Las primeras horas del cierre de gobierno envían señales angustiantes a los neoyorquinos más vulnerables
De los 115,000 empleados federales de Nueva York, cientos empezaron a ser suspendidos temporalmente

El parque de la Estatua de la Libertad es uno de los sitios afectados por el cierre del gobierno federal. Crédito: AP
En el despertar de este miércoles 1 de octubre, el intenso pulso de la Gran Manzana, en la mayoría de sus actividades, seguía aparentemente su ritmo, luego que el gobierno de Estados Unidos cerró oficialmente a la medianoche, después de que el Congreso y la Casa Blanca, no lograran un acuerdo sobre cómo extender la financiación federal.
Avanzadas las horas, las proyecciones sobre el funcionamiento de servicios vitales, vinculados con la burocracia federal, y del cual dependen los neoyorquinos más vulnerables, rozaban la incertidumbre y escenarios apocalípticos.
En el complejo entramado de servicios neoyorquinos, bajo el ala de agencias gubernamentales de la Casa Blanca, algunos usuarios ya recibieron señales claras indicando que, al menos durante las próximas horas, la operatividad no alcanzaría el 100%.
Por ejemplo, las líneas telefónicas locales de la Administración del Seguro Social (SSA) advertían, a través de sus contestadoras automáticas, que “durante el cierre del gobierno, las oficinas locales operan exclusivamente para ciertos servicios”. Se precisaba que algunos trámites, solo podían garantizarse a través de la página web.
Muy temprano, desde el Bajo Manhattan, la gobernadora Kathy Hochul, acompañada de decenas de líderes electos demócratas, sindicalistas y activistas comunitarios, perfilaba escenarios terribles para los neoyorquinos más pobres, teniendo como fondo la isla, en donde reposa la Estatua de la Libertad. Un parque nacional, cuyo acceso también está interrumpido, para el acceso de visitantes.
“El cierre republicano, tendrá efectos devastadores para los trabajadores, las pequeñas empresas y las familias de todo nuestro estado. Los republicanos de Washington deben hacer su trabajo, defender a las personas a las que sirven. Y sentarse a la mesa, para poner fin a este cierre”, demandó la mandataria.
Pausas y retrasos
La mandataria demócrata, especificó que de los 115,000 empleados federales en el estado de Nueva York, decenas de miles serán suspendidos temporalmente. Mientras que empleados esenciales, incluyendo controladores de tráfico aéreo y empleados de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), se verán obligados a trabajar sin salario.
También se pronostica, que si persiste el cierre del gobierno, en pocos días se concretarán pausas o retrasos, en el procesamiento de solicitudes del Seguro Social y en los beneficios para los veteranos.
Asimismo, la ejecutiva estatal avizora que si se dilata el ‘shutdown’ del gobierno federal, los programas vitales como los cupones SNAP y otros beneficios sociales, de los cuales dependen los más pobres, corren el riesgo de quedarse sin fondos.
La financiación del programa ‘Head Start’ creado en 1965, como parte de la “Guerra contra la pobreza”, administrado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), es otra área sensible que pone a tambalear el cuidado infantil y la educación temprana, para miles de familias neoyorquinas.
Hay otros peligros en el inventario de la mandataria estatal: Hospitales de todo el estado se quedarían esperando reembolsos federales, se crea incertidumbre para cientos de miles de familias y personas mayores con vales de vivienda o que residen en complejos de viviendas pública.

Las alertas
Por su parte, el congresista dominicano, Adriano Espaillat, quien representa a partes del Alto Manhattan y El Bronx mandó un alerta a las comunidades, con los escenarios planteados, ante el cierre del gobierno.
“Todo esto se resume de esta manera: los republicanos de la Cámara están luchado contra los intentos demócratas de evitar recortes para salvar la atención médica asequible, con la que cuentan las familias trabajadoras”, razonó.
En un comunicado el legislador remarca que los beneficiarios actuales de Medicare, Medicaid y el seguro por discapacidad, seguirán recibiendo sus beneficios, siempre que el cierre dure menos de tres meses.
Asimismo, como el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), se financia con sus propias tarifas, permanece abierto y continúa procesando solicitudes. Se puede asistir a las entrevistas y citas según lo programado.
Hay otras alertas: los cheques del Seguro Social, se enviarán por correo como de costumbre. Este proceso está en gran parte automatizado y cuenta con personal limitado durante el cierre.
Los pagos de jubilación y discapacidad se realizan a través de los Fondos Fiduciarios del Seguro Social y no del Fondo de Ingresos Generales. Sin embargo, las nuevas solicitudes de beneficios y las personas que necesiten actualizar su información podrían experimentar retrasos.
En general, los viajes aéreos no deberían verse afectados, pero podría experimentar retrasos o cancelaciones, debido a problemas de personal. La TSA, los controladores de tráfico aéreo y los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) continuarán sus operaciones.
Guerra campal
Más allá de los efectos palpables en la vida de millones de neoyorquinos, líderes demócratas y republicanos en Nueva York amplificaron en todos los terrenos su “guerra campal”, para adjudicarse mutuamente la responsabilidad del descalabro, que significa el cierre del gobierno para las comunidades más vulnerables.
La líder de la mayoría demócrata de la Legislatura Estatal, Andrea Stewart-Cousins, avizora que este cierre tendrá ‘un efecto dominó’.
“Este cierre si se prolonga pone a miles de trabajadores a quedarse sin sueldo. A las personas mayores sin comida. A los veteranos sin atención médica y a innumerables comunidades a sufrir de diversas maneras debido a maniobras políticas. Imploro a los representantes republicanos de Nueva York que dejen de permitir esta crueldad, que prioricen a la gente, por encima del partido”, remató la legisladora.
En el otro extremo, la representante republicana de Staten Island, Nicole Malliotakis, responsabilizó directamente al líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer del estancamiento.
“El gobierno federal cerrará debido a que el senador Schumer se centró en payasadas partidistas y no logró reunir los siete votos demócratas necesarios para aprobar el mismo proyecto de ley que negoció y apoyó cuatro veces antes en marzo de 2024, septiembre de 2024, diciembre de 2024 y marzo de 2025. Los republicanos tienen 53 escaños en el Senado, sin embargo, se necesitan 60 votos para aprobar cualquier proyecto de ley de financiación”, cuestionó.
El cierre anterior se había registrado hace seis años, entre 2018 y 2019, durante el primer mandato presidencial de Donald Trump. Dicha clausura se extendió por poco más de 30 días.
Al cierre de esta edición el juego estaba trancado, para reabrir el gobierno.
Estragos en NY:
La gobernadora Kathy Hochul recordó en su alocución sobre las incidencias estatales de las medidas presupuestarias aprobadas en el Congreso, por la bancada republicana:
- 1,5 millones de neoyorquinos podrían perder su cobertura médica.
- 300,000 neoyorquinos en riesgo de no tener acceso a los cupones SNAP
- $3 mil millones anuales en costos de atención médica no compensados impuestos a los hospitales.
- $8 mil millones anuales cargados al sistema de salud estatal
- $11 mil millones de impacto en la actividad económica general, incluyendo la agricultura y las industrias alimentarias, debido a la pérdida de las prestaciones del SNAP