo se mantiene entre el 40% y el 60% del tiempo. No siempre se trata de una acción consciente: mientras pensamos, recordamos o incluso intentamos engañar, nuestra mirada puede desviarse de forma automática.

La Psicología ha identificado patrones muy concretos en esta dinámica. Según expertos en recursos humanos y agentes de policía que aplican estas técnicas en entrevistas e interrogatorios, la dirección de los ojos podría revelar si una persona está recordando un hecho o fabricando una mentira. Este comportamiento estaría vinculado con el predominio de los hemisferios cerebrales, que varía según seamos diestros o zurdos.

Mucho se dice que los ojos son el reflejo del alma. (Foto: Shutterstock)

Tipos de miradas y lo que expresan

Para Paula Martínez, licenciada en Psicología con Maestría en Neurociencia Cognitiva y del Comportamiento, las miradas son un espejo de nuestras emociones. Entre ellas destacan las siguientes:

* Mirada esquiva: es una de las más frecuentes en la vida diaria. Evitar el contacto visual refleja inseguridad, amenaza o vergüenza. Cuando alguien no sostiene la mirada, suele estar incómodo o intentando ocultar algo.

* Mirada intensa y prolongada: denota interés en lo que dice el interlocutor y suele acompañarse de un leve levantamiento de cejas. Sin embargo, cuando se vuelve excesivamente insistente, puede interpretarse como desafío o provocación.

* Ojos entrecerrados: suelen indicar desconfianza o una actitud defensiva, como si la persona se mantuviera alerta frente a un posible ataque.

* Parpadeo excesivo: es un signo común de nerviosismo o vergüenza. Las personas tienden a parpadear más cuando se sienten inquietas o bajo presión.

* Pupilas dilatadas: representan interés o atracción. Ocurren cuando algo nos resulta fascinante, ya sea una persona, una idea o una situación estimulante.

Estos gestos, aunque sutiles, tienen un impacto enorme en la manera en que interpretamos a los demás. Un cruce de miradas puede reforzar la empatía, generar confianza o, por el contrario, despertar desconfianza inmediata.

La mirada como espejo del interior

El poder de la mirada radica en que se percibe como una señal auténtica y difícil de controlar. Aunque las palabras puedan ser calculadas, los ojos tienden a reflejar emociones de forma espontánea. Por eso, en ámbitos como la psicología clínica, la negociación o la selección de personal, el análisis del contacto visual se convierte en una herramienta valiosa para comprender estados internos.

Martínez explica que este lenguaje silencioso no siempre se interpreta de la misma forma en todas las culturas. Mientras que en países occidentales mantener la mirada es un signo de franqueza y respeto, en algunos contextos asiáticos puede entenderse como una falta de modestia o incluso una ofensa.

El contacto visual es, en definitiva, un lenguaje universal con matices culturales. Influye en la manera en que establecemos confianza, cómo percibimos la sinceridad y hasta en la atracción interpersonal. Ignorar su importancia puede llevar a malentendidos, mientras que comprenderlo abre la puerta a mejorar las relaciones sociales y profesionales.

En un mundo donde la comunicación digital gana terreno, los encuentros cara a cara siguen siendo insustituibles, y en ellos la mirada juega un rol decisivo. Aprender a descifrar lo que dicen los ojos no solo enriquece la interacción humana, sino que también nos brinda una ventaja en entornos donde entender a los demás es crucial.

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